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Juan Pablo Polvorinos

Gobernar de verdad

La principal seña de identidad del PP suele ser dejar intacta la arquitectura legal e ideológica que levantó el gobierno socialista que lo precedió.

La principal seña de identidad del PP suele ser dejar intacta la arquitectura legal e ideológica que levantó el gobierno socialista que lo precedió.
Alberto Núñez Feijóo | David Mudarra

Escucho cada semana a Alberto Núñez Feijóo hacer una promesa para cuando sea presidente del gobierno. Llama la atención, de entrada, el exceso de confianza cuando queda aún un año para las elecciones. Más aún, cuando la política española está plagada de futuros presidentes del gobierno que nunca llegaron a serlo. Pero Feijóo lo tiene muy claro y suma cada semana una derogación legislativa que ha puesto en pie Pedro Sánchez. Así, Feijóo derogará la Ley de Memoria Democrática, la "ley Celaá" de Educación, la Ley de Secretos Oficiales o la Ley del aborto. Además, suma al pliego de promesas la modificación de la Ley de libertad sexual y la reinstauración del delito de sedición en el Código Penal.

Conviene ir haciendo la lista y tomando nota porque la principal seña de identidad del PP cuando llega al poder suele ser dejar intacta la arquitectura legal e ideológica que levantó el gobierno socialista que lo precedió.

Todas estas promesas suenan desde luego interesantes pero con todas estas reformas legales no se solucionarán los grandes problemas que tiene España y que, desde hace años, nos hacen perder competitividad y posiciones entre las grandes naciones del mundo. Porque la política española se ha convertido en un inmenso océano de estupideces donde hay mucha marejada en la superficie pero no se mueve nada en las profundidades. Y este es el gran mal de nuestro tiempo.

Casi dan ganas de titular este texto como: "Los 11 retos que, aunque debería, Feijóo no abordará si llega a la Moncloa".

  • Solucionar el mal endémico del paro estructural, consecuencia de nuestro desnortado marco de relaciones laborales.
  • Abordar el problema endémico de la deuda desbocada y el déficit disparado mediante una política económica y fiscal austera y responsable.
  • Acotar de manera urgente el exponencial gasto que genera nuestro sistema de pensiones.
  • Debatir sin demagogias ni radicalismos un nuevo modelo energético que NO nos haga depender de terceros países.
  • Confeccionar un nuevo modelo educativo que forme a la generaciones futuras en la cultura del mérito, el esfuerzo y la excelencia.
  • Trabajar para modernizar de una vez nuestra Constitución.
  • Negociar un nuevo sistema de financiación autonómica justo y equitativo, pensando más en quienes lo necesitan y menos en quienes patalean.
  • Solucionar el problema catalán recuperando allí la presencia del estado y obligando al cumplimiento de la legislación vigente.
  • Modificar la Ley electoral para que se otorgue menos poder a los enemigos de España.
  • Reformar la fiscalidad para hacerla competitiva y que los impuestos no depreden los bolsillos de los ciudadanos.
  • Y separar de una vez por todas al poder político del poder judicial.

Todas estas medidas tienen algo en común. Que ningún político se ha puesto a trabajar en ellas. Si el PP quiere gobernar de verdad tiene mucha tarea por delante.

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