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Después de Sánchez, ¿qué?

El PSC va a convertirse dentro de una semana en la organización más potente, y con mucha diferencia, del socialismo español.

El PSC va a convertirse dentro de una semana en la organización más potente, y con mucha diferencia, del socialismo español.
El candidato del PSC-PSOE a la Alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni. | Europa Press

Antes de votar por correo a otros, trámite algo engorroso que logré consumar el jueves pasado, me entretuve un instante ojeando la papeleta del PSC para ver si identificaba a algún conocido. Y lo que descubrí me llamó la atención. Porque no se trataba de la típica lista del PSC, la de siempre. La típica lista del PSC posee tres características crónicas ahora ausentes. Y es que las candidaturas de los socialistas catalanes habían reproducido por rutina una estructura similar a la propia de la separación entre las castas en la India. Así, mostraban un orden jerárquico caracterizado por priorizar a los representantes de las Doscientas Familias (los Maragall, los Nadal, los Serra…).

Tras ellos, irrumpían por norma los exponentes de la pequeña progresía universitaria de inequívoca raíz autóctona y profesiones liberales que, sin embargo, se prefieren ejercer al amparo de algún paraguas público; y en tercer y último lugar, en fin, figuraba el servicio, los apellidos "castellanos" de los descendientes de la emigración interior de los sesenta, los José Zaragoza y compañía que controlan el aparato. Eso, decía, era la tradición. Pero, esta vez, la lista entera está dominada por los "castellanos". Los otros, la antigua nobleza de Nicaragua, se marcharon a la Esquerra o a casa cuando empezó el procés. Solo Batet, únicamente ella, resta en representación de la gente guapa que vive por encima de la Diagonal, que viene a ser el equivalente al Muro de Berlín en Barcelona. No es casual.

El domingo próximo, el PSOE se va a hundir, pero el PSC obtendrá un éxito rotundo, histórico. El PSC va a convertirse dentro de una semana en la organización más potente, y con mucha diferencia, del socialismo español. Algo que va a tener consecuencias en el proceso sucesorio de Sánchez. Un rasgo extraño de España es la sobrerrepresentación de gallegos al frente de la derecha (si contamos al general, me salen cuatro en el último medio siglo) y la clamorosa ausencia de catalanes liderando la izquierda, una anomalía que alguna vez se deberá empezar a corregir. Después de Sánchez, ¿qué? Después de Sánchez, el PSC.

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