Menú
Agapito Maestre

Balance socialista

El presidente de esta gestora socialista ha conseguido algo inédito: darle credibilidad y solvencia a un órgano efímero.

Si dejamos aparte el enfrentamiento político entre Errejón e Iglesias en el seno de Podemos, creo que la labor de Javier Fernández al frente de la Comisión Gestora socialista es todo un acontecimiento político. Es digno de ser comentado. Porque seamos sinceros, una Gestora, una tabla para salvar del naufragio a un partido histórico, no es casi nada, si el que la controla no tiene la cabeza fría para dirigirla. Una gestora es poca cosa sin una inmensa capacidad de invención política por parte de quien la preside. ¿Cuál es la principal singularidad de esa facultad de creación política? Está a la vista de todos: sentido común, o sea, potenciar todos los vínculos que mantienen juntos, unidos, a un partido dentro de una nación. La política, sí, son las instituciones de gobierno, pero sin ese punto de vista político, ese vínculo activo de unión, no hay posibilidad de funcionamiento normal de las instituciones. Eso es lo nuevo que ha traído Javier Fernández. Ha desbloqueado por completo lo que tenían cerrado a cal y canto los antiguos responsables del PSOE: el sentido político.

El presidente de esta gestora socialista ha conseguido algo inédito: darle credibilidad y solvencia a un órgano efímero. Ha convertido un invento de transición, casi evanescente, en un potente instrumento político para resolver tres problemas de una tacada: ruptura, recomposición y continuidad. Fernández ha detenido el proceso de descomposición en el que había entrado el PSOE en octubre de este año. Eso no significa que la ruptura ya esté resuelta. Es menester todavía que Pedro Sánchez renuncie a presentarse a la Secretaría General y, sobre todo, que su próximo Congreso defina con claridad y contundencia la personalidad histórica del PSOE, o sea, que se despodemice, por decirlo con Javier Fernández, y prosiga la línea de continuidad política e institucional de su larga etapa en el poder.

La recomposición del PSOE será, sin duda alguna, muy difícil, pero los pasos dados por Fernández serán fundamentales para su futuro. Dejar gobernar al PP, pactar permanentemente con el Gobierno y, sobre todo, dar estabilidad a la nación son sus principales activos. La Gestora socialista está cumpliendo, ¿podría decirse lo mismo de la persona que está llamada para asumir un destino histórico en su partido? No lo creo. El comportamiento político de la señora Díaz dista mucho de haberse hecho cargo de las actuales circunstancias políticas. No parece haberse enterado de que una serie de dimisiones en cadena, junto a otro montón de casualidades, la sitúan en primera línea política. Pero sus declaraciones empiezan a ser reiterativas, premiosas y sin ningún tipo de aliciente político.

Y, sin embargo, tengo que reconocer que Susana Díaz a pesar de sus límites, gracias a las medidas tomadas por la Gestora socialista, podría darle continuidad y vida al PSOE. Lo pactado por la Gestora con el PP compromete, por fortuna, a los dirigentes que salgan de las elecciones primarias y del congreso socialista. Sí, sí, las medidas que ha pactado la Gestora del PSOE con el PP son tan relevantes y determinantes del futuro político español que solo basta un poco de sentido común, ese que está demostrando con creces Fernández, para sacar al PSOE del ensimismamiento y la podemización. Demos, pues, las gracias a Javier Fernández porque ha conseguido tres cosas decisivas para la nación: detener la autodestrucción del PSOE, iniciar el camino de la recomposición de un partido con fuertes señas de identidad política y, sobre todo, darle continuidad a la propia política nacional. Fernández ha hecho bien su trabajo. Felicitémoslo.

En España

    0
    comentarios