Han sido las primeras palabras que nos ha dejado Fernando Alonso después de subirse al Aston Martin esta semana durante los test que Pirelli ha celebrado en el circuito de Jerez, y en donde han participado Mercedes y el propio Aston Martin.
Las escuetas palabras del bicampeón suenan muy esperanzadoras e ilusionantes, una vez más. ¿Pero cuánto de realidad hay en ellas y cuánto de marketing? Si tenemos en cuenta que el coche en el que el martes se subió Fernando es el coche del pasado año, parece temprano para hacer cualquier tipo de pronóstico sobre el rendimiento del nuevo monoplaza que todavía está en el horno de cara a la próxima temporada que arrancará el 5 de marzo en Baréin.
Es cierto que este año no se espera que los monoplazas cambien mucho, ya que esta temporada debe ser de consolidación y perfeccionamiento de la tecnología y cambios que se implantaron el año pasado. Es por esto mismo también, que si los cambios se circunscriben solo a la elevación del suelo de los monoplazas para combatir el porpoising, y poco más, pues poco más que el año pasado vamos a poder ver del Aston Martin.
En principio, piloto, equipo y afición parecen coincidir en que Alonso estará entre los diez mejores coches cada gran premio, pero de ahí a que se trate de un proyecto ganador que sueñe con alcanzar a los vigentes campeones, a Red Bull, hay una gran diferencia.
Por eso creo que en las afirmaciones de Fernando hay más de motivación que de pronóstico realista. Motivación, marketing o como quieran ustedes llamarlo. El problema es que cuando se llevan tantos años hablando de proyectos ganadores, del espíritu de Honda o de McLaren o de la vuelta a los orígenes con Alpine donde nos dimos de bruces con el ´Plan´, estas palabras caen un poco en saco roto. Incluso habrá a quien las declaraciones de Alonso les parezcan casi una broma, de mal gusto por supuesto.
Qué Fernando va a sacar el máximo partido del coche, seguro, que lo evolucionará como nadie, incluso mejor que Sebastian Vettel, estoy convencida, pero de ahí a que sea el enemigo a batir de Reb Bull, Mercedes o Ferrari, lo dudo mucho.