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Carmen Garrandés Asprón

Chagall, el camino de la poesía

Es el pintor del color, lo más característico de su obra, el campo de la experimentación e innovación en el que investiga a lo largo de su vida. Pero también es un creador alegórico que observa el mundo con ojos de asombro, pureza y curiosidad

"¿Sabe usted lo que hay que hacer, señor Walden? Hay que organizar una exposición de cuadros de este chico. ¿No le conoce? ... Señor Chagall..."
 

Si ustedes no han entendido el significado de la mayoría de las obras expuestas en ARCO, enhorabuena, no había nada que entender. Si no hallan respuesta a la pregunta: ¿Qué habrá querido expresar? ante una pintura de Pollock, no deben preocuparse porque, según decía él mismo, no era en absoluto consciente de lo que estaba haciendo. Si se han sorprendido cuando, al visitar una exposición de Duchamp, se han encontrado un urinario, tampoco se enfaden, el artista, a través de su ready-made, sólo quería bromear con el público.

Tómenlo con humor y no renuncien al arte moderno y contemporáneo por no entender el significado de algunas de sus obras; probablemente no lo tengan. En unos casos, no lo tienen porque no son obras de arte y en otros, porque se consideran individualmente, que es lo de menos, decía Ortega, ya que lo importante es descubrir una nueva sensibilidad estética que representa lo genérico, la nueva corriente artística a la que pertenecen. Es en este contexto más amplio donde adquieren significado.

La extraordinaria obra de arte de Chagall no pertenece a ninguna corriente artística, por decisión del autor, aunque él esté considerado fundador del expresionismo y precursor del surrealismo. Con él, dijo André Breton, la metáfora hizo su entrada triunfante en la pintura moderna.

Ajeno al academicismo, él mismo nos explica el significado de su obra:

"Se ve que con el buen tiempo que hacía, el abuelo se había subido al tejado, se había sentado encima de las tuberías y se estaba zampando unas zanahorias. No está mal para un cuadro. No me importa que la gente, con satisfacción y alivio, descubra, en estas aventuras inocentes de mis parientes, el secreto de mis cuadros ... Si mis obras no desempeñaban ningún papel en la vida de mis parientes, sí que, en cambio, sus vidas y sus invenciones ejercieron gran influencia sobre mi arte ... Unos con la barba negra, otros con la barba parda. En fin, esto es la pintura".

Rubiner, poeta amigo de Chagall, escribe al pintor desde Alemania, cuando éste se encontraba en la Rusia soviética, para informarle de su recién estrenada condición de fundador del movimiento expresionista:

"¿Estás vivo? Dicen que te mataron en la guerra. ¿Sabes que eres famoso aquí? Tus cuadros han fundado el expresionismo. Se venden bastante caros. De todas maneras, no cuentes con el dinero que te debe Walden. No te pagará, porque dice que ya tienes bastante con el éxito".

Ante esta revelación, Chagall reflexiona: "Qué más da. Prefiero pensar en mis padres, en Rembrandt, en mi madre, en Cézanne, en mi abuelo, en mi mujer"; y escribe su único libro, Mi vida, bellísimo catálogo razonado en palabras y guía imprescindible para mirar sus cuadros.

"Estas páginas tienen el mismo sentido que una superficie pintada. Si hubiera en mis cuadros un escondrijo, podría deslizarlas en él... ¿O tal vez se pegarían a la espalda de uno de mis personajes o en los pantalones del Músico de mi mural...? ¿Quién puede saber lo que hay escrito en su espalda?"

Sólo Rembrandt podría saberlo, afirmaba Chagall; ni siquiera el artista mismo (que es, volviendo a Ortega, quien menos entiende su arte y da cuadros como el manzano da manzanas sin saber una palabra de botánica).

El artista es, sobre todo, un observador, alguien que sabe mirar y retiene en la memoria lo que mira para representarlo con maestría como realidad vivida que será recreada como realidad contemplada. Éste es el inicio del proceso creativo a partir del cual la mente organiza y selecciona información para llegar al punto de inflexión entre imaginación y realidad, la inspiración, entendida por Berger como el exorcismo de un recuerdo que obsesiona al artista, que no es otra cosa que representar en el soporte correspondiente la obra de arte, ese artificio que tiene como fin que miremos más lejos, en palabras de Leonardo.

