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La inmigración ilegal y el fracaso de Europa

Europa tiene que legislar apagando el altavoz del efecto llamada con normas comunes y disuasorias de extranjería que apoyen definitivamente a los países como España e Italia que son puerta hacia el resto del continente.

Europa tiene que legislar apagando el altavoz del efecto llamada con normas comunes y disuasorias de extranjería que apoyen definitivamente a los países como España e Italia que son puerta hacia el resto del continente.
Rescate de un cayuco a su llegada a la Restinga, en El Hierro, Santa Cruz de Tenerife (30/11/2024) | Europa Press

El ritmo que imponen las redes sociales, aun sin haber tenido jamás una cuenta, arroja al suelo debates inmediatos y carentes de una verdadera argumentación. Una imagen temblorosa tomada con un móvil puede abrir cualquier telediario y convertirse en el asunto del mes para después esfumarse. Rehuirlo es peor porque contribuye a la banalización de la política y a alimentar el esquema de estímulos y respuestas fugaces fijando ideas tan sencillas como falsas.

Hay problemas que siempre lo han sido, pero de pronto nos quieren convencer de que acaban de llegar. La inmigración ilegal es uno de ellos, pero antes de ventilarlo con un eslogan que se traduzca en voto convendría tener en cuenta algunas consideraciones. Vaya por delante que una correcta legislación sobre extranjería es complejísima, pero empecemos por ver el problema de frente, sin relativismos y teniendo siempre presente que afecta siempre a seres humanos.

El problema del islam: "la jaula"

Las tradiciones "culturales" inhumanas nunca deben respetarse sino perseguirse por más multiculturalismo que nos quieran imponer. Lapidación, ablación y otras lindezas de los códigos que cualquier Dios susurre al oído de un sátrapa y se conviertan en Ley deben ser prohibidas expresamente. No se puede aplicar la sharía en Londres, Barcelona, en un barrio de Bruselas, en Holanda, en Torre Pacheco o en sitio alguno que tenga y guarde la libertad como base de la democracia. ¿El velo es voluntario? Alguno habrá, pero para entender la generalidad conviene consultar a los que lo saben por experiencia.

Una de esas personas es Ayaan Hirsi Ali que empezó por quitarse el suyo para saberlo y terminó viendo morir a su amigo Theo van Gogh coautor del cortometraje Submission Part I en el que varias mujeres pasan de la sumisión inopinada a hablar con Alá para preguntarle si ve bien lo que les sucede. Una de las mujeres de la película aparece azotada por adulterio; otra, obligada al matrimonio con un indeseable, y otra más, repudiada por haber sufrido una violación.

La somalí de nacimiento, que publica joyas imprescindibles desde su experiencia personal, sabe que un islam moderado no está bien visto… por muchos europeos:

Los únicos musulmanes ilustrados se ven obstaculizados por relativistas morales occidentales que con sus supuestas proclamas antirracistas dicen: Si te muestras crítica hacia el islam ofendes a esa gente y, en consecuencia eres un racista, un islamófobo o un fundamentalista de la Ilustración. Y aun añaden que todo ello forma parte de su cultura y no se la puedes arrebatar. Y así se va manteniendo la jaula por más tiempo.

Hirsi Ali, perseguida siempre, tiene claro el comensalismo entre esos relativistas occidentales a los que todos ponemos caras y nombres y los que vigilan desde las mezquitas que el radicalismo nunca decaiga:

Existe un pacto con el diablo entre occidentales que viven de la defensa de los intereses, la asistencia social y la ayuda al desarrollo y los musulmanes que tienen interés en conservar la jaula.

Ha aquí una de las razones por las que Ayaan Hirsi Ali tuvo que salir huyendo también de Holanda, del relativismo europeo y del asesinato de sus amigos para asentarse en Estados Unidos.

A Theo lo dispararon, lo degollaron y le clavaron un puñal en el pecho con una reivindicación de cinco páginas. Muhamad Bouyeri, su asesino, mantuvo la argumentación en el juicio, orgulloso de su crimen, y dejó esta perla para los occidentales multiculturalistas:

No se lo tomó a mal [se dirige a la madre de Theo, que criticó el islam durante la vista] porque la misma ley que me impulsa a cortar la cabeza a cualquiera que injurie a Alá o a su profeta es la que me obliga a no arraigarme en este país.

