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Agapito Maestre

Novedad de Ciudadanos

Albert Rivera, nada más postularse a las primarias de su partido para las generales, ha empezado a recibir críticas por todas partes, casi todas injustas.

Albert Rivera, nada más postularse a las primarias de su partido para concurrir a las elecciones generales, ha empezado a recibir críticas por todas partes y, casi todas, injustificadas. Afearle su conducta porque no trae nada nuevo a la política española, incluso se ha comparado el proyecto de Ciudadanos con el otrora defendido por el nacionalista Roca, es el reproche más duro que he oído contra esta formación política. Todo proyecto político, incluido el de Ciudadanos, tiene que ser sometido a crítica, pero, en mi opinión, cuando la crítica es tan exagerada y parcial, pierde toda su plausibilidad. Resulta arbitrario y falso comparar a Rivera, defensor de la unidad de España desde que nació este partido, con Roca, el hombre fuerte de Pujol, que ha sembrado de minas todas las instituciones de España para romper el Estado-nación.

En todo caso, ese tipo de críticas muestra que la batalla electoral para las generales será durísima, entre otros motivos, porque el nivel moral de nuestra vida pública está por los suelos. La moral nacional está, en efecto, lesionada, porque los destinos individuales de los creadores de opinión por un lado, y el futuro de los grandes medios de comunicación por otro, están desgraciadamente dependiendo de los grandes partidos nacionales. La defensa frenética del institucionalismo democrático competirá con la exacerbación de los que exigen cambios revolucionarios, la exhibición exagerada de los grandes símbolos de España, o sea envolverse en la bandera de España mientras se apoya realmente a fuerzas políticas que quieren la destrucción de la nación, contrastará con las posiciones de quienes quieren empezar de nuevo, de cero, como si la democracia española del 78 no hubiera existido jamás.

En esas circunstancias dramáticas, casi de fin de un sistema bipartidista y comienzo de algo nuevo, habrá que estar muy atento a los partidos políticos que huyan de esas posiciones maximalistas, triunfalistas o derrotistas, y apuesten por la coherencia de dos o tres cosas sencillas: defensa de la nación, o sea de la estabilidad nacional, crítica despiadada a los partidos que quieren situar a nuestra sociedad en el nivel del subsuelo del encanallamiento y la miseria moral del chiste, y, en fin, será necesario que no transijamos con el terrible populismo que se agota en el chabacano halago a las masas, y del que no está exento ningún partido, o el desprecio vil de quienes no opinan como nosotros.

Ciudadanos resiste con ejemplaridad a la presión mediática que los acusa de "moralistas" y no "querer comprometerse" con gobiernos donde ellos no son mayoría. Ni siquiera las encuestas maquilladas, contradictorias y falsas que les dan una caída en el voto, son capaces de detener el designio que Ciudadanos tiene que cumplir. Ellos siguen su idea sin detenerse en vanos y lamentables incidentes periodísticos. Su destino es evidente: defensa de la nación española desde las instituciones de Cataluña primero y, ahora, desde toda España. Por lo tanto, después de las elecciones del 24-M y visto cómo negocia Ciudadanos, sigo manteniendo que este partido ilusiona a millones de españoles. Esto es algo más que simpatía. Ciudadanos le da una brizna de dignidad a la política española. Ilusión, dignidad y, sobre todo, esperanza es lo que llevan adentro los discursos de Ciudadanos. Sí, sí, la libertad, surgida de la fatalidad y la desgracia, es genuina esperanza. Ciudadanos, a pesar de todo, ha explicado bien cómo negocia con distintas fuerzas políticas. Lo hacen con naturalidad. Nos siguen ilusionando. Creen en lo que dicen y, por eso, precisamente, lo comunican bien. No es una tarea sencilla. No surge de la improvisación. No es algo que hayan aprendido de la noche a la mañana. Todo eso es fruto de un trabajo muy serio que se ha llevado a cabo en los últimos años. Es menester, pues, empezar a enfrentar algunas descalificaciones de Ciudadanos que no solo suenan mal a quien tenga sensibilidad política, sino que sencillamente son mentiras. Calumnias.

Ciudadanos ya tiene años y ha conseguido demostrar una gran capacidad para crear una empresa política en un medio nacionalista y salir adelante. Repito: Ciudadanos nació hace diez años rodeado de tiburones de la vieja política y ha sobrevivido. Ha tenido que soportar en Cataluña lo que no está en los escritos, pero no sólo ha resistido con dignidad los embates de todos, incluidos los medios de comunicación hostiles a un nuevo partido, sino que ha creado un discurso nacional, español, allí donde era más necesario, Cataluña. Nacionalistas, independentistas, comunistas, socialistas y populares tienen que rendirse a una evidencia: Ciudadanos mantiene las mismas propuestas en todo el territorio español.

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