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Madrid

Cayetano González

Tumbar el régimen

Sánchez y Bildu coinciden en su objetivo final: la destrucción del régimen constitucional del 78.

La declaración política más clarificadora de los últimos días la protagonizó el secretario general de Sortu –el partido que realmente manda en Bildu–, Arkaitz Rodríguez, desde la tribuna del Parlamento vasco el pasado jueves: “Nosotros –dijo mirando a los escaños del PNV– vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen”. Para más inri, esta aseveración fue hecha el día en que Bildu, a través de Arnaldo Otegi, anunció el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno social-comunista de Sánchez e Iglesias.

¿Hay alguna novedad en la declaración de Arkaitz Rodríguez? Ninguna, porque ese es el objetivo de ETA desde su fundación, en 1959: la ruptura de España; y por eso la banda terrorista mató durante el franquismo y lo siguió haciendo al llegar la democracia. Resulta un poco desalentador que muchos dirigentes políticos, analistas, creadores de opinión sigan sin comprender que ETA es algo más que una organización criminal. Es un proyecto político que tiene como objetivo prioritario el recordado por Rodríguez –ya es mala suerte para este individuo tener un apellido tan español, siendo un pata negra de la izquierda abertzale– desde la tribuna del Parlamento vasco.

Sánchez y Bildu coinciden en su objetivo final: la destrucción del régimen constitucional del 78. Para conseguir ese fin, unos han utilizado la violencia y otros han puesto en marcha un proceso que arranca en 2004 con la llegada de Zapatero a la Presidencia del Gobierno. Sánchez ha dado fiel continuidad a ese proceso a través de su Gobierno con Podemos y recabando el apoyo de lo mejor de cada familia: independentistas catalanes, nacionalistas vascos y gallegos y herederos de ETA. Es decir, de todos aquellos que quieren que España deje de ser España.

Por eso Sánchez, al día siguiente de recibir el apoyo de Bildu, dijo en Pamplona –donde, por cierto, se fraguó el primer apoyo institucional de los herederos de ETA al PSOE– que, con la inminente aprobación de los Presupuestos, “España dice adiós por fin al pasado y abrimos la puerta definitivamente a un futuro de estabilidad y progreso”. En boca de Sánchez, las palabras pasado y futuro tienen un evidente significado: avanzar en el proyecto ideológico que él encarna con la ayuda y vigilancia de Iglesias, que supondrá, si no se le pone coto, el final del régimen constitucional del 78 y la configuración de una España que en este caso sí, rememorando las palabras de Alfonso Guerra, “no la conocerá ni la madre que la parió”.

El panorama es ciertamente desolador, y el apoyo recibido por el Gobierno de los herederos de ETA ha sido el último paso, habrá más, dado por Sánchez para avanzar en su proyecto. Pero por la naturaleza perversa e inmoral de ese apoyo, y ante el malestar de muchísimos españoles, incluidos votantes y militantes socialistas, no está de más recordar los nombres de los cargos públicos socialistas, militantes o personas cercanas a ese partido que han sido asesinadas por ETA en los últimos años. Esta es la relación:

– Enrique Casas Vila (23-II-1984, en San Sebastián).

– Fernando Múgica Herzog (6-II-1996, en San Sebastián).

– Fernando Buesa Blanco (22-II-2000, en Vitoria).

– José Luis López de Lacalle Arnal (7-V-2000, en Andoáin).

– Juan María Jáuregui Apalategui (29-VII-2000, en Tolosa).

– Ernest Lluch Martín (21-XI-2000, en Barcelona).

– Froilán Elespe Inciarte (20-III-2001, en Lasarte-Oria).

– Juan Priede Pérez (21-III-2002, en Orio).

– Joseba Pagazaurtundua Ruiz (8-II-2003, en Andoáin).

– Isaías Carrasco Miguel (7-III-2008, en Mondragón).

Si, después de leer esta lista, García Page se conforma con decir que el apoyo de Bildu “no tiene un pase”; o Margarita Robles, la moderada del Gobierno, sigue sosteniendo que buscar acuerdos con los partidos que están en el Congreso, incluidos Bildu, es positivo y que lo que hay que hacer es “empatizar más con las víctimas”; o Ábalos no pide perdón por su deposición intelectual al decir que Bildu es más responsable que el PP por apoyar los Presupuestos, entonces es que el PSOE no tiene arreglo. Y da toda la impresión de que, efectivamente, no lo tiene.

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