Hay familias musulmanas en España que viven perfectamente integradas y que han tratado de adaptar su credo al sentido común. Es el ejemplo que todos queremos que cunda, pero cuando la dignidad y la voluntad se convierten en aspectos secundarios (o prohibidos) no hay cultura que respetar sino leyes que aplicar contra esa jaula. Parece pues, que el peor enemigo de la necesaria moderación entre musulmanes es la clase política y periodística europea.

Las falsas feministas que suelen vocear ese letal relativismo no frecuentan las mezquitas. Es posible que la razón sea que las mujeres tienen prohibida la entrada, pero eso no debería ser obstáculo para que valientes como Rita Maestre irrumpan en pleno rezo con el torso desnudo en protesta por algún dogma que no consideren ajustado a la igualdad entre hombres y mujeres… y viceversa. No hace falta que se vayan a desiertos remotos. En España hay muchas mezquitas, muchas. Pero que se lean antes algún resumencito corto de los libros de Hirsi Ali o de Oriana Fallaci para tener presente que muchas mujeres enjauladas lo que necesitan es salir, no que los occidentales les ciñamos el hiyab "voluntario".

Contra las mafias pero ayudando a las mafias

No hay política exterior alguna contra el tráfico de seres humanos pese a que el común de los mortales puede acceder a una imagen satelital que muestra, por poner un ejemplo, un gigantesco puerto de cayucos en las costas de Mauritania. No son de una agencia de viajes ni es una regata masiva tradicional. Son los puertos de la mafia que trafica con cientos de miles de vidas lanzadas al mar. Si a mitad de camino hay un buque "solidario" que los recoge, jamás pararemos el tráfico.

Los Open Arms de turno hacen el papel de macabros transfers entre la mafia y el destino, es decir, garantizan el negocio. Y cuando se llega, pase lo que pase, siempre es mejor que lo que se deja atrás. Ese es el "efecto llamada" que nadie se atreve a analizar. Por descontado, un cayuco a la deriva y en peligro debe ser rescatado porque son vidas humanas valiosas, el problema es animarles a que salgan.

No, no hay política alguna. De momento, unos alientan el éxodo sin tener capacidad de acogida ni permiso de los vecinos, otros se escurren entre el humanismo cristiano y la cobardía argumental, y los de más allá se apuntan al trumpismo más irresponsable consistente en la clásica arrancada de caballo y parada de burro pero sin soporte legal ni capacidad administrativa.

Los españoles primero…

Nada de lo anterior significa que la única inmigración ilegal problemática sea la musulmana o africana. El principio de adaptación social vale para cualquiera que pretenda hacer valer su forma de vida por encima de la ley y, por tanto, de los demás.

Por poner más ejemplos la lacra de las bandas criminales procedentes de América central y del sur (República Dominicana, Ecuador, Puerto Rico, Colombia), ha elevado la violencia en las calles y son un grave problema de inseguridad aunque se esgrima como tranquilizador el argumento de que sólo se matan entre ellos y que ya son generaciones españolas las que lo hacen. De hecho, esto último es lo peor de todo porque demuestra que en algún momento fue posible la integración completa.

La población inmigrante hispana, que tiene ganado el idioma para el arraigo, se adapta desde hace muchos años a nuestra sociedad aunque siga teniendo pendientes algunas asignaturas que nuestras ilustres falsas feministas tampoco quieren ver. Las segundas generaciones deben comprender que la convivencia no es una opción sino una obligación.

Después de episodios como el de Torre Pacheco, quitando el trabajito de los extras ultras, algunos sólo quieren quedarse con la frase del día: los españoles primero. Se me ocurren muchos casos en los que eso es una estupidez. ¿O es que se antepone una subvención a una película del Almodóvar de turno o a lo que ellos mismos llaman "chiringuitos LGTBI" a una ayuda a un inmigrante con potencial? ¿Mejor a un okupa nacional que a un inmigrante? Hay mucho indeseable patrio forrado a ayudas que no necesita y hay inmigrantes deseando regularizar su situación para vivir dignamente trabajando.

