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Agapito Maestre

Gobierno del cambio

Escondido Rajoy y silente su partido, asistimos con interés a la determinación de Sánchez por presidir el próximo Consejo de Ministros.

Escondido Rajoy y silente su partido, asistimos con interés a la determinación de Sánchez por presidir el próximo Consejo de Ministros. Sánchez quiere, como todo político que se precie, el poder. Por el poder, por luchar por tener más poder, Sánchez e Iglesias pueden compartir el próximo Gobierno de España. Recibirán la ayuda del PNV y de los diputados de otros partidos. El resto es especulación. Nadie haga aspavientos por un Gobierno de PSOE y Podemos. Nadie se engañe con grititos moralistas. Y, sobre todo, nadie siga las soflamas de los viejos socialistas, sedicentemente socialdemócratas, sobre el daño que le haría Podemos al PSOE. Sean serios y háganse cargo de lo real: el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos es plausible, viable y factible.

La negociación entre los dos partidos, sin duda alguna, será dura y difícil, pero señales sobre la plausibilidad, la viabilidad y la factibilidad de esa conformación de Gobierno hay por todas partes. Yo las llevo estudiando hace más de un año, incluso algunas de ellas han sido analizadas en estas páginas. Recuerdo aquí las más sobresalientes, pero, antes de nada, no presten demasiada atención a quienes siguen afirmando que nada tienen en común Podemos y el PSOE. Falso.

Para empezar gran parte de las bases, de los votantes, de Podemos y PSOE son intercambiables. Es raro no hallar un seguidor joven del PSOE que no se sienta atraído por parte del programa estético podemita. También las élites dirigentes de Podemos y PSOE, más aún que las del PP, han hecho bandera de la primera parte de la enseñanza de Ignacio de Loyola: "Acomodación a todo con prudencia santa". En realidad, la reunión de Bono y Zapatero, por un lado, con Iglesias y Errejón, por otro, que tuvo lugar hace un año, marcó el método de negociación y acercamiento entre los dos partidos. Repito, pues, el PSOE y Podemos comparten no sólo tradiciones, climas espirituales y políticos a favor de gobiernos izquierdistas y populistas, sino también objetivos muy concretos como la conquista del poder a cualquier precio.

Si son muchos los puntos que comparten PSOE y Podemos, y pocos los que les distinguen, ¿qué estarían dispuestos a ceder unos y otros para conformar ese Gobierno? No lo sé, pero sospecho, o peor, me malicio que Sánchez estaría dispuesto a disolver al PSOE en Podemos a cambio de que Iglesias le pare, si es que no resuelve, el secesionismo catalán. Estamos, sí, donde estábamos hace un año, pero con la derecha absolutamente marginada del poder.

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