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Rubiales, el villano que merecemos

Da miedo cómo el PSOE mueve toda la maquinaria del Estado cuando decide que has dejado de serle útil.

Da miedo cómo el PSOE mueve toda la maquinaria del Estado cuando decide que has dejado de serle útil.
EFE

No voy a defender a Luis Rubiales. Su lista de pecados, resumida por este mismo periódico, es tan larga que su cabeza debió ser separada de sus hombros hace ya varios años. Pero ahí seguía, en primer lugar, porque la Federación Española de Fútbol es una institución que parece construida para apuntalar a quien consiga colarse dentro. Pablo Porta estuvo diez años y lo echaron mediante real decreto inducido por aquel mítico "Pablo, Pablito, Pablete" del entonces rey de las ondas. Vilar se tiró luego casi treinta años en el cargo y hubo que meterlo en la cárcel para que saliera. Si algo dejan claro los eventos de esta semana es que es necesaria una reforma de las federaciones deportivas, empezando con la limitación de mandatos. A Rubiales lo han aplaudido en la Asamblea los mismos a los que ha colocado él y recompensado con generosísimos salarios. Sin entrar en los burócratas de mayor o menor postín, ¿acaso son Jorge Vilda y Luis de la Fuente los entrenadores más prestigiosos disponibles para ocupar el cargo de seleccionador, capaces por tanto de ejercer sus labores con independencia de posibles presiones de arriba? Claro que no. Saben que dependen de Rubiales. Y que si Rubiales los ha puesto ahí es exactamente por esa razón.

Rubiales, que viene de familia tan socialista y andaluza que su padre estuvo implicado en el caso de los ERE, sabía que dentro de la Federación no iba a tener quien le tosiera y contaba con todos los parabienes del poder político y mediático, es decir, del PSOE. Pero ahora siente que ha sido traicionado por los suyos en el que debería ser el momento de mayor gloria de su mandato y que le obligaban a dimitir por algo que, seamos serios, es una minucia en comparación con toda la mochila que lleva a cuestas. Que sí, que el beso era inapropiado, por más que la supuesta afectada lo comentara entre risas y que sólo después de días de presiones decidiera que aquello era inaceptable. Mucho peor fue la imagen tocándose los huevos en el palco que compartía con la Reina y la Infanta en alguien que está siendo la imagen internacional de España. Rubiales es un garrulo y un gañán, pero eso nunca le había importado a quien tenía que importarle, que es quien ahora se ha decidido a darle la patada: el PSOE. El lunes lo abroncó el ministro de Deportes más inadecuado de la historia de la democracia. El martes nos enteramos que una juez que lleva investigando un año un viaje de placer que hizo a Estados Unidos a costa de la Federación ha decidido de repente mover el caso. El miércoles vienen las amenazas del Consejo Superior de Deportes, que no había movido jamás un dedo contra él, de inhabilitarlo de dos a quince años. Y este mismo viernes, poco después de anunciar que pese a haber filtrado lo contrario no pensaba dimitir, la Fiscalía ha anunciado diligencias para acusarle de ¡agresión sexual! Da miedo cómo el PSOE mueve toda la maquinaria del Estado cuando decide que has dejado de serle útil.

Rubiales no se ha convertido en villano por pagarse vacaciones y fiestas con "ocho o diez chicas jóvenes" con dinero que no es suyo, negociar con un jugador en activo llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí, burlarse por WhatsApp de la mitad de los equipos de la Liga, ponerle detectives al presidente del sindicato de futbolistas, subirse el sueldo a la estratosfera y aún así hacer que la Federación le pague el alquiler. No, se ha convertido en villano por darle un pico a una futbolista durante las celebraciones por haber ganado un mundial. Si esos son nuestros estándares como sociedad, nos merecemos más que de sobra que arrastre el nombre del país por medio mundo y que siga al frente de la Federación, agitando el Manual de Resistencia de Pedro Sánchez con una mano mientras nos hace una peineta con la otra.

Y, por supuesto, si a esto se reduce ganar el Mundial, nada más y nada menos que el Mundial, va a ver fútbol femenino Rita la cantaora. Que yo no me pongo la tele para que me den la turra feminista. Que llenen los estadios las irenes y las pams del país. Seguro, seguro, segurísimo que con eso consiguen que deje de dar pérdidas multimillonarias a costa del dinero que gana el fútbol masculino.

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