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Pablo Planas

Tanques, togas y tricornios

El único que puede cargarse el Estado de Derecho es Mas, y no necesita ayuda. Le sobra con TV3%

El único que puede cargarse el Estado de Derecho es Mas, y no necesita ayuda. Le sobra con TV3%
Cordon Press

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, no anda sino que flota porque sospecha que la reforma del Tribunal Constitucional tiene algo que ver con él. Astuto como es, no anda desencaminado. Sin embargo, el problema de los convergentes no es el TC y sus sentencias, que incumplen con reiteración y deleite. A un nacionalista, un magistrado del TC le provoca el mismo espanto que a un mantero la Guardia Urbana. Nada. En cambio, el atisbo de un tricornio tras el tres por ciento le causa sudores fríos. Ahí sí que le tiemblan las piernas. Los tanques por la Diagonal son los agentes de la Benemérita sacando cajas de la sede de Convergencia.

En cualquier caso, la reforma del Constitucional para que sean los magistrados quienes se coman el marrón de empurar a Mas no ha sido bien acogida por los separatistas, y eso puede que sea, de lo malo, lo mejor de la iniciativa. El artista invitado, García Albiol, candidato del PP y entre tanto exalcalde de Badalona, tiene la virtud de sacar de quicio a los adversarios. Su "se ha acabado la broma" genera ronchas y picores en los componentes de Juntos por el 3%. ¡Quién se ha creído que es!, exclaman indignados. Y a los efectos de andar por el Congreso y reformar leyes no les falta razón. Albiol no es nadie, pero les tiene comida la moral y no lo soportan. Tanto a su favor.

Mas, soberbio como siempre, ha respondido: "El Gobierno central se plantea cargarse el Estado de Derecho y eso sí que recuerda a los años treinta". Hasta ahí podíamos llegar, murmura Mas ante sus pretorianos. Aquí y ahora, el único que puede cargarse el Estado de Derecho es él, y no necesita ayuda. Le sobra con TV3%. Sobreactúa el president porque está contra las cuerdas, tres por lado. Ni siquiera el parapeto emocional de la independencia le vale ante la constatación de que el 3% no es un invento de Madrid sino el encofrado de la gran estafa convergente, la esencia, sustancia y ceniza del pujolismo que no cesa, el modus operandi, la mordida consuetudinaria del régimen nacionalista, la Masfia.

Es probable que la corrupción influya entre poco y nada en el voto separatista. Juntos por el 3% será la lista más votada y sólo una muy alta participación podría convertir ese resultado en una victoria pírrica y una derrota práctica. Pero el futuro de Mas no sólo depende de las urnas, la Guardia Civil y el Tribunal Constitucional. Por ejemplo, para Romeva y Junqueras sólo hay un 3% de probabilidades de que Mas repita como president si todos juntos ganan las elecciones.

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