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David Vinuesa

Echar a Simeone y caretas fuera en el Atlético

Todo gira alrededor de Simeone y eso provoca que muchos otros se escondan detrás de la protección que les proporciona.

Todo gira alrededor de Simeone y eso provoca que muchos otros se escondan detrás de la protección que les proporciona.
Simeone en rueda de prensa. | EFE

Tener un buque insignia es siempre un arma de doble filo. Por un lado, si la cosa va bien, la gloria recae sobre los hombros de este entrenador o jugador franquicia. Todo son halagos, ánimos, condecoraciones, palabras de apoyo, solicitudes amables de entrevistas por parte de los medios de comunicación, peloteo, reverencias... todo lo que se puedan imaginar. Eso sí, si la cosa va mal, la situación se transforma totalmente y cambia radicalmente para pasar de un extremo al otro. "Los pelotas pelotean y los buitres buitrean", como dice coloquialmente un amigo mío.

En el Atlético, el hombre franquicia es Diego Pablo Simeone. Como en su día lo fueron Luis Aragonés o Fernando Torres cuando no había otra cosa a la que agarrarse. ¿Recuerdan esas épocas? Yo sí. Han pasado décadas y todavía lo recuerdo. ¿Saben por qué lo recuerdo tan bien? Porque mucha gente dentro del Atlético de Madrid, pese a todo lo bueno que ha pasado en los últimos años con los títulos ganados, sigue teniendo la misma mentalidad. A Neptuno en las buenas y al paredón en las malas sin término medio. Se habla mucho de la capacidad que tenía Jesús Gil y Gil para devorar proyectos, algo que es cierto, sin embargo, muchos hacen lo mismo que criticaban en su día. Curioso.

Esta película que se está montando alrededor de Simeone y por lo tanto alrededor del Atlético no es nueva. Es un clásico. Es cine en blanco y negro remasterizado y con color rojiblanco. Desde los ‘maravillosos’ y ‘humanitarios’ consejos de la prensa hermanada con el enemigo hasta los aficionados más veletas del Civitas Metropolitano, antes Vicente Calderón. Esto funciona así: echarle la culpa a una sola persona, pedir su cabeza en vez de analizar el problema global y cuando venga el siguiente y no funcione, porque hay más de un problema en la entidad, miradas y gritos al palco, manifestaciones varias o esas bufandas verdes y amarillas que se ponen de moda cuando el equipo pierde y se esconden más de la cuenta cuando el equipo gana. Ojo, los hay que la sacan ganando y perdiendo, por supuesto.

Como Simeone es la referencia del equipo, los palos van hacia él y creo que así debe ser, pero no del modo extremista actual. Simeone no puede permitir que el equipo vaya como va. Es, como líder, el principal culpable. Repito, principal culpable. Repito de nuevo, principal culpable. Una vez más y despacito: prin-ci-pal cul-pa-ble. ¿Quién? El Cho-lo. ¡One more time!: el Cho-lo. Lo pongo tantas veces porque incluso poniéndolo así, como he hecho en muchos tuits y columnas, hay gente que lo lee y me sigue diciendo "nunca le echas la culpa al Cholo". O no saben leer o están tan obsesionados con lo suyo que o pones "muerte a Simeone" o no les entra en la cabeza. Simeone, como líder, es el principal culpable, pero mi análisis ya lo he dicho mucho veces y va más allá.

Si yo pensase que un nuevo entrenador, véase Luis Enrique por ejemplo, sería capaz de convertir a Felipe, Savic, Hermoso y Giménez en defensas de pocas lesiones y gran solidez, adelante. Si yo pensase que un nuevo entrenador lograría desatar la capacidad goleadora de Morata y Cunha, adelante. Si yo pensase que Klopp o Guardiola podrían transformar a De Paul en el jugador que es con Argentina, adelante. Y así puedo ir nombrando a muchos jugadores, como Lemar, Carrasco o Llorente, , que están firmando una temporada para olvidar. O Joao Félix, que tanto suena como el gran rival de Simeone en la guerra civil atlética. El problema es que si mañana echan a Simeone y los de arriba no tocan más que las dos piezas de siempre bajo el lema "vender antes de comprar", el Atlético, de un plumazo, venga quien venga, volverá 15 años atrás en el tiempo.

Pongamos que se marcha Simeone y llega Luis Enrique. ¿Alguien cree que el asturiano va a aguantar que un Trippier de la vida se le marche en enero porque al club le venga bien? ¿Alguien cree que Lucho soportaría la venta de un centrocampista como Thomas el último día de mercado? ¿Soportaría Luis Enrique pedir a un delantero centro y que la dirección deportiva le fiche a un mediapunta? A ver qué ocurre cuando pida un central y le renueven al que no quiere ver ni en pintura o pida un lateral zurdo y le fichen a un futbolista lesionado a lo Reguilón. Porque ese es el gran problema del Atlético. En mi caso yo no tengo miedo a un Atlético sin Simeone, yo le tengo miedo al Atlético que he conocido toda mi vida y que es capaz de devorarse a sí mismo en pocos meses. Si yo me fiase de una reconstrucción sólida y efectiva, esté o no Simeone, compraría ese nuevo Atlético de Madrid, pero es que no me fío. Si con el Cholo y siendo estables, ganando una millonada durante una década, el Atlético sigue con el "no tenemos dinero, hay que vender antes de comprar". ¡Con todo lo que se ha ganado en los últimos años! ¡Con estabilidad! Ni con esas se ha cambiado el modo de actuar.

Esta película, como he dicho antes, ya la he visto 1000 veces. Eso sí, creo que mucha gente en ese club, tanto en el palco como en el vestuario, necesitan salir al campo de batalla sin escudos. Sin Simeone recibiendo todas las balas. Por eso titulo esta columna "echar a Simeone y caretas fuera". Quiero ver a todo el mundo con el rostro al descubierto para saber si la culpa es solo del Cholo. Quiero ver a los de arriba reconstruyendo el equipo. Quiero ver a los jugadores demostrando que era culpa del sistema o del once titular. Sin excusas. Fuera Simeone y que den la cara. Y seré el primero en celebrar que así sea. Si Joao Félix se convierte en un fenómeno desatado, lo celebraré. Si la defensa vuelve a ser férrea, chapó. Si el ataque se suelta y son imparables, vivan los goles. Pero quiero verlo. A mí tener razón o no en mi análisis no me da más satisfacción que ver alegrías en el Metropolitano. Pero quiero ver al estudiante encerrado en su habitación para sacar un notable cuando el profesor que le tenía manía ya no esté. Quiero ver a papá y mamá exigiendo al niño resultados sin el profe que supuestamente le suspendía. Porque como suspenda también con el nuevo, ya no habrá escudo para esconderse.

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