Menú
Federico Jiménez Losantos

El gran dilema de Feijóo

Sería mejor, claro, tener a un PSOE comprometido con la Nación y la Constitución. Pero la Derecha no puede esperar a que aparezca para cumplir con su deber.

Sería mejor, claro, tener a un PSOE comprometido con la Nación y la Constitución. Pero la Derecha no puede esperar a que aparezca para cumplir con su deber.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene en el homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo del 25 aniversario de su secuestro y asesinato por ETA. | EFE

Al compromiso de derogar la Ley de Memoria Democrática, noticia previsible en Ermua y ante Marimar Blanco y Aznar, Feijóo añadió ayer: "Trabajaré para conseguir no sólo los grupos del PP y de otros grupos parlamentarios sino también los votos del próximo partido socialista". Y la promesa, apenas hecha, quedó suspendida en el aire, sin credibilidad, como tantos compromisos del PP de derogar las leyes del PSOE… si quiere el PSOE, que, naturalmente, no quiere. Esta Derecha, que no entiende que ya no es La Derecha, sigue diciendo que lo que haga lo hará con la Izquierda, o sea, que nunca lo hará, presida el partido Aznar, Rajoy, Casado o Feijóo.

La ensoñación del nacionalismo moderado

Hay dudas que se heredan, como si de deudas se tratara. Si Aznar, con mayoría absoluta, no hizo nada para frenar la dictadura lingüística en Cataluña, la impuso en Baleares con Matas y no la combatió con Zaplana en Valencia, ¿por qué creer que Feijóo irá mucho más allá de la proclama del "bilingüismo cordial", que propone como solución para Cataluña, al tiempo que muchas familias se van de Galicia al no poder escolarizar con garantías a sus hijos en español, sobre todo si ganan el PSOE y el BNG?

Menos todavía, amén del enorme ridículo de la Ley Wert que hizo Rajoy, en esa materia y en todas. Prometió derogar la Ley de Memoria Histórica y la de Violencia de Género apenas llegase al poder, y cambiar el CGPJ para asegurar la independencia judicial. Pues bien: llegó con mayoría absoluta y no cambió nada. Si acaso, todavía empeoró la politización de los tribunales. ¡Y qué decir de los impuestos! Aznar cumplió su promesa. Rajoy no tardó un minuto en burlarse de sus votantes. Hace unos meses se reía con Felipe González jactándose de haberlos subido más de lo que pedía la Izquierda. Ojalá le dolieran las muelas después del chiste. Traicionan y se carcajean: ¿quién puede creer las promesas del PP?

Casado, antecedente de Feijóo

En cuanto a Casado, que hasta hace un mes y durante año y medio presidió el PP, nadie del PP ha traicionado tanto y cosechado tanta derrota. La peor, antes de su expulsión por el intento de asesinato civil de Ayuso, fue precisamente en las elecciones autonómicas de Cataluña, en las que, tras echar a Cayetana y romper con Abascal, se presentó de rodillas ante los viejos poderes fácticos del catalanismo: Godó y los empresarios del 'prusés'.

No abundaré en detalles de su entrevista en RAC1, modelo de mendacidad, cobardía intelectual y estupidez política. Me atengo sólo a los resultados de aquella puesta en escena gimoteando el voto del catalanismo moderado, que es como decir cocodrilos sin dientes y cobras sin veneno. El PP pasó de su peor resultado histórico a uno de risa floja: de cuatro a tres diputados, de los que sólo uno era del PP, aunque ya nadie sabe de qué va Alejandro Fernández, con la misma espina dorsal de gominola de Casado. Vox pasó de cero a once, más que PP y Cs juntos.

Entonces llegó el pacto PSOE-Cs para rematar al PP con mociones de censura, la reacción de Ayuso y la resurrección del PP en las encuestas. Pero Casado y Teodoro insistieron en matar a Ayuso en vez de dejar que los llevara a la Moncloa, y perecieron. Creo. A Teodoro acaba de darle Feijóo la presidencia de una comisión en el Congreso, coche y sobresueldo. Gesto moral completado con una foto con Sánchez Llibre, amigote de Teo. Reconozco que este alarde me desconcierta. Quizás porque Feijóo parece de cerca tan listo que no se entiende una estupidez así sin motivo. Y como el motivo no puede ser el de ganarse al llamado Sector Negocios del PP casadista (Pujalte y señora, Sánchez Llibre, Murcia al fondo), debo deducir que Feijóo chapotea -no navega- en el sempiterno mar de dudas del PP.

El gran dilema de la Derecha

¿Y cuál es la duda de la Derecha desde Suárez y Fraga hasta hoy? Creer que necesitan al PSOE para llegar al Gobierno y poder volver a él. O sea, que les dejen entrar y les dejen salir, para, cuando les toque, volver a entrar. Sólo a eso aspira la legión de funcionarios que comanda hoy Feijóo. El problema de fondo es que, sobre repelente, se trata de un cálculo errado. Es deudo de la visión de Cataluña que daban los nacionalistas y que duró desde los Juegos Olímpicos del 92 hasta el Golpe de 2017. Desde entonces, al que diga la sandez de Casado en 2021 y Feijóo en 2022: "la Cataluña que admirábamos y volveremos a admirar" no le arregla la vista ni la ONCE.

Ante el Golpe de Estado en Cataluña, se produjeron dos tipos de cobardía: la clásica del PP de Rajoy y la previsible del PSOE de Sánchez. 'Cobardiano' no quiso dar un paso sin la muleta del PSOE, ni siquiera ante la gallarda actuación del Rey, que le sentó fatal, pero tampoco 'Cum Fraude' dijo nada de lo que dice ahora: el reencuentro, los afectos y demás basura. Tenía el psicópata tanto miedo como Rajoy de actuar en solitario. Rivera no vaciló en cuanto al 155, pero cerdeó vilmente al apoyar la convocatoria electoral sin destruir las bases mediáticas e institucionales del golpismo. Al final, sus principios se subordinaban a sus encuestas. Y ambos nos fallaron.

La Derecha no puede esperar al PSOE

Ni Feijóo ni los que le rodean, catalanes incluidos, se atreven a mirar de frente esa realidad. El Golpe llegó, y volverá, corregido y aumentado, con Feijóo en el poder, mientras no se entienda que la Derecha, que no es ni será sólo el PP, no necesita ningún PSOE, ni pasado ni futuro. Suárez no esperó al PSOE, ni siquiera al PCE, para hacer la Transición. Calvo Sotelo tampoco para entrar en la OTAN o juzgar a todos los golpistas del 23F. La tarea de Feijóo es mucho más difícil, también más honrosa. Debe combatir al PSOE y a sus socios comunistas y separatistas hasta su derrota definitiva. Si no se produjera, la derrota del PP tendría remedio. La de España, ya no.

Y el problema no está en los medios del Estado y del Gobierno. Los tienen más que de sobra. Está en las cabezas de los políticos con pánico a usarlos, que viven de fantasmas remendados y entelequias provincianas. Es necesario que Feijóo salga de esa ratonera intelectual. Sería mejor, claro, tener a un PSOE comprometido con la Nación y la Constitución. Pero la Derecha no puede esperar a que aparezca para cumplir con su deber.

Temas

En España