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Cayetano González

Ya nada le saldrá gratis a Sánchez

En muy poco tiempo, el presidente del Gobierno ha pasado de ser un personaje casi intocable a provocar un importante rechazo en la sociedad.

Pedro Sánchez ha tensado tanto la forma de ejercer la política, el uso del poder que sin duda tiene un presidente del Gobierno, que en muy poco tiempo ha pasado de ser un personaje casi intocable a provocar un importante rechazo en la sociedad. Esto se traduce en que, haga lo que haga, ya nada le saldrá gratis. El indulto que piensa conceder a los políticos catalanes que intentaron dar un golpe de Estado y que fueron condenados por ello por el Tribunal Supremo será sin ninguna duda su tumba política.

Sólo su afán de permanecer en el poder al coste que sea puede explicar que anteponga el riesgo político que corre al tomar esa medida a cualquier otra consideración, como, por ejemplo, que la opinión pública –y la democracia se define esencialmente como un régimen de opinión pública– está de forma mayoritaria en contra de esos indultos a unos políticos que se burlaron del Estado de Derecho, que le desafiaron y que deben pagar por ello como cualquier hijo de vecino lo tiene que hacer cuando incumple la ley.

Los ciudadanos, en una proporción importante, están ya cansados de las fechorías políticas de este presidente, que es capaz de decir que le quitaría el sueño tener a Podemos en el Gobierno y al poco tiempo formar un Ejecutivo con ellos, con Pablo Iglesias como vicepresidente. Afirma con contundencia antes de las elecciones generales que no pactará con Bildu y después lo hace, tanto en el Congreso de los Diputados como en Navarra. Y ahora sale con los indultos a los golpistas catalanes esgrimiendo unos argumentos que son una auténtica tomadura de pelo a los españoles.

Las elecciones del pasado 4-M en Madrid fueron el primer bofetón de entidad que recibió el inquilino de la Moncloa, y no serán el último. Todas las encuestas publicadas desde las autonómicas madrileñas dan una mayoría PP-Vox, con un PSOE estancado o en retroceso, un Podemos con una pérdida importante de votos y escaños y un Ciudadanos absolutamente residual. Algo inimaginable hace tan sólo unas semanas. Todo empezó en Murcia.

Parece mentira que quienes han dado muestras de ser hábiles en la estrategia para llegar a donde están no se den cuenta de que todo tiene un límite y de que los españoles de a pie no están dispuestos a tragar según qué cosas. Y eso de indultar a quienes se rieron de España es una de ellas. Como lo fue en su momento para el Gobierno de Rajoy que propiciara la puesta en libertad del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, uno de los secuestradores de Ortega Lara. Como dice el refrán, con las cosas de comer no se juega.

Ese hartazgo de los ciudadanos con Sánchez se pone también de manifiesto en que el presidente del Gobierno no puede ya pisar la calle sin un riesgo alto de que la gente le abuchee. De ahí que Moncloa diseñe con sumo cuidado ese tipo de actos, porque el declive de un presidente se acelera exponencialmente cuando su sola aparición en público provoca muestras claras de rechazo.

Esa parte de la sociedad que está harta de Sánchez y de sus políticas tendrá una buena ocasión de manifestar ese rechazo el próximo 13 de junio en la Plaza de Colón de Madrid, convocados por la plataforma Unidos 78, que cuenta entre sus impulsores con personalidades como Rosa Díez, María San Gil o Fernando Savater, que hace ya unos años tuvieron que hacer frente al clima irrespirable que había en el País Vasco, debido al terrorismo de ETA y al nacionalismo obligatorio del PNV. Entonces, aquel movimiento cívico del Basta Ya sirvió para despertar conciencias, dentro y fuera del País Vasco. Ahora, en otras circunstancias, pero con elementos de fondo comunes, la sociedad española está en condiciones de decir alto y claro otro Basta Ya; en este caso, a Sánchez, a sus socios de Gobierno y a los apoyos que le mantienen en el poder, fundamentalmente los independentistas catalanes y los herederos políticos de ETA.

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