Menú
Agapito Maestre

Rajoy es el arquetipo

Rota la idea de España cualquier contradicción, paradoja y absurdo dará al traste con este tinglado.

Esperpéntico es el espectáculo de Cataluña. El proceso secesionista catalán está mostrando el verdadero ser de la España de las Autonomías. Unos estigmatizan a los secesionistas y otros a Madrid, o mejor dicho, a Rajoy. Todo vale, salvo aceptar que la realidad es ineluctable. Es absurdo luchar con ella. La realidad es que casi todos se olvidaron a la muerte de Franco de su gran victoria: España solo tenía como punto de referencia el franquismo. El resto, sí, la historia de España, incluida la Segunda República, la Dictadura de Primo de Rivera, la Restauración, etcétera no existía. La desnacionalización que había sufrido España durante el franquismo fue la base sobre la que se construyó la transición a la democracia. Esa es la gran debilidad del Estado, que hoy, sin duda alguna, alcanza un patetismo ridículo, propio de una sociedad de masas sin élites intelectuales y políticas.

Asistimos a uno de los espectáculos más lamentables de la historia de España contemporánea; entre cobardes, que no tienen nada que decir, y gentuza, que solo habla a gritos en los tabernáculos pueblerinos o en los chiringuitos de los "medios de comunicación", nadie es capaz de decir lo más elemental: perdido el principio clave de un país todo puede suceder. Rota la idea de España cualquier contradicción, paradoja y absurdo dará al traste con este tinglado. Todo es posible como en el 36. ¿O acaso hemos olvidado que este asuntito secesionista fue la primera causa que nos llevó a matarnos como animales? En fin.

No recordaré los sufrimientos y vejaciones que algunos hemos sufrido por denunciar ese proceso de desnacionalización, en realidad, por vindicar que la identidad nacional -España como Nación-, era la mayor fuerza política para construir un Estado democrático. No pedíamos otra cosa que continuar la línea de pensamiento que iniciaron las generaciones del 98, el 14, el 36, la guerra civil y el exilio interior y exterior sobre España como Nación. No merece la pena recordar las infamias que algunos hemos sufrido por reconstruir el Estado democrático a través de la Nación española. Pero para mi buen gobierno personal, o sea para seguir durmiendo con la conciencia tranquila, sí dejaré constancia de que fueron los hijos de los franquistas, esos que poblaron las filas del PSOE, el PP y el PCE, quienes nos eliminaron por completo de la agenda cultural y política, y casi de la educativa. Sí, amigos, nos borraron de España por defender la identidad nacional española.

Entonces cómo no recordar ahora, cuando la tragedia está convirtiéndose en una mala y cursi película de Almódovar, que fuimos excluidos de este lodazal de cobardes y mentecatos por decir España. Yo, sí, vuelvo a decir España, cuando otros hablan de Madrid como Nación. También lo dije, cuando alguien, que en gloria esté, quiso convertir a Segovia en Autonomía porque su cielo era distinto al del resto de Castilla. Desde entonces, sí, desde 1978, no ha habido apenas un día descanso que haya dejado de pronunciar España, porque ni un solo día en todo este tiempo se ha dejado de atentar contra ella, incluso hay un Ministerio, el de Cultura y Educación, que parece creado únicamente para reírse de España como Nación. Por eso, ahora, cuando se critica la displicencia de Rajoy, en realidad, el desprecio profundo que este hombre siente por los secesionistas, es la hora de volver a decir "Dios mío, ¿qué es España?", o mejor, "¿por qué hay españoles que no quieren ser tales?"

Sí, amigos, ha llegado la hora de decirle a los tibios y a los malandrines, a los millones de españoles que consideraban de mal gusto hablar de España, mirad a Cataluña. Ahí tenéis la respuesta a vuestro desprecio, cuando me recriminábais, incluso me insultábais, por decir España. Recuerdo muy bien todos los medios de comunicación que me censuraron por decir España. Al lado de esos recuerdos terribles, dramáticos y, generalmente, acompañados de la coletilla "eres un pesimista", no significa nada que un dirigente del PSOE quiera convertir a Madrid en nación; no creo que esa estupidez sea peor que aquella de antaño que pedía una Autonomía para Segovia… ¿Parlamentos autonómicos, diputados regionales, y más representantes autonómicos? ¡De qué hablamos! Escribo autonomía de Santander o cómo se llame y no puedo dejar de sonreír, es la misma ironía que utilizo al escribir parlamento asturiano, junta castellano-manchega, parlamento murciano y todo ese rollo… Esa locura pueblerina, una vez más, nos está conduciendo a la única verdad:

"No son unos españoles contra otros -no hay anti-España-, sino toda España, una, contra sí misma. Suicidio colectivo" (Miguel de Unamuno).

La Guerra Civil no valió para nada. Mientras tanto, mientras pasan las vacaciones millones de españoles con las meninges atrofiadas por la canícula, la chusma y sus intelectuales insultan a Rajoy porque no hace nada en Cataluña. ¿Y ellos, qué han hecho ellos en los últimos cuarenta años? Se equivocan al insultar a Rajoy. El presidente del Gobierno es solo el arquetipo de lo que ellos han tratado de imitar. Rajoy es el arquetipo de millones de españoles, que jamás creyeron en el asalto nacionalista a la Nación democrática, a España. Rajoy es solo un señor que, como sus votantes, adversarios y enemigos, durante los últimos cuarenta años, perdón por la expresión, se la bufaba la identidad nacional.

Rajoy, en fin, es el arquetipo de millones de españoles que se encogían de hombros, que no se atrevían a decir España, porque aceptaron el triunfo eterno del general Franco. Cobardes ayer y cobardes hoy. Eso es todo.

Temas

En España

    0
    comentarios