Se han hecho públicos en los últimos días los datos y las conclusiones del Barómetro de Hábitos de Lectura (PDF) que anualmente elabora la Federación de Gremios de Editores de España y, como suele pasar en estos casos, hay entre ellos cifras que es interesante constatar y señalar. Estoy pensando, sobre todo, en lo que se refiere al libro digital, que creo sinceramente que es lo más sobresaliente del estudio. Les explico por qué: para empezar el número de lectores en soporte digital ya está por encima de la mitad de la población, concretamente es del 52,7 por ciento, cinco puntos más que hace un año.
Esa categoría se refiere a personas que leen en ordenadores, tabletas, móviles o e-readers y que eligen esos soportes para cualquier tipo de lectura: periódicos, documentos, páginas web, blogs… casi podríamos decir, sin equivocarnos demasiado, que es la gente que usa la red.
Pero el estudio también pregunta, como es lógico, por aquellos que leen libros en estos soportes y la cifra es, a mi juicio, muy importante: cerca de un 7 por ciento de los españoles lee libros en formato digital.
Puede que el porcentaje no les parezca mucho, pero eso son más de tres millones de personas, tres millones que son además usuarios muy activos, que leen más que el usuario medio según los datos del propio estudio y que, por lógica, están abiertos a las novedades del mercado.
Por cierto, que no todos esos lectores tienen dispositivos electrónicos de lectura: algo menos del 5 por ciento de los españoles posee uno, según los datos del segundo trimestre de 2011 (lógicamente, este porcentaje habrá cambiado después de la temporada navideña).
Sin embargo lo más llamativo de todo es, creo yo, lo que se refiere a cómo obtienen, u obtenían, sus libros: según el estudio algo más del 70 por ciento de los usuarios ha descargado ebooks de forma gratuita de la red, lo que no implica que se atente contra los derechos de nadie, por cierto, hay miles de libros libres de derechos en internet.
Además de eso, otro 37 por ciento los consigue gracias al préstamo de un amigo o conocido, pero lo más sorprendente es que un porcentaje muy similar al anterior los compra. Pensarán ustedes que eso es la radiografía de un mercado tomado por la piratería, pero les recuerdo que el estudio se refiere al año 2011 y que en ese año tuvimos que esperar a los últimos meses para tener tiendas eficaces y con catálogos y precios razonables.
Es decir, siempre si los datos de la encuesta son correctos, estábamos deseando comprar libros electrónicos y, cuando pudimos hacerlo en los dos últimos meses del año, lo hicimos de forma masiva.
¡Y eso que en los diez meses anteriores aprendimos de dónde descargarlos gratis!