
Que Pedro I El Falso – Pedro Chapote tiene un 'ojo clínico' más que discutible para la selección de personal es ya un hecho que no discute absolutamente nadie. Haber conseguido encadenar dos secretarios de organización 'trincados' por meternos la mano en el bolsillo a los españoles, uno de ellos ya 'enchironado', es un récord que tardará más en superarse que el de Sergei Bubka en la pértiga. Pero su relación en concreto con Almería es ya para nota de corte en Medicina.
En estos días estamos todos muy centrados en la figura de Anabel Mateos, conocida ya como 'Tabacalera Española'. Anabel es una chica (ya menos) que hace más de una década encadenó algunos puestos menores en instituciones gobernadas por el PSOE en Almería, desde coordinadora del Instituto de la Juventud a diputada provincial, pero que luego había caído en el ostracismo y el olvido. Sin embargo, algo pasó en la vida de Anabel para que volviera, no ya al primer plano de la política provincial, sino para que diera incluso el salto a la nacional. Y ese algo, perdónenme las más 'pata negra' del feminazismo, no ha sido otra cosa que su relación sentimental con Antonio Hernando, otro que ha ido y ha venido del y al lado oscuro del sanchismo en varias ocasiones, en función del estado de ánimo del 'número 1'.
Ha sido 'encamarse' con Hernando y nuestra amiga Anabel ha subido como la espuma hasta cotas que antes no había conocido ni en foto. En el pasado Congreso Federal, fue una de las dos almerienses que fue incluida en órganos de dirección nacional, en concreto ella en la Ejecutiva Federal. Ahora, con motivo de la reunión de ésta para ver a quién se colocaba para sustituir a los 'empapelados' ex secretarios de organización, 'el clan de los cerdones', la señora Mateos ha sido nombrada adjunta a la secretaría de organización.
En realidad, Pedro Chapote pretendía hacer una especie de triunvirato de adjuntos, que vigilasen a la secretaria de organización, un puesto que, de nuevo el 'ojo clínico', ha recaído en Rebeca Torró, una señora cuya afición principal era gastarse el dinero de los españoles en comprar trenes que luego no cabían por los túneles que el propio gobierno había construido.
Dentro de ese triunvirato estaba, también, Francisco Salazar que, reitero por tercera vez lo del 'ojo clínico', no ha llegado ni a tomar posesión del cargo, porque nada más saltar su nombre a la palestra, el lado más 'feminazi' del sanchismo lo ha reventado con un 'cóctel Molotov' de acusaciones de acoso sexual, aunque nadie ha presentado ninguna prueba al respecto. En el socialismo, las saunas y prostíbulos del papá de Begoña, sí; pero los comportamientos de Salazar, aunque nadie presente pruebas, no. Pero no rotundo hasta la destitución antes de empezar.
No ha tomado posesión, pues, el amigo Salazar, pero sí lo ha hecho Anabel, de la que, dos días después, se ha arrimado a las primeras planas de los medios nacionales la historia de que su padre fue detenido el pasado mes de febrero por, ¡ojo!, tener montado un taller clandestino de tabaco en una vivienda que era propiedad, ¿adivinas?... ¡Bingo!... de la propia Anabel; en una operación en la que se incautaron 2.400 kilos de picadura de tabaco y 360 cajetillas de contrabando de diversas marcas. ¡Qué angelito, papá!
Ignoramos qué suerte va a correr Anabel en su nuevo cargo tras estas revelaciones, pero entiendo que ella sí que tiene algo que no ha tenido el amigo Salazar: un marido con hilo directo con el 'número 1'. Ahí puede estar su 'hecho diferencial'.
Pero volvamos a unas líneas más arriba, porque seguramente habrá quien no haya caído en un detalle: he contado que en el pasado 41º Congreso Federal, celebrado hace algo más de medio año en Sevilla, hubo dos almerienses que se encaramaron puestos de relevancia a nivel nacional en el PSOE. Una era Anabel Mateos, a la que en la foto de familia de la Ejecutiva Federal se observaba en la primera fila, junto a Gómez de Celis y muy cerca de MJ Montero 'Sobaquillo Veloz' y del propio Pedro Chapote, mientras que su esposo, el bueno de Hernando, se situaba en la última fila, como disimulando la relación, al lado de 'Pachi nadie'.
Pero, si Anabel era una de las dos almerienses elegidas por Pedro I El Falso para tales alturas, ¿quién era el otro? Querido lector, te vas a quedar 'con las patas para arriba' cuando te lo diga: el otro almeriense, en su caso nombrado en septiembre como miembro del Comité Federal, era nada más y nada menos que Indalecio Gutiérrez Salinas, a quien algunos recordaréis apodado como 'Sobalecio', por la habilidad demostrada 'sobando lomos' para ir escalando en la política. 'Sobalecio' ya tuvo hace años otro momento de gloria, cuando fue elegido diputado nacional por Almería, designado candidato por el secretario de Estado para la Memoria Democrática, el también almeriense y 'político disfrazado de historiador', Fernando Martínez.
Sin embargo, la carrera de 'Sobalecio' parecía truncada (hasta ahora), porque, recordará el lector con mejor memoria que él fue denominado 'el gallo del corral' en los testimonios publicados sobre el 'Caso Mediador' y en las descripciones realizadas por el gran 'Tito Berni', en las que se situaba a nuestro querido almeriense tanto en las cenas del Restaurante Ramsés, en plena pandemia y confinamiento, como en las 'cuchipandas' del garito 'Sombras', donde es posible que se pudiera haber encontrado a alguna sobrinita del amigo Ábalos.
En fin, que no falla: donde pone el ojo, pone la bala del escándalo. Sinceramente, si cualquiera de nosotros tuviera que realizar algún proceso de reclutamiento de personal, sería mucho más recomendable encomendárselo a un mono borracho con dos pistolas que a Pedro I El Falso – Pedro Chapote. Y lo mejor, sin duda, está por llegar.

