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Agapito Maestre

¡Gobierne el Gobierno!

Gobiernen de una vez, señores del PP, y no se escondan en las faldas del PNV.

Repitamos lo obvio: Cataluña está bloqueada, sencillamente, porque el separatismo catalán se ha fragmentado. Roto. Ciudadanos le rompió la columna vertebral el 21-D. Los constitucionalistas, sin embargo, no tienen mayoría para gobernar, ¿entonces qué hacer? Primero, dejar que los independentistas se ahoguen en sus propias contradicciones. Segundo, tomarse a esta gente con mucho cachondeo, o sea, a través del humor pueden decirse las cosas más serias. Y tercero, y fundamental, que el Gobierno de España gracias al 155 de la Constitución gobierne en Cataluña con la colaboración de todos los partidos constitucionalistas. Ciudadanos es, sin duda alguna, el partido de referencia para mostrar las contradicciones, paradojas y ridiculeces del nacionalismo catalán y, de paso, está cuestionando ese anhelo infantil del PP para hallar nacionalistas buenos en Cataluña. Tabarnia es el modelo para reírse de la trágica situación en la que pretende situarnos el independentismo.

Reírse a todas horas de las ocurrencias ridículas del separatismo al modo que nos enseña Tabarnia, o sea, con puro humor, es la mejor actitud que puede adoptar el español de a pie; sí, el artificio Tabarnia, déjenme que me repita, es más que una quimera, genial por otro lado; creo que es una excelsa obra de filosofía del humor: sonrisa y concepto, ironía y sabiduría, en fin, creación y crítica van de la mano. Tabarnia, trasunto literario de España, quiere separarse de la Cataluña nacionalista, que es el lado cuasi criminal de unos partidos políticos que imponen su fanática perversidad a millones de ciudadanos. Tabarnia es toda una obra de arte, que se sitúa por encima de las circunstancias y salta fuera de lo cotidiano y trillado.

Su presidente en el exilio, el grandioso Albert Boadella, representa la quintaesencia de una actitud humorística sin par en el mundo. Es único, es decir, una singularidad española que se hace universal. Filosófica. Tiende a la sabiduría. Boadella es el gran filósofo y político de la España de hoy. La risa que nos provoca Tabarnia es una respuesta a la incongruencia, al fanatismo y a la intolerancia del separatismo catalán. Tabarnia no pretende resolver las contradicciones del nacionalismo identitario sino festejarlo con la risa y el cachondeo. Al fin, vemos la otra cara, la sensata y alegre, de la ridícula y triste Cataluña separatista. Tabarnia es España.

Pero, por encima de la labor de oposición de Ciudadanos y el humor de los españoles, solo hay una solución para desbloquear la parálisis política de Cataluña: trabaje el Gobierno de España con seriedad y eficacia en Cataluña. Hemos de exigir que el Gobierno de Rajoy gobierne de verdad. No hay otra solución mejor en estas circunstancias. Rajoy tiene que aprovechar que los separatistas prefieren prologar el 155 a elegir un presidente de la comunidad autónoma. Sí, son los hechos, o mejor, el miedo de esta gente a perder el sueldo y las prebendas de sus carguitos (diputados regionales, posibles consejerías y direcciones generales, etcétera) les conduce a aceptar que bajo el 155 ellos viven como señores… Es menester que el Gobierno aproveche el cinismo del separatismo, es decir, quejarse del 155 el día del mitin y aceptarlo de facto para seguir cobrando. Los separatistas tienen paralizado el Parlament, pero eso no significa que controlen la entera la política y la toma de decisiones en Cataluña.

Gobierne, pues, el Gobierno de España en Cataluña o, por el contrario, dimita su presidente. Gobiernen de una vez, señores del PP, y no se escondan en las faldas del PNV para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Gobiernen, por favor, y dejen de culpar del bloqueo de Cataluña a la única fuerza política genuinamente dinámica de España entera: Ciudadanos. En fin, si quien llamado por su destino a gobernar no lo hace, es un envilecido, un suicida superviviente, en lenguaje de Ortega y Gasset, que lleva a su nación al precipicio.

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