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Mario Garcés

Sánchez y el poli-amor

Muchos españoles no se habrían acostado/votado a Sánchez de haber sabido que pactaría con EH Bildu y con los republicanos catalanes.

Andan los españoles divididos entre los que postularían al policía infiltrado en organizaciones civiles catalanas para una condecoración vitalicia, convertido ya en héroe nacional bajo el seudónimo de Robo-CUP, y los que, por el contrario, identifican al miembro del Cuerpo como un delincuente, sí es sí, por haber mantenido relaciones sexuales continuadas con activistas sin que estas conocieran la verdadera actividad profesional del agente. Activo frente a activistas. Violación de la ley frente a cultura de la violación.

Ignoro si el miembro del Cuerpo se ayuntaba en horario de servicio o lo hacía en sus horas de descanso. Ignoro si el miembro del Cuerpo lo hacía por placer o por obligación. Hasta confieso que podría conjugarse el deber y el placer bien entendido. Puedo entender y entiendo que las denunciantes se sientan defraudadas, una vez que hayan conocido que el amante era bilingüe y más español que el pijoaparte de Marsé. Porque no serán las primeras ni los últimos que se sientan estafados en algún momento de su vida cuando conozcan la verdadera personalidad de un amante. Que cada día se acuestan mujeres y hombres casados con amantes fingiendo celibato, o simulando heterosexualidad cuando la contraparte es de sexo propio, o interpretando el papel de rico entusiasmado con residencia en Baden Baden, cuando lleva dos meses sin pagar el alquiler en Villaverde de Abajo. Incluso existe la retroacción sexual después de varios años de matrimonio y de convivencia, cuando un día te despiertas y ves al otro lado de la cama a un insecto más grande que el de la Metamorfosis de Kafka.

A vueltas con el consentimiento y con la libre voluntad para conformar nuestros actos, Montero y compañía no pueden dar lecciones a un liberal. Lo más que pueden hacer es estrangular el concepto de libertad hasta convertirlo en un yugo perfecto en el que nada se puede hacer responsablemente, porque nadie tiene conocimiento de todas las circunstancias que rodean una determinada situación. Si para tomar una decisión, a partir del grado de cognoscibilidad de cada cual, tuviéramos que tener un conocimiento periférico de todo, dudo mucho que se tomaran decisiones. Es más, puede ocurrir, como está ocurriendo últimamente, que la falta de conocimiento de algún aspecto, más o menos relevante o irrelevante, pueda llevar a constituirse en un vicio de nulidad de nuestros actos consentidos.

De sobras conocemos los juristas en el Derecho matrimonial que el error sobre las cualidades de la persona debe ser lo suficientemente severo y grave como para impedir la prestación del consentimiento si hubieran sido conocidas con anterioridad a la celebración del matrimonio, pues no cualquier error en la personalidad de uno de los contrayentes da derecho al otro a alegar la nulidad por engaño, entendiendo que debe referirse a cualidades no sospechadas ni conocidas con anterioridad al matrimonio. Nuestros tribunales han estimado la nulidad en un supuesto en el que la esposa hizo creer al marido que aún estaba en edad de engendrar hijos. En otras ocasiones el ocultar la condición de toxicómano o alcohólico se han considerado como cualidades de entidad suficiente para acordar la nulidad del matrimonio, el haber sido condenado por un delito y haberlo ocultado, o la enfermedad mental grave, la enfermedad física contagiosa o que impida la procreación, la impotencia, la homosexualidad, o el padecimiento de una enfermedad degenerativa irreversible.

Del matrimonio nulo al sexo nefando. El espía que surgió del frío español no es más que un eslabón de una tradición muy antigua. Que lo digan los comunistas soviéticos, del comunismo al belarrismo español. O el plan desarrollado por Markus Wolf durante la Guerra Fría, el jefe de los servicios secretos en el extranjero creó un cuerpo especial de espías masculinos para seducir a las secretarias de la República Federal Alemana (RFA), convencido de que algunas tenían acceso a información confidencial tanto de las instituciones como de sus jefes. El programa Romeo convertido actualmente en el Romeu catalán a la búsqueda de julietas ocupas. Pero también Mata-Hari, una espía chapucera de chichinabo, más conocida por ser una estrella que por su actividad como agente. O el mismo Lobo que se infiltró en el entramado de ETA en España, y que según testimonios directos, fue practicante del sexpionaje, con el que probablemente se pudieron evitar muchos asesinatos sanguinarios.

Un caso muy parecido al que hoy hierve en España tuvo lugar en el Reino Unido anterior al Brexit. Mujeres británicas promovieron denuncias, investigaciones y juicios sobre la actuación de agentes de Scotland Yard que, bajo la tapadera de una falsa identidad, las enamoraron y entablaron relaciones sexuales con ellas, llegando en algún caso incluso a tener hijos en común. Las mujeres engañadas pertenecían a grupos ecologistas, defensores de derechos de los animales o contra la globalización en los que los servicios secretos británicos trataban de infiltrarse. Una vez obtenida la información deseada, los agentes desaparecían antes de que pudieran ser identificados como espías del Gobierno.

En fin, hace muy pocos años todos disfrutamos de la escena de Mentiras arriesgadas en la que Jamie Lee Curtis hacía un striptease a su marido, interpretado por Arnold Schwarzenegger, bajo las acordes de Alone in the dark. No recuerdo a ninguna sección del movimiento feminista rasgándose vestiduras morales porque fomentase la cultura de la violación. Estaban muy entretenidas viendo como se violaba cómicamente en las películas de Almodóvar.

Porque este podría ser el título de esta legislatura: Mentiras arriesgadas. Más allá de que el poli-amor es un miembro de un Cuerpo cuya dirección corresponde a Grande-Marlaska, enfrentado ahora a la Ley del "sí es sí" y al sentido final del conocimiento y del consentimiento, lo cierto y seguro es que Pedro Sánchez es el infiltrado total. Veamos. Si aceptamos que la realización de los actos de los seres humanos está sujeta a la confianza legítima de los demás y al conocimiento verdadero de la voluntad, Pedro Sánchez es un infiltrado. Porque si para consentir en una relación sexual, admitimos que es coherente tener conocimiento de ciertas circunstancias, mutatis mutandi, para votar a un partido aceptamos que lo hacemos porque nos dice la verdad.

Muchos españoles no se habrían acostado/votado a Sánchez de haber sabido que pactaría con EH Bildu y con los republicanos catalanes, o que habría formado Gobierno con Unidas Podemos. Sánchez, el poliamoroso afectivo pro interés personal. El infiltrado Sánchez no iba a dormir tranquilo con Iglesias y acabó formando una cama redonda. Si el consentimiento de un votante al elegir una opción política se basa en las declaraciones de la persona a quien vota y después le engaña, estamos ante un fraude irreparable. El fraude de un defraudador sin límites, infiltrado de nacionalismo y comunismo hasta el tuétano para sobrevivir.

Mario Garcés.
Inspector de Hacienda e Interventor y Auditor del Estado. Jurista, académico y escritor.
Portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados.

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