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Jesús Fernández Úbeda

Los santos inocentes

Se saben en ERC los reyes del mambo. Sus manos mecen la cuna de un Gobierno que sólo exhibe fuerza cuando ridiculiza a los portavoces de la derecha.

Se saben en ERC los reyes del mambo. Sus manos mecen la cuna de un Gobierno que sólo exhibe fuerza cuando ridiculiza a los portavoces de la derecha.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este jueves en el Congreso. | EFE

María Jesús Montero, la apisonadora que machacó a Cuca Gamarra en la primera sesión del debate de Presupuestos, metamorfoseó este miércoles en la Régula de Los santos inocentes. Afónica, mansa y servil, le recordó al diputado de ERC Joan Margall el "compromiso del presidente del Gobierno" de rebajar las penas por el delito de sedición con el pretexto de "trabajar en la modificación de determinadas figuras legales que están en el Código Penal y que no son similares en el ordenamiento jurídico europeo". "A mandar, señor Junqueras, que para eso estamos", le faltó añadir.

Me dice Guillermo Garabito que "ni siquiera los señoritos que describía Delibes fueron tan feudales y oscurantistas como los independentistas de hoy". Se saben en ERC los reyes del mambo –o de la sardana–, los Tony Manero amb barretina de una pista repleta de baldosas rotas. Sus manos mecen la cuna de un Gobierno que sólo exhibe fuerza cuando ridiculiza a los portavoces de los partidos de la derecha. Repantigados en sus escaños, Rufián y los suyos disfrutaron escuchando al citado Margall, más chulo que un pijo del Elías Ahuja, soltar que, "gobierne quien gobierne, en España siempre gana la monarquía", criticar el "acento militarista" de los PGE y avisar de que aunque "reconocemos algunas medidas positivas, a nuestro parecer son insuficientes". Montero: "Sabíamos que esto no era un cheque en blanco". Y, sumisa, venga a subrayar el "compromiso" de Sánchez de reformar una ley, como señala Daniel Gascón, "de manera asombrosamente personal y concreta" para favorecer a sus compiyoguis.

Previamente, los podemitas Jaume Asens y Sofía Fernández Castañón convirtieron el hemiciclo en una asamblea del 15-M, aunque con aplausos sonoros y sin ratas sobre el hombro. El primero cargó contra el "secesionismo fiscal de Madrid" y restregó a la derecha –a ver si ustedes entienden esto– que "con ustedes se rescata a los banqueros; con nosotros, a la banca". En fin. La segunda, un trasunto de sor Lucía Caram pasada por el Patio Maravillas, atizó a Pérez-Reverte y soltó no sé qué sobre la misa del domingo.

Idoia Sagastizabal, del PNV, lamentó la "tendencia centralista del Gobierno, en especial, en materia fiscal". No así en la deportiva: nacionalistas vascos y socialistas aprobaron la participación de selecciones autonómicas en competiciones internacionales "en el caso de modalidades o especialidades" con, jeje, "arraigo histórico y social". "Verás el lío cuando compitan Cataluña y País Vasco en surf: en Barcelona no hay olas", me comenta AJ Ussía al respecto. Por su parte, Oskar Matute, puestos a pedir, reclamó parar la guerra de Ucrania e instaurar un "modelo que rompa amarras con el capitalismo neoliberal, que, con su derrumbe, amenaza con llevarse nuestros derechos y libertades". El portavoz de EH Bildu exigió al Ejecutivo que mueva ficha para "acercar nuestros votos". "Será por acercar", pensaría Grande-Marlaska, "a mandar, que para eso estamos".

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