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De un político del PP

No cabe en mi inteligencia política que un político del PP haga la laudatio de Mújica, exterrorista y protector de etarras en su país.

No cabe en mi inteligencia política que un político del PP haga la laudatio de Mújica, exterrorista y protector de etarras en su país.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. | EFE

De los políticos del PP puede esperarse cualquier cosa, por ejemplo, que sigan hablando pestes de Trump, que prefieran pactar antes con Sánchez que con Abascal, que no dejen de insistir en su disponibilidad para hacer pactos de Estado con quienes ya han arruinado el Estado, que persistan en su colaboración estrecha y continuada en el tiempo con el PSOE en la Unión Europea, que voten con los socialistas, comunistas y separatistas cualquier iniciativa disparatada para olvidar a las víctimas del terrorismo, que prefieran antes controlar a un compañero excelente de su partido que perseguir a Sánchez por dejarnos a oscuras, etcétera, etcétera, pero nunca hubiera imaginado que Moreno Bonilla, militante egregio del PP y presidente de la Junta de Andalucía, hiciese un panegírico, un homenaje laudatorio, de la figura de José Mújica, expresidente de Uruguay, exterrorista y protector de etarras en su país.

Sí, este señor de Andalucía nacido en Barcelona, experto en protocolo y cosas de etiqueta, se ha descolgado con unas declaraciones dignas de ser comentadas en esta columna. Ha dicho del finado Mújica, presidente de Uruguay, entre 2010 y 2015, que fue "un político lúcido e inspirador" que "conmovió con la bandera de la sencillez". Lo ha expuesto el presidente del Mesogobierno andaluz en un comunicado en su cuenta oficial en la red social "X", consultada por Europa Press, en el que ha destacado "las profundas convicciones" de Mújica que emocionó "a muchos con su deseo de mejorar su tierra y el progreso en el mundo". Sin duda alguna, a Moreno Bonilla le asiste todo el derecho del mundo a decir ese tipos de exageraciones y todo lo que le venga en gana, pero yo dejaría de respetarme, de defender mis convicciones, si callara mi opinión sobre el pésame de Moreno Bonilla, dirigido no sólo a la familia del finado sino a toda su "parroquia" política.

Sí, poco amor propio tendría este columnista si dejará pasar la oportunidad que me brindan las declaraciones de Moreno Bonilla para afeárselas. No cabe en mi inteligencia política que un político del PP haga la laudatio de Mújica, que representaba casi todo lo contrario de lo que figura en el espíritu y los estatutos de su propio partido. Más aún, no es de recibo una apologética de ese calibre, un homenaje tan exagerado, sobre alguien que estuvo vinculado al grupo terrorista de los Tupamaros. Y, por encima de todo, es impresentable que un señor del PP haga loas políticas de un individuo que se negó a colaborar con el gobierno español, durante su período en la presidencia de Uruguay, para extraditar terroristas de ETA a España. ¿O acaso no se acuerda Moreno Bonilla de que, durante la presidencia de Mújica, el Gobierno de España pidió reiteradas veces al Gobierno de Uruguay que ayudase en luchar contra ETA y no que la amparase. Sí, sí, el gobierno español identificó a tres etarras que vivían en Uruguay. Dos de ellos tenían causas abiertas y uno un proceso de extradición. Pero Mújica, el hombre que alaba Moreno Bonilla, no movió un dedo para combatir a ETA.

¿Cómo no sentir vergüenza ajena del bochornoso pésame de Moreno Bonilla?

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