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Como sea

Cuando llegue el momento de convocar las elecciones, Sánchez las ganará, por las buenas o por las malas. Como sea, que es como él lo consigue todo.

Cuando llegue el momento de convocar las elecciones, Sánchez las ganará, por las buenas o por las malas. Como sea, que es como él lo consigue todo.
EFE

Sánchez no dimitirá. Los nacionalistas no lo tumbarán, lo exprimirán. Y los comunistas protestarán, pero jamás lo echarán. Los únicos que pueden sentirse tentados de hacerlo son los socialistas, y no por salvar a España de este psicópata, sino por preservar su futuro, y sólo los que lo tengan, que son Page y pocos más. La mayoría sólo tiene presente y éste exige que Sánchez siga ocupando La Moncloa. Para ese remoto peligro de rebelión interna, lo primero que tiene que hacer el presidente es cortar la sangría de revelaciones e imputaciones. A tal fin, ya suscribió un pacto con Cerdán, alcanzó otro con Koldo y, sonando la bocina, suscribió un tercero con Ábalos. Pero, si eso no bastara y hubiera nuevas revelaciones comprometedoras, por lo que averigüe la UCO o suelte a cuentagotas Aldama, dirá que todo ha sido cosa de cinco golfos, en vez de tres. O de veinte o de cincuenta. Y si el que sale retratado es él, dirá que es mentira y que hasta que no haya sentencia firme no puede tenérsele por condenado. Y si hubiese algún conato de motín, para eso cuenta con Salvador Illa y la fuerza del PSC. Encima, Illa necesita a Sánchez de presidente para que Esquerra Republicana no le mueva su asiento en la Generalidad. Mientras Moncloa se siga dedicando a minar la unidad de España y su democracia, los de Esquerra pueden sin remordimiento soportar que Illa siga gobernando Cataluña.

En cuanto a Europa, lo único que pueden hacer en Bruselas es multar a España o sancionarla, dejando a nuestro país al margen de toda ayuda, lo que redundará en nuestro perjuicio, pero no en el de Sánchez, que cuenta con una numerosa corte de paniaguados que cree, con razón, que nunca les irá mejor que con Sánchez en el poder, pase lo que pase. Y si nos echan de la OTAN, será España la que quede desprotegida, mientras el PSOE convoca una gran manifestación en la plaza de Oriente bajo el lema: "Si ellos tienen NATO, nosotros tenemos socialismo para rato." Y se proclamarán como la reserva progresista de Occidente.

¿Hay esperanza? Poca. Madina sacó la cabeza y la ha vuelto a esconder antes de que se la corten. Lo mismo ha hecho Lobato, asomarse y salir luego corriendo. Page aguanta, pero porque ocupa un importante cargo electo y porque se limita a amagar. Si se decidiera a pegar, seguro que hay un dossier en Moncloa del tamaño del Espasa que le está aguardando como Penélope esperaba a Ulises. Por otra parte, de nada vale lo que digan los socialistas del geriátrico.

Van a aprobar la ley que acaba con la separación de poderes. Van a sancionar la constitucionalidad de la amnistía. Cuando Europa la tire abajo será demasiado tarde para evitar gran parte de sus efectos prácticos. Van a darle a Cataluña la recaudación de todos los impuestos y ya veremos si no organizan un referéndum de independencia. Y más cosas que hoy no podemos ni imaginar. Y, cuando llegue el momento de convocar las elecciones, Sánchez las ganará, por las buenas o por las malas, comprando votos o dando un pucherazo en Correos, desacreditando a sus adversarios o encarcelándolos, como sea. Que es como él lo consigue todo: como sea.

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