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La ilusión de Ramón Tamames

Es como si se nos hubiera devuelto algo, llamémosle el poder creativo del demos, que nos llevan robando los políticos hace décadas.

Es como si se nos hubiera devuelto algo, llamémosle el poder creativo del demos, que nos llevan robando los políticos hace décadas.
Enrique Tierno Galván y Ramón Tamames, en la manifestación del 1º de Mayo, de 1979, en Madrid. | Wikipedia - Pedro M. Martínez Corada

Ojalá Tamames decida encabezar la moción de censura anunciada por VOX. Pero no pasa nada si, al final, declina la oferta. La duda no es importante. La ilusión democrática generada por el anuncio es lo relevante. Está llena de sabiduría política. De discurso. La viabilidad de la propuesta es irrelevante al lado de su espíritu educativo. La paideia es todo; creo que hasta el aprendiz de tirano de La Moncloa ha tomado nota de la cosa. La acción política, queridos lectores, estaba ya contenida en el anuncio-discurso. A millones de personas, sí, les dio un vuelco el corazón al enterarse de que un ciudadano en lucha constante por su autonomía e independencia, un batallador durante toda su vida para mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos y de sí mismo, está dispuesto a representarlos para censurar al gobierno más desleal a su nación que ha dado el sistema político de la Constitución del 78.

El asunto rebosa tanta ilusión democrática que minimiza las encanalladas "críticas" a la idea. Miles y miles de ciudadanos han sentido alegría por la noticia. Y cuando la alegría existe, por favor, dejémosla que pase por cualquier sitio. Cantemos sus virtudes. No la ocultemos con los vicios de sus espectadores. Hagamos de ella una fuerza colectiva, una ilusión histórica, capaz de hacer revivir las potencias individuales de cada uno de los ciudadanos. No despreciemos jamás la posibilidad de alimentar nuestras vidas, de crecer personalmente, o sea de ser más felices y autónomos, gracias a esas energías nacidas de la colaboración de los hombres que viven en sociedades más o menos civilizadas. ¡Creamos en la sociedad abierta! Confiemos aún en su aptitud y sensibilidad para dar cobijo a partidos políticos con sentido común y hombres capaces de escucharlos. Demos las gracias, pues, a Ramón Tamames por tomar en consideración la propuesta de VOX, mediada por su amigo Sánchez Dragó, para liderar la moción de censura al Gobierno.

La propuesta de VOX y la aceptación a estudio por parte del profesor Tamames constituye todo un acto político. Quien lo minimiza, o peor, lo ridiculiza, escupe contra el viento. Pasará a la historia como una idea hecha ilusión. Nada hay mejor que un pensamiento envuelto en ilusión. Será, sí, uno de los acontecimientos democráticos más sugerentes de esta legislatura. Otorga dignidad a la política y, de paso, nos recuerda que el ser humano es genuinamente humano en lo público. La feliz idea ha conseguido movilizar las energías vitales del ágora y la eclessía contra los ladrones de la política. Es en lo público donde los seres humanos alcanzan sus más altas dotes y cualidades. El redescubrimiento del hallazgo opaca cualquier objeción a la feliz ocurrencia. No digo que carezca de sentido democrático esgrimir en contra de la propuesta la edad de Tamames, o que se perdería por el número de votos, sino que son objeciones menores al lado la idea. Son planteamientos tácticos ante el gran acontecimiento político: un hombre sabio, inteligente y autónomo por amor a su país, por preocuparse de lo común, está estudiando y preparando un discurso para demostrar que el gobierno de Sánchez nos conduce al precipicio.

Aplaudamos, todas las veces que haga falta, la idea de una moción de censura liderada por Ramón Tamames. Sí, el sencillo anuncio de una posible colaboración entre VOX y Tamames nos ha traído un trozo de paraíso del cielo político a la tierra de los políticos. Hemos sentido por unos instantes que la Política nos pertenece a todos. Es como si se nos hubiera devuelto algo, llamémosle el poder creativo del demos, que nos llevan robando los políticos hace décadas. Gracias a ese sencillo anuncio hemos sentido que la democracia es sobre todo el poder creador surgido de los seres humanos que viven en sociedad. La "colectividad" formada por individuos radicalmente libres y autónomos, es decir no determinados por poderes "extra-sociales" o "extra-históricos", puede conformar con sentido sus destinos. En fin, quizá Ramón Tamames renuncie a encabezar la moción de censura contra un gobierno sin pies ni cabeza, sin sensibilidad y sin inteligencia, sin pizca de sangre democrática para legar a las nuevas generaciones una nación más grande y justa que la recibida hace más de cuatro años. Su renuncia, obviamente, estaría justificada, pero eso hoy carece del más mínimo interés para los ciudadanos demócratas. Son cuestiones secundarias ante la ilusión que ha generado el sencillo anuncio de su posible candidatura para cuestionar al gobierno más liberticida de la Unión Europea.

Somos muchos los que esperamos, como niños con zapatos nuevos, las palabras, el discurso de Ramón Tamames, en las Cortes de España. Estaría bien, naturalmente, si lo iniciase con la frase famosa de Cicerón en el Senado contra el traidor Catilina: Quousque tandem, Sánchez, abutere patientiam nostram?, pero sería inmejorable si lo iniciase con un: "Soy Ramón Tamames, ciudadano español, que habla en nombre de millones. Hoy el destino me ha elegido a mí, pero podría haber sido otro que el estuviera en esta tribuna…". Pero, más allá de lo que diga o deje de decir, lo realmente genial es que el discurso de Tamames será memorable.

Ya sé, ya sé que de ilusiones no se vive, pero en una sociedad tan encanallada como la española, no queda otra que alentar la Ilusión Democrática. El resto son chismes.

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