Lo de las deportaciones masivas incluyendo a inmigrantes regularizados en caso de reincidencia delictiva sólo lo aguantan las octavillas con banderas de España imaginativas que tanto daño hacen al Vox que vino a dar la batalla cultural que otros rehuían. Hay mucho delincuente reincidente español que no se diferencia en nada del hijo español de un inmigrante que le da por el delito. Deportar al último es racismo. Tendrán que compartir celda y, si fuera posible, cumplir cada minuto de su condena.

El trabajo y los impuestos

Algunos de los inmigrantes irregulares que han huido de regímenes que aniquilan la voluntad buscan la forma de establecerse de forma legal a través de ofertas firmes de trabajo que aceleren el proceso de arraigo. Pero el socialismo promueve la economía sumergida, primer enemigo del inmigrante, encareciendo hasta límites impagables los costes de un contrato.

Ya no son las empresas sino las familias que necesitan apoyo doméstico las que no pueden afrontar nóminas que, paradojas del socialismo, van contra el trabajador. La longevidad occidental requiere servicios que ningún español quiere prestar y, gracias a casi todos los gobiernos, pocos españoles pueden pagar. La solución ante la inexorable necesidad acaba en economía sumergida que redunda en la ilegalidad del que quizá se integraría sin problema. Al menos habría un instrumento más. ¿Otra ventaja para los de fuera, dirán los SpainFirst? No, para todos: los que presten servicios a las familias que no tienen la misma capacidad de gasto y gestión que una empresa y para las propias familias que podrán costearlo con una rebaja fiscal.

Una persona con trabajo más o menos estable, sobre todo si ha huido de algún infierno, suele protegerlo como primer asidero de su futuro. Nunca lo pondría en riesgo cometiendo una ilegalidad superior a la irregularidad de su llegada a España. Le interesa el arraigo y, llegado el momento, hasta la nacionalidad tras las oportunas pruebas. De lo contrario, por supuesto la mejor medida será la expulsión.

Que Europa legisle para algo útil

Europa es lenta, cobarde e hipócrita. Fomenta el gueto como modelo (imposible) de convivencia con tal de no discutir creencias que pueden ser destructivas. Si el cristianismo ha evolucionado ¿por qué no debe hacerlo el islam? La realidad es que los animamos a lo contrario y consentimos que ellos se rijan por su ley, contraria a los derechos humanos, y nos la terminen aplicando a los demás. Las leyes de los países democráticos deben imperar con firmeza. Hoy son débiles.

Por lo mismo, no somos capaces de aplicar un control de fronteras a la altura del problema. Las vallas de Ceuta y Melilla nos han mostrado claramente el problema: Marruecos vigila mal o peor en función del estado de su relación con España. Una frontera bien vigilada no es garantía completa… pero disuade. Si el vecino no lo hace, hagámoslo nosotros con apoyo de Europa, en efectivos y en efectivo. Con policías, con militares y con capacidad jurídica para gestionar devoluciones inmediatas y abrir investigaciones posteriores con el respaldo de toda la Unión.

Europa tiene que legislar apagando el altavoz del efecto llamada con normas comunes y disuasorias de extranjería que apoyen definitivamente a los países como España e Italia que son puerta hacia el resto del continente. Menos normas estúpidas contra los medios de comunicación, los tapones de las botellas o las mascotas y más energía para un problema que afecta a vidas humanas y puede hacer colapsar un continente ya de por sí debilitado y rodeado de potenciales depredadores.

***

P.S. Que nada nos nuble la vista de los prostíbulos del Partido Sabiniano Obrero Español. Las saunas son las sedes del sanchismo, heredero del zapaterismo, nuestro peor mal. Sin él, sin ellos, todo mejorará, incluso el problema de la inmigración ilegal.

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Libros de Ayaan Hirsi Ali utilizados para las citas:

-Yo acuso. Defensa de la emancipación de las mujeres musulmanas. Galaxia Gutenberg, 2004.

-Mi vida, mi libertad. Galaxia Gutenberg, 2006.

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