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Regàs pide la nacionalidad china

La censura está de moda. Rosa Regàs, de hecho está a la última.
 
Daniel Tercero cuenta que
Han expulsado de China a cuatro miembros de Reporteros Sin Fronteras (RSF) por negarse a firmar un documento donde se comprometían a no protestar ni a organizar actos contra el régimen chino por ser la mayor cárcel del mundo para periodistas [+]. Todavía saldrá alguno recriminando la actitud de los periodistas.
Y se pregunta
Dónde han quedado ideas del movimiento Olímpico como la que dice que este contribuye "al edificio de un mundo pacífico y mejor para educar a la juventud por el deporte sin la discriminación de cualquier clase, en un espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio". Claro, de ahí lo de Berlín en el 36 y Moscú en el 80.
El lector informado de WSJ habla de cuán vergonzantemente torpe puede ser el control chino de los medios de comunicación, citando otro blog:
Las fuentes oficiales han estado intentando reclamar recientemente que la prensa mundial está satisfecha con el actual grado de apertura del Gobierno. La prensa mundial, por lo general, no está de acuerdo. De modo que esta tarde CNN International emitió una información en torno a esta disputa. Y justo cuando el presentador comenzaba a decir: 'las quejas internacionales sobre el acceso a los medios en China han continuado. Desde Pekín…' Se va la pantalla. Dos minutos con la pantalla en blanco y la señal vuelve cuando llega el momento para la información del tiempo. ¡Brillante! Astuto, incluso. ¡Y es imposible que nadie se haya dado cuenta! Mucho mejor para acallar las quejas sobre los controles de la prensa que lo que hubiera sido mostrar el reportaje.
Una concejala de Nueva York quiere prohibir las cuatro letras. Es decir, bitch, en su expresión en inglés. ¿Les parece ridículo? Pues no es nada si lo comparamos con lo que se ve en España. Juan Freire recoge parte de una entrevista a Santiago Cirugeda. Dice Juan:
Ahora que se discute tanto sobre creatividad urbana o participación ciudadana y se planifican las intervenciones arquitectónicas más espectaculares o los sistemas de debate más refinados tecnológicamente (y controlados ideológicamente), nos olvidamos de la clave. En realidad, a la mayor parte de políticos y gestores no les gustan “las consecuencias” de la creatividad (…) ni los resultados impredecibles de la verdadera participación (cuando descubren que la gente no desea lo que les ofrecen y no son capaces de ofrecer lo que solicitan).
Y para ilustrarlo, cita a Santiago Cirugeda:
…La ley de civismo catalana es la más severa hoy. Impide atar una bicicleta en una farola, sentarse en el respaldo de un banco, dormir en la calle. Y está cundiendo el ejemplo. Cada vez es más castrante pasear por la calle. En Sevilla, que el botellón era algo habitual, ya no sólo está prohibido, también lo está cualquier agrupación que pueda producir molestia a los vecinos. Hicimos un botellón de agua, y vino la policía y nos echó. No se puede siquiera ingerir alimentos en la calle. Esa ley, obviamente, la usan cuando quieren usarla. A una señora con un cruasán no le dicen nada. A un hippy comiéndose una pizza en un portal a las tres de la madrugada, yo he visto cómo le tiraban la pizza al suelo. Son ordenanzas arbitrarias.
A los políticos les encanta que todo lo cotidiano sea ilegal, para que estemos permanentemente en una situación de ilegalidad y puedan disponer de nosotros a su antojo.
 
El mercado llega a todo el mundo. Incluso a los más pobres. PSDB cuenta que Lenovo quiere llegar hasta los agricultores chinos:
El tercer productor mundial de ordenadores sacará un PC de 199 dólares para la China rural. En el campo, donde viven 800 millones de personas, los ingresos medios son de 560 dólares anuales y han estado creciendo a una tasa anual del 10 por ciento.
Aquí, bello, como todo lo de Apple, llega el nuevo iMac.
 
¿Cuál de los candidatos estadounidenses a la presidencia emite más CO2? Un demócrata, como no podía ser menos. Y no es Al Gore, no. Se trata del hombre del peinado de un millón de dólares, John Edwards.
 
¿Acabar con el terrorismo? Esa es fácil. Legalicemos las drogas. Pero hay más:
Los aliados en Afganistán podrían minar la fortaleza financiera de los Taliban y de Al-Qaeda comprando la totalidad de la cosecha de amapolas. Si se ofreciera un premio suficiente sobre el precio del mercado, los intermediarios Taliban/Al-Qaeda serían erradicados… y ganaríamos los corazones de los cultivadores de amapolas y coca más fácilmente que si intentamos destruir su forma de vida.
Y el negocio lo haríamos nosotros:
Nuestras industrias químicas y farmacéuticas y los productores de tabaco estarían bien posicionados para entrar en este mercado.
 
Ya hemos hecho mención del caso de Luis Alfonso Gámez, que le echó a J. J. Benítez la ciencia a la cara. Su crimen no ha quedado impune, porque un juez le ha impuesto una multa de 6.000 euros. Hoy leemos sobre el asunto a Espada:
El señor Gámez ha escrito que el negocio del escritor Benítez se basa en la mentira, el engaño y la tergiversación. Tiene pruebas, y abundantes, porque entre las aportaciones del escritor Benítez a la historia del conocimiento están que el hombre convivió con los dinosaurios y que Jesús se sentó en el Coliseo antes de que fuera construido (el Coliseo, no Jesús).
Le compara con Irving

Si yo dijera (lejos de mí: aquí sólo habla mi yo poético) que el negacionista Irving basa su negocio en la mentira y la tergiversación ya podría ir preparando seis mil. Entre Irving y Benítez sólo existe la minúscula diferencia del tiempo. El que va de los dinosaurios a los judíos. Ambos violan, golpean y destruyen el humilde arrecife de conocimientos que los hombres de buena fe (desde Montaigne hasta Gámez) han construido sobre océanos de oscuridad y de sangre.

 

JCR

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