Chagall consideraba el arte como un estado del alma, y ejemplifica metáforas reales de personas, animales, objetos y lugares como narrador de vivencias de ejecución impecable, como intérprete alegórico y como espectador siempre receptivo, asombrado y curioso, "asido al lugar del sueño, convertido en un ser que vuela".

"Antes de la guerra de 1914 se me acusó de haber caído en la literatura. Hoy, la gente me llama pintor de cuentos y fantasías. En realidad, mi principal preocupación es construir mis cuadros de forma arquitectónica, exactamente igual que hicieron, a su manera, los impresionistas y los cubistas, utilizando también los mismos medios formales ... Intento llenar mis lienzos con objetos y figuras que son tratados como formas ... como formas que suenan igual que tonos musicales ... formas pasionales, cuya función es abrir una nueva dimensión no alcanzada por los cubistas con su geometría ni por los impresionistas con sus manchas".

Chagall es el pintor del color. El tratamiento del color es lo más característico de su obra, el campo de experimentación e innovación en el que investiga a lo largo de toda su vida. Lo utiliza como elemento plástico para modelar sobre el lápiz, como base compositiva para organizar figuras y establecer jerarquías, como foco y catalizador de luz, como recurso poético que unifica pintura, literatura música y poesía y también como recurso emocional para recordar y recuperar lo perdido.

En el Museo Thyssen- Bornemisza de Madrid, antiguo palacio de Villahermosa, se encuentra la primera parte de la retrospectiva de la obra de Chagall que se puede visitar hasta el 20 de mayo: El camino de la poesía es su título, con obras realizadas entre 1909 y 1947 en Rusia, Francia y Estados Unidos.

La segunda parte, El gran juego del color, se encuentra en la Sala de las Alhajas de la Fundación Caja Madrid, con obras realizadas entre 1948 y 1985 en Francia.

El catálogo razonado es magnífico, de edición muy cuidada, e incluye entre otros artículos, fotografías y poemas un prefacio de Meret Meyer, nieta del artista.

El planteamiento de la exposición es cronológico y temático. Un recorrido de la vida de Chagall a través de tradiciones y costumbres judías, escenas de la vida cotidiana, naturaleza, bodegones, retratos y temática circense, religiosa, mitológica y bélica en técnica exenta de pequeño y gran formato en óleo, gouache, acuarela, pastel y collage de papel y tela sobre trazos de grafito a veces sin cubrir, discontinuos y dinámicos, en composiciones formales y cromáticas en las que experimenta libremente con la luz a través de gamas de colores de innumerables tonos y matices.

Las magníficas ilustraciones caricaturescas para libros como Las Fábulas de la Fontaine, la Biblia, Las almas muertas de Gogol o Las mil y una noches en aguada de tinta china, punta seca, aguafuerte, litografía y grabado a buril en blanco y negro, en color y retocadas con color muestran su menos conocida y extraordinaria faceta de dibujante.

Cerámica, escultura en bronce, mármol y caliza y bocetos para la Ópera de París completan la exposición, que se cierra con una serie mágica de equilibristas, payasos, músicos y animales, El circo.

Visiten la exposición con el libro del artista en la mano. Estén atentos a lo que les va diciendo y no pregunten, no interpreten, déjense llevar por él, que es quien mejor explica su mirada, sus sueños, sus recuerdos y que sus vacas son eso, vacas.

"Sobre todo, no me pregunte usted por qué he pintado con el verde o el azul y por qué se ve una ternera dentro de la barriga de una vaca... De hecho, lo acepto: que Marx, si es tan sabio, resucite y se lo explique".

La Sra. Garrandés Asprón es arquitecto. Corresponsal de las Artes de Libertad Digital.

La exposición retrospectiva de Marc Chagall (1887-1985) está abierta hasta el próximo 20 de mayo en el Museo Thyssen Bornemisza y en la Fundación Caja Madrid.

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