Menú
Miguel del Pino

No hay emergencia climática

El globo del terror pseudocientífico empieza a desinflarse.

El globo del terror pseudocientífico empieza a desinflarse.
Protesta de Rebelión y Extinción, frente al Ministerio de Transición Ecológica (Madrid) el 17 de mayo de 2023 | Europa Press

Capitaneado por dos Premios Nobel de máximo prestigio, el cuento de terror de la catástrofe climática empieza a desinflarse.

Nunca existió consenso

Los profetas del miedo del Panel Intergubernamental de la ONU han pretendido ser los únicos poseedores de la verdad en la cuestión del supuesto cambio climático producido por el hombre. Sin temor al posible ridículo futuro, que empieza a convertirse en presente, han dificultado cuanto han podido la publicación de datos científicos que contradijeran sus postulados. "El que no crea en lo que afirmamos no sale en la foto de las subvenciones".

Así, poco a poco, sin reparo moral alguno, se ha ido fraguando el mito de las catástrofes apocalípticas que producirá en un futuro inmediato el avance de la civilización. No ha habido reparo en postrar a los supuestos científicos adheridos a los postulados del PICC, ante una colérica niña sueca fanatizada y necesariamente lega en tan complejas materias.

Pero el cuento del clima ha tardado demasiado en comenzar a desmontarse y los daños para la humanidad del siglo XXI son ya difíciles de reparar. El complejo orden económico mundial, que tiene uno de sus soportes en la cuestión energética, ha cambiado de manera sustancial a causa del mito de la emergencia climática. ¿Perjudicados? Como siempre: los países más pobres.

Con arrogancia rayana en la necedad muchos próceres del llamado "progresismo" —¿dónde está su supuesto progreso?—, se han permitido descalificar a los disidentes de su "verdad incómoda", por no decir de sus mentiras cómodas para sus fines ideológicos; "negacionistas" nos han llamado sin pudor alguno.

El presidente del Gobierno Español durante los años de la polémica climática, Pedro Sánchez Castejón, ha batido todas las plusmarcas de la arrogancia y se ha convertido en apóstol de la pseudociencia que ahora descalifican los Premios Nobel Clintel y Clauser capitaneando a más de 1.600 científicos que se atreven a salir no "del armario" sino de las mazmorras de la pseudociencia. Las imágenes de Pedro Sánchez ante un paisaje recién quemado que había causado víctimas mortales, afirmando que el "cambio climático mata", nos van a avergonzar a todos los españoles durante décadas.

Aunque no debería extrañarnos que Sánchez caminara por tales vericuetos pseudocientíficos después de haberle visto declarar la "emergencia climática" (y después, presumir de hacerlo), cuando ya había estallado a nivel mundial la pandemia covid que tanto tardó en reconocer, y después de escudarse durante meses en un supuesto panel de "científicos" que posteriormente tuvo que reconocer que no existían. Ese es el respeto que nuestra máxima autoridad ha demostrado tener a la Ciencia.

Los verdaderos científicos se manifiestan contra la "verdad política oficial". "No hay emergencia climática". Así lo declara y justifica la declaración de quienes alzan su voz contra lo que puede convertirse en la mayor mentira política de la historia de nuestra especie.

El mito catastrofista que está siendo capaz de trastornar el orden económico mundial se basa en lo que venimos llamado "adoración al ídolo informático". Con evidentes intenciones que nada tienen que ver con la Ciencia, los miembros del PICC capitaneados en sus comienzos por el gran consumista Al Gore han producido efectos encadenados capaces de modificar el orden económico mundial.

Clauser, el líder esperado

El Premio Nobel John F. Clauser podría convertirse en el líder mundial que necesita el retorno al culto a la investigación científica y el abandono de las supercherías basadas en modelos informáticos. El ya anciano Clauser no sólo es elogiable por su clarividencia, sino también por su valentía. Sus declaraciones no dejan lugar a la interpretación: "La pseudociencia produce metástasis que amenazan la economía y el bienestar de miles de millones de personas". ¿Queda claro?

Desmentir los postulados catastrofistas de la llamada "emergencia climática" no supone dejar de investigar y cuestionar la complejidad del clima y sus oscilaciones. Antes bien, todo lo contrario.

Pero los ingredientes mezclados en el ordenador por los catastrofistas para la obtención de sus modelos son verdaderamente cuestionables. Se considera el carbono contenido en el CO2 como el gran enemigo de la humanidad, cuando en realidad es un alimento básico para las plantas, que lo incorporan a sus tejidos en forma orgánica gracias al Ciclo de Calvin, en la Fase oscura de la Fotosíntesis.

Paradójicamente se desprecia en la práctica el efecto como gas invernadero del hidrógeno, emitido por los volcanes; tampoco se considera el efecto del calor radiactivo desprendido por los fondos marinos y transmitido a la masa oceánica, y de ella a la atmósfera.

En definitiva bastaría con cambiar los ingredientes informáticos ofrecidos a los modelos de ordenador para cambiar los resultados finales, y esto no es Ciencia, sino pseudociencia como dice Clauser; pseudociencia muy peligrosa.

Afortunadamente las cosas empiezan a cambiar. Repitamos con Clauser: "No hay emergencia climática", de manera que comencemos a trabajar seriamente sobre modelos energéticos reales y científicos. Más Ciencia y menos política pseudocientífica, o dicho de otra forma: políticos tan soberbios como legos, saquen sus manos y sus declaraciones del terreno científico.

Miguel del Pino, catedrático de Ciencias Naturales

Temas

En Tecnociencia

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso