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Agapito Maestre

Adelanto electoral para diciembre

Salvo el propio Sánchez, todo el mundo tiene claro que la tarea del Ejecutivo es inaguantable; Sánchez no tiene pilar alguno sobre el que sostenerse.

Salvo el propio Sánchez, todo el mundo tiene claro que la tarea del Ejecutivo es inaguantable; Sánchez no tiene pilar alguno sobre el que sostenerse.
David Mudarra

El proyecto político de Feijóo no existe. Él sólo quiere heredar el poder para gestionar ordenada y decentemente lo que quede de Estado-nación, cuando Sánchez sea desalojado de La Moncloa. Aunque las inexistencias no se prueban, diría que la carencia de un designio político en la cabeza de Feijóo es tan evidente que ni siquiera ha nombrado equipos sólidos para llevar a cabo un futuro programa político del PP. Feijóo ha ratificado a todo el mundo en su puesto, o mejor dicho, todos están pendiente de lo que pase. Mantener en vilo a los gestores, técnicos y personal preparado para llevar a cabo un supuesto proyecto político es la mejor manera de declarar su inexistencia. El nuevo líder del PP reduce la política a mera gestión. Por aquí, por el lado de la Oposición del PP, Sánchez puede estar tranquilo.

Naturalmente, Feijóo apretará a Sánchez, incluso aprovechará la ocasión para hacer alguna crítica acerada al Gobierno, pero no llevará la cosa hasta el punto de provocar una moción de censura. Pedirá con la boca chica la convocatoria de elecciones generales, pero no las forzará con una Oposición potente y fundamentada en un amplio programa gubernamental. No, la Oposición de Feijóo a Sánchez será suave. Quiere ganar sin bajarse a pelear en el barro. El presidente del PP no forzará adelanto electoral alguno, ¿entonces cuál sería la causa última y clave que llevaría a Sánchez a un adelanto electoral? Es relativamente sencilla de ver y hasta de nombrar. En verdad, no es una razón sino un motivo. Está a la vista de todos, pero Sánchez se niega a verlo y mucho menos a darle importancia. Él es así de obstinado. Mas el motivo fundamental que llevará a Sánchez a convocar elecciones anticipadas, seguramente para el próximo mes de diciembre, es sencillo de ver. La mayoría de las encuestas, los analistas políticos más serios del país, un número significativo de líderes socialistas, especialmente barones autonómicos, alcaldes y concejales, y militantes socialistas cualificados, tienen claro que el Presidente del Gobierno de España provoca rechazo en todas partes.

He ahí el motivo clave para adelantar las elecciones. Salvo el propio Sánchez, todo el mundo tiene claro que la tarea del Ejecutivo es inaguantable; Sánchez no tiene pilar alguno sobre el que sostenerse. El vuelco social y político se dio hace mucho tiempo y Sánchez es incapaz de detenerlo. El destino está escrito. Ni siquiera la manipulación del Tribunal Constitucional ni las maniobras para apoderarse del Consejo General del Poder Judicial conseguirán detener el rechazo que provoca este individuo en el electorado. Podrá pavonearse de que ha ganado algo en el Debate de la Nación, incluso de que ha conseguido algunos votos para el PSOE de la formación de la comunista gallega, Yolanda Díaz, pero a la hora de la verdad las encuestas son inapelables: el 82 % de los encuestados, después del Debate de la Nación, no han cambiado su intención de voto.

La cosa no es nueva. Los resultados electorales de las autonómicas de Madrid, Castilla-León y Andalucía son inapelables y, por supuesto, son indicadores serios de lo que puede pasar en próximas contiendas electorales. El rechazo que provoca Sánchez se da no sólo entre los votantes demócratas, especialmente de la derecha, sino también entre los separatistas, exterroristas y comunistas. Y, por supuesto, hay un rechazo amplio de Sánchez, mantenido en el último año, entre las huestes socialistas.

Sí, serán los socialistas, especialmente el grupo formado por los cargos electos del PSOE en comunidades autónomas y ayuntamientos, los principales estímulos, o mejor, electrochoques para que Sánchez abra los ojos y asuma su destino: "Los españoles no quieren este Presidente de Gobierno". García-Page y Lambán no cesarán en la crítica. Serán estos socialistas los primeros en presionar para que no coincidan sus respectivas elecciones con Sánchez en La Moncloa. No quieren esos líderes socialistas suicidios anunciados. De ahí que insistan en un adelanto de la generales para que no coincidan con las autonómicas y municipales del próximo año. Tampoco creo que las medidas populistas propuestas por Sánchez la semana pasada en el Congreso sirvan para detener la crisis, entre otras razones, porque la más importante no podrá llevarse a cabo. En efecto, la subida de impuestos, en este caso a las grandes empresas, exige leyes. ¿Quién apoyará esas leyes que hagan viable esa subida de impuestos pregonada por el Gobierno? Desde luego, el PP y VOX no lo harán, y tampoco el PNV dará su consentimiento, más aún los nacionalistas vascos ya se han negado. Y por si tuviera pocos problemas, ahora se le unen las peticiones de Aragonès y la posible entrega policial de los golpistas catalanes a las autoridades españolas.

En fin, tiendo a creer que habrá elecciones para diciembre.

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