
Al unísono la izquierda internacional ha salido en defensa de Pedro Castillo, al que están convirtiendo en su nuevo mártir. Sus líderes como AMLO, el régimen de Maduro, Evo Morales, Petro o la OEA, desafiando a la verdad, lo victimizan pasando por alto que tiene abiertas 51 investigaciones fiscales por corrupción, y que dio un golpe de estado anunciándolo en un mensaje dirigido a la nación.
El corrupto y golpista mandatario peruano ha sido vacado por el Congreso y posteriormente detenido por el Ministerio Público, después de un fugaz y fallido intento de golpe de estado.
Pedro Castillo llegó a la presidencia de la mano de Vladimir Cerrón, un sentenciado por corrupción y líder del partido marxista y leninista Perú Libre, que cuenta con el apoyo del Movadef, brazo político de la organización terrorista Sendero Luminoso.
Durante el año y medio que duró su mandato, Castillo fue blindado por diversos funcionarios y congresistas corruptos convertidos en promotores y operadores políticos con el fin de instaurar una Asamblea Constituyente y darle el golpe de gracia a la democracia peruana.
La institucionalidad y el Estado de derecho finalmente fueron defendidos por la Fiscalía de la Nación, las FFAA y la Policía del Perú.
En estos momentos el país es una caja de Pandora a punto de explotar. Durante este último año y medio se ha realizado un incesante trabajo de infiltración de las instituciones públicas, y en todas ellas han sido insertados operadores políticos. Todo el engranaje de la corrupta y fallida presidencia de Castillo continúa activo.
Dina Boluarte, que fue vicepresidenta con Pedro Castillo, y que después de la detención del mismo ha asumido la presidencia, es asimismo otra pieza clave de Vladimir Cerrón, el dueño de Perú Libre. Ella no es lo mismo que Castillo, pero es igual.
En el panorama de la izquierda internacional, el golpe de estado de Castillo ha provocado reacciones de apoyo como la del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, que ha acusado a EEUU de "promover la destitución de Pedro Castillo". Asimismo López Obrador presidente de México, en un intento por desdibujar la realidad, como es su costumbre, asegura que las élites económicas y políticas del Perú "forzaron" a Castillo a declararse dictador para así poder destituirlo. No merece la pena ni hacer comentarios.
Evo Morales, por otro lado, asegura que la crisis política fue provocada por la "conspiración permanente de los medios derechistas contra un gobierno elegido en las urnas y cuyo delito imperdonable fue representar a los más pobres". [sic]
El tibio y escueto comunicado de la OEA ni siquiera menciona la palabra corrupción. La izquierda internacional se ha empeñado en reducir el caso de un delincuente corrupto que fungía como hombre de paja de una organización criminal, en un debate sobre racismo y clasismo inexistente.
Dina Boluarte representa la continuidad del régimen de Pedro Castillo, al que le esperan 35 años de cárcel. ¿Qué puede salir mal, verdad?
