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Política de pactos entre el PP y VOX

Si yo fuera de VOX, no estaría tan seguro de ser absolutamente necesarios para aupar al candidato del PP a la Jefatura del Gobierno de España.

Si yo fuera de VOX, no estaría tan seguro de ser absolutamente necesarios para aupar al candidato del PP a la Jefatura del Gobierno de España.
El líder de Vox, Santiago Abascal, en la sede nacional del partido en Madrid. | EFE

Si tomamos en serio lo sucedido en los comicios del 28 de mayo, el sanchismo caerá pronto. Pero las predicciones políticas, aunque estén muy bien fundamentadas, hay que tomarlas con cierta dejadez filosófica. Soy escéptico sobre los vaticinios políticos. Pero existen evidencias incontestables para despertarnos del sueño de las dudas, por ejemplo, Sánchez es el político más odiado de España, a pesar de tener un suelo electoral muy alto. No lo quieren ni los de su propio partido. O sea, Núñez Feijóo pudiera desbancar a Sánchez de la Jefatura del Gobierno. Apostemos, pues, por la salida definitiva de Sánchez y el inicio de un nuevo camino para sacar a España del caos económico, social y político. Aunque nadie lo descarte, todo es posible en un país tan surrealista como España.

Mientras llegan las elecciones del 23 de julio, algunas posiciones de la Oposición, especialmente del PP, están aclarándose. Sus dirigentes hablan con suma prudencia, pero empiezan a ser claros en algo vital: las posibles coaliciones con otros partidos. Elías Bendodo, coordinador general del PP, le ha dicho a Dieter Brandau, en Es la noche de Dieter, que el PP tiene muy claro su política de pactos con otras fuerzas políticas para elegir alcaldes y presidentes de Autonomías: "Hablar con todos y pactar con casi todos". Nadie vea ambigüedad en esa posición general y abstracta. No se trata de una mera táctica coyuntural. Tampoco creo que sea una mera táctica pensada hasta que lleguen las eleciones generales. Es una opción meditada que dirige la política entera del PP. Las pruebas de esta estrategia están a la vista de todos. El PP gobierna con VOX en Castilla y León. Y también parece que ha logrado apoyos para presidir gobiernos autonómicos y alcaldías con otros partidos que están lejos de VOX.

La cosa, pues, gustará más o menos a sus electores, pero es así. Y, además, no hallo grandes objeciones a esa política. Si no se puede alcanzar el poder por mayorías absolutas, no parece mala opción hacerlo con pactos decentes, incluso con partidos políticos de idearios contrarios a los del PP. No creo, sin embargo, que sus votantes vieran con buenos ojos cambalaches con el PSOE, partido al que los dirigentes populares ha interpelado muchas veces para gobernar conjuntamente, y otras tantas veces los socialistas han rechazado la oferta. Pero, lejos de este comentarista hacer una crítica o, al contrario, una apología de esa convicción política de pactar con todo el mundo para llegar al poder, sólo quiero resaltarla para que nadie se llame a engaño, empezando por los dirigentes de VOX, quienes siguen considerando que sin ellos el PP no alcanzará fácilmente el poder.

Quizá el partido liderado por Abascal tenga razón; según todas las encuestas, a partir del 23 de julio, el PP ganaría las elecciones, pero necesitaría apoyarse en VOX para alcanzar la investidura de Núñez Feijóo. Eso dicen, en efecto, las encuestas, y eso creen millones de votantes del PP y VOX. Pero, según estamos comprobando con los movimientos del PP en las Autonomías y los Ayuntamientos, si yo fuera de VOX, no estaría tan seguro de que ellos son absolutamente necesarios e imprescindibles para aupar al candidato del PP a la Jefatura del Gobierno de España. No creo, pues, impertinente preguntarle a los de Abascal: ¿cuál es exactamente la política de pactos de VOX? Yo no lo tengo claro. Por un lado, no me parece una política demasiado realista, aunque desde luego sí que es cómoda, esperar a que Núñez Feijóo se percate de la importancia de los votos de VOX para entregarse, posteriormente, a sus demandas. Es muy arriesgado someterse al argumento: "Feijóo fijo que afloja". Y, por otro lado, atrincherarse en el eslogan de que el PP, por encima de todo, "debe respetar a los votantes" de VOX tampoco parece muy coherente con el afán extremo de los propios dirigentes de VOX por pactar con el partido de Núñez Feijóo. El respeto empieza por uno mismo.

Hagan, pues, señores de VOX, política en serio y no confundan el análisis político con la política genuina. Esa confusión, y tanta espera que te espera a pactar con el PP, les impide ver con claridad la trascendencia electoral de las últimas declaraciones de Núñez Feijóo, a saber, acabar con la ley trans, con la ley de Memoria Histórica y con la ley del "sólo sí es sí", además de laminar el Ministerio de Igualdad y hacer ajustes en la ley de Educación y en la ley de la eutanasia. Sí, ya sé, eso era una parte sustancial del programa de VOX, pero por desgracia para este partido ha sido incorporado al del PP. En fin, no queda otra que cabalgar contradicciones y no darse tanto pisto por sus conquistas. Todo en política es tan perecedero como la vida.

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