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Cristina Losada

No lo dice Iglesias: lo dice la RAE

Parafraseando a don Juan Carlos: ¿por qué no te habrás callado?

Parafraseando a don Juan Carlos: ¿por qué no te habrás callado?
El vicepresidente Pablo Iglesias, en los pasillos del Congreso. | EFE

Poco me sorprende que Iglesias haya comparado a Puigdemont con los exiliados de la guerra civil. Sus lazos con el separatismo catalán son íntimos desde hace tiempo. Para el separatismo, los huidos de la justicia después del golpe de octubre son exiliados de un régimen igual a la dictadura de Franco. Iglesias no ha ocultado, aunque ahora lo esconde más, que ve la democracia surgida de la Transición como un sistema –el régimen del 78– en continuidad y sintonía con la dictadura. Para el separatismo, los fugados huyeron de una justicia franquista. Podemos viene acusando a la justicia de portar una ideología reaccionaria, poniéndola a la par con la franquista. Para el separatismo, la unidad de España y la monarquía son obstáculos a destruir para establecer una república catalana independiente. Para Podemos, la unidad de España y la monarquía son rémoras franquistas que hay que sustituir por la república plurinacional. ¿Por qué no iban a entenderse si piensan igual?

Unidos están en la ignorancia. En la terrible y absoluta ignorancia sobre España y su historia, se parecen la nueva generación separatista –la vieja sabía más, seguramente por vieja– y la que manda en Podemos. Para ellos, los exiliados de la guerra civil, la propia guerra civil o el franquismo sólo tienen entidad como recursos propagandísticos para las batallitas políticas del presente. Ven franquistas por todas partes, ¿cómo no van a hacer exiliado a cualquiera? Quizá parezca raro que tanta insistencia en la memoria histórica, asunto en el que es pionero el separatismo catalán, haya producido tanta ignorancia, pero no. Sólo es un aparato para hacer papilla de la historia y dársela a los niños para que llamen fascista a otros. Ahí está Iglesias, que tanto ha querido apropiarse del antifranquismo, diciendo que sí, que se puede comparar a Puigdemont con los exiliados de la guerra civil.

Porque los comparó. Claro que sí. Se le preguntó: “¿Los puede comparar?”. Respondió: “Creo que sí”. Y serio y ceñudo, pero coloquial, en su personaje de profe colega, dio la pequeña lección. Resumamos: si haces algo motivado por tus convicciones o ideas políticas – sean las que sean las ideas y sea lo que sea lo que hagas– y tienes que salir del país, eres un exiliado irreprochable. En cambio, ¡ah!, si robas, intentas enriquecerte o haces lo que haya hecho Juan Carlos I, entonces eres moralmente reprobable y eres un fugitivo, no un exiliado.

Lo esencial era meter a Juan Carlos en el furgón, por lo que el titular de la entrevista tenía que haber sido: Iglesias dice que el emérito es peor que Puigdemont. Pero andaban los exiliados republicanos por el medio y se lio.

El vicepresidente la ha liado hasta el punto de que Podemos ha tenido que llamar en su auxilio a la RAE. Han ido a mirar el diccionario, por una vez y sin que sirva de precedente. Ahora repiten como loritos con una copa de más que no, que no lo dice Iglesias, sino que dice la RAE que exiliado es el expatriado por motivos políticos, definición de la que suprimen el adverbio generalmente. No creemos que Iglesias, generalmente, consulte el diccionario antes de soltarse el moño en las entrevistas. Parafraseando a don Juan Carlos: ¿por qué no te habrás callado?

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