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Daniel Blanco

El Barcelona, en su versión más decepcionante

El equipo ha de tener clase, manejar la pelota y el gol es eso en su más pura esencia. Pero no vale del todo con tener sólo calidad. Va a hacer falta más si no quieren que el curso acabe en pesadilla.

El equipo ha de tener clase, manejar la pelota y el gol es eso en su más pura esencia. Pero no vale del todo con tener sólo calidad. Va a hacer falta más si no quieren que el curso acabe en pesadilla.
El Barcelona jugó un partido infame en Vitoria | Cordon Press

Pocas veces se vio un partido tan indecente, tan sombrío, tan decepcionante. Nunca el Barcelona en los últimos años, y se han visto de todos los colores, había caído en el aburrimiento, en el tedio absoluto. Un partido infumable que, sin embargo, acabó ganando. Lo hizo a tres minutos del final y, eso sí, en una jugada antológica, impropia del dislate de encuentro. Un pase de Alba con su pierna mala cruzando la defensa entera del Alavés, un toque sutil de Ferrán Torres para el gol de Frenkie De Jong.

Afortunado el Barcelona de tener, al menos, algo de calidad. Conservar, por lo menos, ese halo de coherencia con su pasado. El equipo ha de tener clase, manejar la pelota y el gol es eso en su más pura esencia. Pero no vale del todo con tener sólo calidad. Va a hacer falta algo más si no quieren que el curso se convierta en una pesadilla. Ya lo está siendo de alguna manera pero con la victoria de este domingo y partiendo de la nada, el Barcelona ya está a un punto de la Champions y el partido ante el Atlético del 6 de febrero se convierte en una final que viene pronto pero que hay que afrontar de manera decidida.

Intenta Xavi cosas que son de alabarle. Intenta confiar en los que tienen menos minutos. Dest cumplió ayer en el lateral derecho pero no es ni de lejos la sombra que apuntaba cuando salió del Ajax. Intenta Xavi dotar de fuerza mental. Busquets, Ter Stegen, Piqué son clave en este equipo. Plantea cada batalla el técnico como si fuera algo muy meditado y por eso cambia cosas, detalles en cada partido. Para ir a Mendizorroza algo distinto que para recibir al Elche, viajar a Sevilla o a Mallorca y jugar ante el Madrid en la Supercopa. Para jugar en un campo pongo a Luuk De Jong pero para jugar otro tipo de partidos le quito. Así está el técnico, con crédito inagotable este año pero que en verano deberá reordenar su cabeza. Quizá lo que le pueda valer ahora ya no sirva en un futuro.

Las buenas noticias llegan en forma de resultados, no tanto de sensaciones. El equipo aguanta y no se descuelga pero el peaje es caro. Hay que pagar una cuota muy costosa para que llegue la victoria. Hay que sufrir, perpetrar verdaderos atentados futbolísticos como el de Vitoria y hacer comulgar a los aficionados que esto es lo que ahora toca. La realidad es la que hay.

Le puede venir bien el parón al conjunto culé. Ningún partido hasta el domingo 6 de febrero. Ese día recibirá al Atlético de Madrid en el Camp Nou en un examen serio. Tan importante es, que ganar al conjunto del Cholo le permitiría al Barcelona subir a la cuarta plaza, el deseo más preciado del club este año. Mucho más que cualquier título.

El que no haya partidos permite más entrenamientos, más sesiones, más trabajo acumulado y más opción de que Xavi siga inculcando su idea a los jugadores. Muchos ya la saben pero el trabajo del técnico es arduo en este sentido. No vale con la teoría sino que la práctica debe ser aprobada también y, por lo que se vio en este infame duelo de Vitoria, el examen está suspenso.

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