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Emilio Campmany

El Congreso, contra el interés nacional

Se ha aprobado que Pablo Iglesias compatibilice su sueldo de diputado con el de locutor de HispanTV, el medio que Irán emplea para influir en España.

Se ha aprobado que Pablo Iglesias compatibilice su sueldo de diputado con el de locutor de HispanTV, el medio que Irán emplea para influir en España.
Hispan TV / EFE

El Congreso de los Diputados ha aprobado que Pablo Iglesias compatibilice su sueldo de diputado con el de locutor de HispanTV, el medio que Irán emplea para influir en España, entre otros países. Se supone que los diputados están sometidos a un severísimo régimen de incompatibilidades con el fin de evitar que se corrompan. Se trata de que los diputados no puedan verse tentados de favorecer a sus clientes o empleadores en perjuicio del interés general. Pero cuando se supone que no hay ese peligro puede autorizarse la actividad remunerada. Sin embargo, el caso de Pablo Iglesias es excepcional, porque no es el interés general el que se podría ver perjudicado, sino el nacional. La cuestión no es si se puede o no ser diputado y locutor a la vez. La cuestión es quién paga esos emolumentos y para qué. HispanTV no es un medio cualquiera. Es una cadena iraní, financiada por el régimen de los ayatolás. Lo que le acaban de autorizar a Pablo Iglesias es la recepción de un salario de una teocracia, enemiga de Occidente, que reprime las libertades en su territorio y ampara el terrorismo. Dicho de otro modo, le permiten estar a sueldo de una potencia extranjera que pretende erradicar de la sociedad española los valores occidentales, entre otros medios, a través de HispanTV.

El PSOE ha votado en contra con el solo argumento de que se opone a toda compatibilidad. Pero PP y Ciudadanos han votado a favor, quizá para poder así aprobar la compatibilidad pedida por sus propios diputados. Pero ésa sigue sin ser la cuestión. Los demás diputados que han solicitado autorización para sus actividades remuneradas extraparlamentarias no pretenden que se les autorice a cobrar un estipendio de ninguna potencia extranjera que sin reparos podría calificarse de enemiga.

Que nadie en el Congreso de los Diputados, ni siquiera los socialistas, que son los únicos que han votado en contra, haya puesto de relieve esta circunstancia pone en evidencia la hipocresía de nuestros parlamentarios. Dicen combatir la corrupción y luego autorizan aquella sobre la que recaen las peores sospechas, las que permiten suponer que un diputado podría estar obligado a obedecer las consignas de una potencia enemiga desde el momento en que recibe dinero de ella. Evidentemente, aunque el Congreso no hubiera autorizado la compatibilidad, Irán podría encontrar el modo de pagar a Pablo Iglesias, pero al menos tendría que hacerlo ilegalmente y, si se llegara a descubrir, se pondría en evidencia la colusión. De este modo, en cambio, se legaliza lo que es a todas luces ilegítimo. Y se hace aplicando una norma encaminada a combatir la corrupción. El PP y Ciudadanos podrían en consecuencia ser acusados de obviar el interés nacional por electoralismo, en la medida en que Podemos resta votos al PSOE. Y los socialistas… Bueno, a los socialistas nunca les ha preocupado el interés nacional.

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