El mito de la brecha salarial de género es uno de los más repetidos por nuestra clase política progre y por nuestras feministas subvencionadas. Dan igual las evidencias. Dan igual los estudios. Da igual la lógica (¿por qué un empresario habría de contratar hombres si las mujeres hicieran el mismo trabajo por menos dinero?). En fin, lo último es que hasta Pablo Casado, que parecía sensato, ha aceptado la paparrucha.
El chupacabras es inexistente.
El cíclope es ficción. Y las sirenas.
También las brujas malas (y las buenas)
son fantasía clara y evidente.
El ratoncito Pérez con un diente
jamás se fue. No hay sombras con cadenas
ni extraños hombres verdes con antenas
ni Supermán ni el Príncipe Valiente…
No existen los dragones, las dragonas,
los zombis, los vampiros, las gorgonas,
las ninfas, los licántropos ni el coco.
No existen tales seres de patraña.
Y la brecha de género en España
por eso del salario… pues tampoco.