Una vez confirmada la condena a los responsables del mayor robo político de la historia de nuestra democracia, 679 millones de euros, esa máquina de picar carne humana que se hace llamar PSOE ha salido en tromba a… disculpar a los condenados. Si Zapatero, hace unos días, se mostraba orgulloso de Chaves y Griñán, principales pero no únicos condenados de la trama corrupta de los ERE, hoy la nueva portavoz del PSOE, Pilar Alegría, ha justificado sus actividades delictivas como un ejemplo de "honestidad", lamentando que paguen "justos por pecadores". Prepara así a la opinión pública para un próximo indulto, que no me cabe duda de que intentarán publicar en el BOE antes de que Griñán ingrese en prisión.
La excusa es que oficialmente no se llevaron un duro. Aquello que excusan, en inolvidables palabras del periódico global de la PSOE, como un "sistema heterodoxo de agilización de pagos" no era ni más ni menos que un régimen de compra de voluntades que formaba parte del entramado que permitió a la empresa socialista permanecer casi cuarenta años en el poder. Con la excusa de que los necesarios controles para evitar despilfarros y asegurar el cumplimiento de la ley "alteraban la paz social", la Junta recurrió a todo tipo de mecanismos ilegales para poder dar dinero sin control a empresas cercanas a la PSOE que nunca hubieran pasado el filtro de ningún interventor. Un mecanismo perfectamente engrasado e ilegal para mantener prietas las filas e impasible el ademán en Andalucía.
El dinero defraudado, 679 millones de euros, supone la condena más alta de nuestra historia por un caso de corrupción. Pero como no se llevaron directamente dinero a sus bolsillos, parece que encima ahora les debemos algo nosotros, los contribuyentes a quienes robaron. Porque según la PSOE y toda la legión de periodistas y opinadores que siguen de rodillas sus consignas, no es lo mismo que si lo hubieran robado para ellos. Y tienen razón. No es lo mismo. Es infinitamente más grave. Un corrupto de toda la vida simplemente roba el dinero. Lo que hicieron Chaves, Griñán y toda la banda de San Telmo fue robar para comprar la permanencia de su partido en el poder, para mantener Andalucía en la pobreza y el atraso durante décadas. Robaron más que nadie en España para comprar votos.
Por eso Pilar Alegría los justifica, claro. Al fin y al cabo, antes de ocupar su cargo actual fue famosa por una propuesta electoral destinada a los jóvenes donde se proponía pagarles 300 euros para gastar en "cultura" a cargo de los presupuestos públicos "si votaban al PSOE, que es a quien se le ha ocurrido la idea". A los socialistas siempre les ha parecido bien comprar votos con dinero público, así que tienen que vender que esa actividad es de lo más honesta, y que es tremendamente injusto que nadie vaya a la cárcel por ello. Y tienen que indultar a Griñán porque es indultarse a sí mismos. Todos los partidos tienen casos de corrupción en cuanto empiezan a tener contacto de verdad con dinero público. Pero ninguno se dedica a venderlo como una actividad honesta. Ni siquiera Convergencia y todos sus herederos políticos llegaron a tanto con el latrocinio de la familia Pujol.
Por eso el caso del PSOE es un caso aparte. Para el PSOE, la corrupción destinada a alcanzar y mantener el poder no es algo malo, porque al fin y al cabo ellos son el camino, la verdad y la vida; nadie alcanza la Bondad™ si no es a través de ellos. El robo de nuestro dinero con el fin de mantenerse en la poltrona sólo puede ser, en definitiva, algo bueno, honesto y justo. Lo cual los separa del resto de los partidos políticos no ya por cantidad, que también, sino sobre todo por calidad. Ellos creen en la corrupción para un fin superior. Ellos son, en definitiva, la corrupción hecha partido político. España no podrá caminar en la buena dirección mientras el PSOE siga existiendo.