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Agapito Maestre

19 de julio

32 diputados y la inteligencia política, caso excepcional en la historia reciente de España, de Albert Rivera han conseguido que lo inédito sea normal

19 de julio, día de un nuevo comienzo. Político. El 19 de julio se votó algo más que la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados. El 19 de julio la democracia española estrenó un nuevo modelo político. Lo inédito es ya plausible. Viable. La política realista, la política “menos mala”, ha comenzado una nueva andadura. Demos la bienvenida a la Nueva Política, porque busca denodadamente su legitimidad. Trata de recuperar la confianza del pueblo. Rodillos, revoluciones y utopías han muerto. Ciudadanos ha ganado la partida al PSOE y a Podemos. Su abstención en la investidura mantendrá a Rajoy en el Gobierno. La abstención de los socialistas pasa a un segundo plano. 32 diputados y la inteligencia política, caso excepcional en la historia reciente de España, de Albert Rivera han conseguido que lo inédito sea normal. Habrá un Gobierno de minoría controlado por un genuino Parlamento. Todo se podrá discutir, negociar y acordar. La política es acuerdo o no es. Ahí crecerá Ciudadanos. Ahí estará una de sus bases para alcanzar la hegemonía política y social. Ahí está el poder real para su crecimiento electoral.

El segundo artífice de este nuevo comienzo se llaman Rajoy. Podrá gustar más o menos la personalidad de este político, pero nadie le negará inteligencia y determinación, desde el 26 de junio hasta hoy, tampoco capacidad de trabajo, porque no ha dejado de negociar con nadie desde la noche electoral. Pocos, desde el día 26 de junio, han luchado, como Rajoy, por conquistar un mínimo de confianza pública, o mejor, de legitimidad para conformar un gobierno que impida llevar a los españoles a unas terceras elecciones: desde la oferta de un Gobierno tripartito de PP, PSOE y C´s, pasando por negociar todas las condiciones que le ponga el PSOE para gobernar, por ejemplo, buscar acuerdos con los nacionalistas, hasta la declaración solemne de que está dispuesto a gobernar en solitario con su minoría.

A eso vamos, sí, a un Gobierno en minoría del PP, pero con la ayuda inestimable de Ciudadanos. Rivera y Rajoy han conseguido un pacto favorable para toda la nación. Eso es, realmente, lo nuevo. Lo atractivo. Por vez primera en la historia de la democracia española parece que prima la nación por encima de los partidos. 32 diputados y un líder inteligente han conseguido, se dice pronto, dos puestos en la Mesa del Congreso de los Diputados, pero eso no es nada comparado con la nueva forma de hacer política que ha entrado en la sede de la soberanía nacional. El secreto de Ciudadanos con el PP está a la vista. Pero aún muchos se obstinan en cerrar los ojos para no ver la grandeza que eso trae para España. Nadie piense que soy un triunfalista. Solo levanto acta de la realidad. La política le ha ganado la batalla a la ideología y a los intereses partidistas.

Y, además, tengo la sensación de que los políticos de Ciudadanos y el PP le han ganado la batalla a la prensa. Los periodistas han ido por detrás de los políticos en ese proceso negociador. El 18 de julio un periodista inteligente, a veces consciente de que la política es una dimensión de la historia, exigía a Rivera prudencia en la negociación con Rajoy. Le aconsejaba al líder de Ciudadanos, a través de las palabras que Ortega dirigió a Melquíades Álvarez, en 1915, que no se dejara arrebatar la muda de invierno del armiño que cuelga sobre la cabecera del partido de Ciudadanos. Rivera no debe votar afirmativamente la investidura, menos aún pactar, insistía el maduro periodista al joven político, la entrada de Ciudadanos en un gobierno de Rajoy. ¡Maravillosa ingenuidad la de Pedro J. Ramírez! Claro que la historia es partera de la vida política. Claro que la comparación histórica es maestra de la acción política. Claro que es necesario conocer la historia de España para no repetir los errores. Pero todas esas advertencias eran evanescentes, casi sin valor, ante lo que ya habían pactado Rivera y Rajoy, a saber, un nuevo modelo político. Eso es más, mucho más, estimado Pedro J. Ramírez, que la entrada de Ciudadanos en un gobierno de Rajoy. Es auténtica Realpolitik fundamentada en la defensa de la nación española. Rivera ha hecho algo más importante que negociar un sí a la investidura o pactar una futura entrada en el Gobierno. Ha cambiado el rumbo de la historia reciente de España, porque le ha reconocido a Rajoy sinceridad o, al menos, predisposición, para regenerar el sistema político. Rivera está haciendo alta política con Rajoy. Realismo político. Eso es todo. No es poco.

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