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El 'argumento circular'

Los tertulianos que huyen del sofisma 'yunquero' comienzan a ser linchados en las redes del odio y la frustración.

"Pues cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija. Siendo, pues, esto así, que uno solo no puede afrentar a reino, provincia, ciudad, república, ni pueblo entero, queda en limpio que no hay para qué salir a la venganza del reto de la tal afrenta, pues no lo es; porque ¡bueno sería que se matasen a cada paso los del pueblo de la Reloja con quien se lo llama, ni los cazoleros, berenjeneros, ballenatos, jaboneros, ni los de otros nombres y apellidos que andan por ahí en boca de los muchachos y de gente de poco más a menos!". Don Quijote de La Mancha, capítulo XXVII.

De madre se ha salido la cólera de los dirigentes de una organización política que se está reconvirtiendo en la sección española de Yunque. Ignoran los consejos de don Quijote, muerden a diestra y menos a siniestra, con esta se retroalimentan. Algunos de los que les dieron su apoyo, animados por la buena fe y la convicción de contribuir a evitar la destrucción del orden constitucional, son objeto de sus diatribas. Constatan cómo el infierno está empedrado de buenas intenciones.

Un núcleo dirigente, con prácticas sectarias, que se encuentra cómodo en la oposición perpetua y el discurso de "cuanto peor, mejor", marca al crítico, busca debilitarlo profesional y personalmente. Las redes son las nuevas secciones de asalto. Formas de violencia comunes en regímenes totalitarios. El opositor, el librepensador, termina encarcelado.

Hace unos días recibí unos mensajes en Twitter, de vaya usted a saber si yunquero o bot, que me recriminaban por una crónica que acababa de publicar en Libertad Digital. El motivo era el de no haber tenido en cuenta los resultados electorales de Sevilla, Albacete y alguna otra provincia. Su argumento era que el voto se debía haber concentrado en una opción política cuyas aspiraciones apuntan a lo testimonial o irrelevante, como ya lo es en Madrid y en la Comunidad de Andalucía. Aporté los datos: PP 33% en Sevilla; 40% en Albacete. Y pregunté qué motivo aconsejaba concentrar el voto en ese otro partido que estaba entre el 13% y 16% del voto, respectivamente. La respuesta: insultos y argumentos incomprensibles.

Hice una captura de pantalla de los mensajes del yunquero-bot y se la envíe a un buen amigo, por más señas científico de "reconocido prestigio", como se suele decir. Reproduzco sus comentarios: "Es habitual que cuando uno quiere ratificar su prejuicio previo, sesgue sus métodos para hallar el resultado que quiere. En el ámbito científico, eso se llama ‘argumento circular’ y se evita como la peste, pues confunde hipótesis con conclusiones. Fuera de ese ámbito es lo habitual. El argumento circular no sirve para avanzar, tampoco sirve para alcanzar conclusiones solidas ni generalizables; esencialmente sirve para que cada uno consolide sus prejuicios indefinidamente".

En la última semana de julio, en algunas de las tertulias de esRadio, analizando los resultados de las Elecciones Generales del 23J, ese ‘argumento circular’, aderezado de aspavientos, intensidad dramática o propuestas bastante chuscas, ha tenido un risible protagonismo. Compartido con la denuncia de la maldad de unos medios confabulados. Todos hacían uso de una libertad de expresión, marca de la casa, que seguro produce urticaria a los paladines yunqueros.

En las horas siguientes, los tertulianos que huyen del sofisma yunquero comenzaban a ser linchados en las redes del odio y la frustración. Igual que hacen los podemitas con los periodistas críticos.

Pablo Iglesias se preguntaba en 2014: "¿Por qué no va a existir una regulación que garantice la libertad de prensa en el mejor sentido del término, sin condicionantes de empresas privadas o de la voluntad de los partidos políticos? Ya que si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho". Seguro que hoy sería una propuesta aplaudida por aquellos para los que la libertad de prensa y la opinión libre solo tienen un condicionante: que no moleste al líder y se ajuste al ‘argumento circular’. Si perseveran, es posible que les monten una tertulia en la SER, ahora que han cancelado la de Pablo Iglesias.

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