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Un sentido elogio a la locura

¡Viva nuestro democrático Presidente Pedro Sánchez y mueran los que pretendían sumirnos, una vez más, en los oscuros abismos de una dictadura fascista!

¡Viva nuestro democrático Presidente Pedro Sánchez y mueran los que pretendían sumirnos, una vez más, en los oscuros abismos de una dictadura fascista!
Pedro Sánchez posa para una fotografía en el Congreso. EFE/ Juan Carlos Hidalgo | EFE

...pero que, como todas las gentes que profesan una opinión ardiente, prefería, para explicar que ciertas personas no la compartiesen, suponerles una razón preconcebida, un prejuicio contra el que no había modo de hacer nada, antes que unas razones que pudieran ser sometidas a discusión.

Marcel Proust: En busca del tiempo perdido (3. El mundo de Guermantes). Traducción de Pedro Salinas.

Juré que no volvería a escribir ningún artículo hasta pasada esta tempestad que llevamos sufriendo desde hace casi cuatro meses, el periodo más largo de "gobierno en funciones" que recuerdo y que, me congratula pensar, se añadirá a otros cuatro años de "legislatura de izquierdas". Pero no, me he dado cuenta de que debo sumar aquí mi opinión a las voces que, jubilosas, se han alzado a favor de nuestro presidente, no ya en funciones, sino felizmente investido en el hemiciclo democrático tras un maratón de negociaciones perversamente boicoteadas por la derecha. Los elogios ya van surgiendo de la sombra, como el de Ernest Folch (La obra maestra de Pedro Sánchez), The Guardian (Merece la pena) y Angels Barceló en la cadena SER... Yo, en mi humilde condición de articulista en Libertad Digital, utilizo este medio que nunca ha quitado una coma de mis escritos —al contrario de otros, que se han negado a publicarme— para reconocer públicamente que me había equivocado, que mis críticas a la izquierda y, más concretamente, al partido de Pedro Sánchez, carecen de fundamento y estaban basadas en errores causados por la desinformación. De ello me han convencido por fin algunas personas de mi círculo que siempre defendieron tenazmente la conveniencia y la oportunidad de la política de Pedro Sánchez. Mis argumentos se estrellaban una y otra vez contra sus agudos razonamientos, como el de "ya sabes cómo son los fachas", "la ultraderecha siempre con su política de desgaste", "están mintiendo", "hemos encabronado a los ladrones y se nota" o "es un bulo" cuando se me ocurrió enviarle a M. la noticia que me llegó por canales franceses sobre el gas de Argelia o las más recientes declaraciones de Emiliano García-Page acerca de la amnistía pactada con los nacionalistas catalanes. Ahora me doy cuenta de que incluso Juan Luis Cebrián es un falso, Page un felón, Sabina un machista, Tamames, González y Guerra unos viejos decrépitos envidiosos de la fuerza y la potencia (política) del guapo Sánchez; al que, por cierto, M. calificó diciendo que "tenemos por Primera vez en la historia democrática un presidente presentable al que incluso las mayores potencias le piden opinión", indicando quizás que todo lo anterior que habíamos tenido era basura, muy especialmente la chusma de derechas que recientemente se había quitado la careta para entonar el Cara al Sol y cimentar una sociedad de privilegios en la que los ricos sigan acumulando y los pobres hundiéndose en la miseria sin un gobierno justo que los ampare. Por eso me confieso ahora fervientemente convencido de la conveniencia de la ley de amnistía que ha llevado a Sánchez por segunda vez al poder y hago público acto de contrición admitiendo que estaba equivocado, sobre todo después de que M. se precipitara sobre mi información sobre el asunto de Argelia con un "no difundas eso que te pueden quitar las ayudas", porque, me recordó, está penado difundir fakes. Aunque jamás he tenido "ayudas", cómo podía estar yo tan equivocado. Mi conocida J. me lo demostró con datos fehacientes que suministran valientemente los canales públicos controlados por el gobierno, y que ponen de manifiesto la cobardía y la doblez de jueces y magistrados que no quisieron someterse al Ejecutivo y que serán por eso justamente castigados, de periodistas a los que se apartará de los medios de comunicación públicos y de mandos de los cuerpos de seguridad a los que se expedientará o se destinará discretamente a destinos ignotos. El país está por fin pacificado gracias a la magnífica arquitectura política de un hombre genial cuya estrategia ha triunfado una vez más. Me sumo a los que como M. se frotan las manos viendo retorcerse de rabia a la derecha casposa que muerde por fin el polvo de la derrota frente a la brillante luz progresista de nuestro ínclito dirigente. ¡Viva nuestro democrático Presidente Pedro Sánchez y mueran los que pretendían sumirnos, una vez más, en los oscuros abismos de una dictadura fascista!

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