
Imagino que recordarán todo esos Clásicos consecutivos entre el Real Madrid de José Mourinho y el Barcelona de Pep Guardiola que al principio eran intensos, luego repetitivos y al final cansinos a más no poder. Pues bien, si eso resultó en su parte final un auténtico aburrimiento por las peleas dentro y fuera del terreno de juego, si Gerard Piqué se hace con la presidencia del Barcelona, lo de esos Clásicos nos va a parecer el Rey León de Disney. Será un discoteca light y no los reservados de las discotecas cuando llegan los de la Isla de las Tentaciones.
Viendo cómo ha sido la carrera de Piqué a nivel de dialéctica, porque sobre con el balón en los pies ha sido uno de los mejores centrales de la historia, uno se puede imaginar lo que podría hacer como máximo mandatario del club azulgrana. Si como jugador era capaz de apuntar al palco desde el césped como hizo en el campo del Villarreal, estando ya en el palco podría sacar su dedo a relucir directamente allí y en todas direcciones. Además, tendría innumerables posibilidades de hablar antes, al descanso y después de los partidos. También después de las comidas entre directivas. Barça TV sería otro escenario perfecto para él. Por otro lado tendrá Twitch, Twatch, Twetch,Twotch, Twutch y cualquier cosa que se haya inventado para comunicar. Todo ello al servicio de una persona que, las cosas como son, necesita continuamente un foco mediático apuntándole. ¡Vamos a alucinar!
Lo reconozco, me aterroriza a nivel de cansancio mental el impacto mediático constante de un Piqué presidente del Barcelona. Y no, no lo digo porque pueda coger al club y situarle en lo más alto del mundo del fútbol, porque igual que reconozco su pesadez mediática también le otorgo su merecido rédito como empresario, pero el hecho de que el mayor representante del Barcelona sea un ya exjugador que ayer se despidió del fútbol diciéndole al árbitro Gil Manzano "me cago en tu puta madre"... puff, se me hace bola esto y todavía no es ni siquiera una realidad.
Además habría que sumar a la ecuación al Real Madrid, club al que Gerard Piqué tiene colocado en su diana constantemente, al que revisa su Instagram a diario para ver qué hace como si fuera una ex y que será, sin duda, el objetivo número 1 del central cuando llegue al palco del Camp Nou. Manitas, noches en el cine, teatro, conspiraciones, cono-cidos, árbitros del Real Madrid... todo ese repertorio que ya ha sacado como jugador lo sacará como presidente y sin ningún tipo de miedo a que le sancionen con varios partidos sin jugar ya que, lógicamente, no volverá a pisar el césped. Y como no, Gerard Piqué llevará la política a todo este asunto. No sé si por fin enseñará sus verdaderas cartas, pero sin duda usará la dualidad política para bailar entre Cataluña y España según le convenga.
El cóctel tiene tantos ingredientes que a mí me tiene aterrorizado mediáticamente hablando. Me temo que no habrá una semana sin Gerard Piqué en la palestra. Jugada polémica en contra del Barcelona, Piqué. Jugada polémica a favor del Barcelona, Piqué. Jugada polémica en contra o a favor del Real Madrid, broma de Piqué o sorna de Piqué. Que algún otro equipo se mete de por medio en la lucha por los títulos, Piqué y el resto a por ese equipo. Y así día tras día, jornada tras jornada, temporada tras temporada. Uno pondrá el capote y los otros entrarán como toros. ¿Laporta? Laporta al lado de Piqué será Kimba, la versión cutre de Simba. ¿Xavi y su estilo? Xavi al lado de Gerard será Kike, la marca falsa de Nike. Suerte a todos y paciencia. La vamos a necesitar.
