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Emilio Campmany

El chuleta de La Moncloa

¿Será que son actitudes que, entre el electorado de izquierda, generan apoyos y estimulan la movilización? Habrá que preguntarle a Tezanos.

¿Será que son actitudes que, entre el electorado de izquierda, generan apoyos y estimulan la movilización? Habrá que preguntarle a Tezanos.
President Pedro Sanchez Perez-Castejon of the Government of Spain speaks to reporters after meeting with United States President Joe Biden at the White House in Washington, DC on Friday, May 12, 2023. Credit: Chris Kleponis / Pool/Sipa USA | Cordon Press

La izquierda española del régimen sanchista presenta algunas curiosidades que no terminan de tener explicación racional. Es chocante, por ejemplo, que Podemos defienda en período electoral la "okupación" como si eso le diera votos. Por muchos que sean los que se benefician o esperan beneficiarse de tan infame práctica abusando de la permisividad de la legislación española, han de ser muchos más quienes se oponen a ella. De la misma forma es sorprendente que el PSOE, que se supone un partido de masas moderado, no haya legislado para acabar con esa lacra, algo que le habría reportado un número considerable de votos. Y, sin embargo, los socialistas han preferido dejar las cosas como están para beneficiar a unos relativamente pocos caraduras. ¿Será que amparar la "okupación" es algo que en general los votantes de izquierda valoran y premian?

Pasa algo parecido con lo de Bildu. Pedro Sánchez no tenía una necesidad de pactar con el partido etarra para ser investido ni para sacar la mayor parte de sus leyes. Y, sin embargo, el presidente eligió a esta canalla como socios de investidura y de legislatura a pesar de lo letal que en términos electorales es su proximidad. Se puede alegar que el plan del PSOE es desalojar al PNV del poder en el País Vasco con la ayuda de esta gentuza, algo que por otra parte tendrían bien merecido los meapilas de la orilla derecha. Y es posible que, para lograr eso, sea necesaria esa proximidad que en el resto de España quita votos. Pero, para eso no es necesario en plena campaña electoral de municipales y autonómicas, con luz y taquígrafos, intercambiarse besos y flores con las "nekanes" tal y como hizo el miércoles en las Cortes el presidente del Gobierno, recién acusado de ser más "cruel" con el PP que con Bildu. La palabra "cruel" no es la más indicada, pero la imagen de que el PSOE se siente más próximo a la ETA que al PP no es sólo una exageración de Feijóo y Gamarra, sino una verdad que a Sánchez le gusta poner en evidencia en la sede de la soberanía nacional. Y no se entiende porque se supone que es algo que resta votos, como parecen creer sus barones, que con el cinismo de una libertina que se finge casta y pura, se desmarcan de las amistades que cultiva su jefe de filas. ¿Era necesario hacer patente que en efecto el PSOE se encuentra cómodo de la mano del brazo político de una banda terrorista? Se dirá que Sánchez tiende a lo chulesco y le gusta llegar a los sitios contoneándose mientras desmaya a las señoras con su mirada de galán siciliano, aunque de siciliano no sólo tenga lo de galán. ¿Tan chulo es como para que le den igual los votos que le reste ligar con Bildu? Es como si dijera: "Sí, nos ha ‘merengao’, me acuesto con Bildu porque al menda le da la gana. ¿Pasa algo?" ¿O será que son actitudes que, entre el electorado de izquierda, genera apoyos y estimulan la movilización? Habrá que preguntarle a Tezanos.

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