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Marion Mueller Chueca

El Coro de São Paulo desafina en el Perú

La izquierda en Latinoamérica pretende transformar a Pedro Castillo en un mártir mientras califica a Dina Boluarte de dictadora asesina.

La izquierda en Latinoamérica pretende transformar a Pedro Castillo en un mártir mientras califica a Dina Boluarte de dictadora asesina.
Manifestantes peruanos marchan contra Dina Boluarte. | EFE

Después de la detención en flagrancia del golpista Pedro Castillo, Dina Boluarte asumió de manera constitucional y transitoria la presidencia del Perú hasta que sean convocadas elecciones generales anticipadas este mismo año. La cuestión es que Boluarte está siendo atacada por los mismos que la votaron, y que ahora exigen a través de violentas protestas su renuncia, además de un referéndum para convocar una Asamblea Constituyente.

Ella fue vicepresidente con Castillo, y su actual posicionamiento es abiertamente en defensa de la democracia. En cambio para la narrativa radical se ha convertido en una traidora y asesina, a la que le imputan la muerte de 50 personas en manifestaciones extremadamente violentas. En un intento por hacerle luz de gas a todo el Perú, se pretende hacer creer que la sucesión presidencial de Boluarte es nula y que Castillo fue injustamente encarcelado.

La izquierda internacional representada por los miembros del "Coro de São Paulo" ha salido cantando al unísono en defensa del golpista Pedro Castillo. Un mitómano con 57 investigaciones fiscales abiertas por corrupción.

Los patócratas cantores López Obrador, Boric, Cabello, Arce, Petro, Xiomara Castro etc. son los encargados de transformar a Castillo en el mártir de una narrativa absolutamente falsa, que desafía de manera grotesca a la inteligencia.

En el tablero geoestratégico y geopolítico internacional, el Perú es una pieza clave tanto por ubicación geográfica como por abundancia de materias primas como cobre, zinc, plata, oro, o tierras raras. Motivos suficientes para despertar los intereses de muchos.

Estos cantores de São Paulo que defienden de manera tan desinteresada intereses ajenos al Perú, están victimizando a un delincuente que pretendió descarrilar el orden democrático establecido.

López Obrador, en otro intento por desdibujar la realidad, fiel a su costumbre, asegura que la élites económicas y políticas del Perú, "forzaron" a Castillo a declararse dictador para así poder destituirlo, y evidentemente pide su liberación.

Evo Morales, que acaba de ser declarado por el Congreso peruano persona non grata, tampoco ha parado de inmiscuirse en la política peruana desde hace más de un año, impulsando el separatismo en las provincias del sur del país, y asegurando que la crisis política ha sido provocada por la "conspiración permanente de los medios derechistas contra un gobierno elegido en las urnas y cuyo delito imperdonable fue representar a los más pobres". [sic]

El que fuera miembro del grupo terrorista M-19 Gustavo Petro, asegura no entender "cómo puede haber un presidente preso y que haya perdido sus funciones constitucionales, que adquirió a través del voto popular, sin que haya una sentencia de un juez penal en su contra" [sic]. Bertold Brecht señalaba que: "El que no conoce la verdad simplemente es un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, es un criminal".

La izquierda internacional pretende reducir el caso de un delincuente corrupto que fungía como hombre de paja de una organización criminal y que dio un golpe de estado, a un debate sobre racismo/clasismo y a calificar a Dina Boluarte de dictadora asesina.

Castillo es una marioneta cuyo encarcelamiento forma parte de una perversa y violenta escenificación, que busca implantar a toda costa una Asamblea Constituyente. El plan desde un principio, ha consistido en instaurar un régimen totalitario al más puro estilo castro/chavista al precio que fuera.

Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre y principal mentor de Castillo, que se autodefine como marxista, leninista y maoísta lo explica sin tapujos: "El poder no se somete a elecciones cada cinco años, solo la administración de la burocracia estatal".

El caos político y social que se ha desatado después del fallido golpe de estado, es exactamente lo que se buscaba. La toma simultánea de 5 aeropuertos, sumado al bloqueo de carreteras en todo el país, y la quema de comisarías y edificios, forma claramente parte de un plan premeditado y perfectamente trazado.

Esto se puede constatar en la minuciosa coordinación de los mensajes que lanzó con posterioridad al golpe de estado todo el oficialismo, y en el enfoque político de unas protestas cargadas de violencia y carentes de reivindicaciones sociales.

Castillo ordenó cerrar temporalmente el Congreso, y detener a la fiscal de la Nación. Sus órdenes fueron desobedecidas por las Fuerzas Armadas, y horas después fue vacado por mayoría en el Congreso peruano.

Posteriormente el Ministerio Público procedió a su detención, cuando huía en coche oficial en dirección a la embajada mexicana, donde todo parecía preparado para ser amparado por el pinche caradura de AMLO, un fabulador que presenta un aburrido programa matutino en la televisión mexicana titulado Las Mañaneras.

Desde su detención, Castillo no ha declarado absolutamente nada ante la Fiscalía, tal y como venía siendo habitual en todas sus comparecencias previas por casos de corrupción. El chotano ni siente, ni padece.

A través de su cuenta de Twitter que gestionan sus mentores, se continúan redactando y lanzando mensajes apocalíptico/populistas del tipo: "Va acercándose el día de la justicia para nuestro pueblo. Los responsables de esta masacre pronto darán la cara por los delitos de lesa humanidad y su prensa mafiosa no podrá salvarlos. El Perú, a pasos firmes, va forjando su liberación y está a un paso de la Constituyente". [sic]

La institucionalidad y la democracia en el Perú están siendo defendidas en estos momentos por la Fiscalía de la Nación, las Fuerzas Armadas, y la Policía.

Es importante remarcar que el Perú no es una República bananera, por mucho que algunos se empeñen en convertirlo en una. Lo que si es innegable, es que la actual situación del país se asemeja bastante a una caja de bombas a punto de explotar. La violencia desatada estas últimas semanas ha dejado la lamentable cifra de 60 fallecidos, y cientos de heridos.

Durante año y medio se ha venido financiando con fondos estatales, dinero del narcotráfico, y de la minería ilegal, a partidos y movimientos radicales que ahora han entrado en acción generando el caos y la violencia. El engranaje de la corrupta y fallida presidencia de Castillo continúa plenamente activo.

No cabe duda de que a la frágil democracia peruana le quedan muchas asignaturas pendientes y un trabajo titánico por delante, pero todo eso es una labor que hemos de realizar los peruanos en conjunto y en democracia, no necesitamos a un coro de coludidos desafinando. Del Perú su Libertad.

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