Otro partido más que pasa para el Real Madrid y otra ocasión de ver a Keylor Navas en plenitud. Aquel portero que no valía para nada, según muchos, y que no tenía nombre ni había adquirido casi méritos para jugar en el Real Madrid, le ha vuelto a sacar las castañas del fuego al equipo de Zidane. Un portero de un grande es esto, está retratado en lo que representa Navas. Que le lleguen poco y que acierte con todo o casi todo. Ése es el portero del Real Madrid hoy en día.
Con partidos mejores que otros pero en una línea regular toda la temporada, Keylor era salvador muchas ocasiones con Benítez y lo está siendo con Zidane. Lleva cuatro partidos consecutivos siendo el auténtico guía del equipo. Lo fue en Valencia ante el Levante, ante el Celta, Roma y Las Palmas. Keylor hace paradas con 0-0, no con el partido decidido. Esas son las intervenciones que en un equipo grande te hacen estar a la altura. Lo demás son minucias, ganas de desviar la atención.
Es Keylor Navas esa clase de portero que le saca a Deyverson, el jugador del Levante, una mano prodigiosa hace dos semanas. Es ese portero que, con la ayuda del poste, desbarata una acción de Aspas en el Bernabéu hace una semana. Es Navas el salvador ante el egipcio Salah el día de la Roma. Es Navas el portero que acaricia el cielo con una antológica parada a William Jose en la primera parte del partido ante el equipo canario. Un portero, Keylor, que sale hasta los pies del delantero hasta límites de no dejarle rematar. Eso es entrenamiento, no casualidad. Y Keylor eso lo entrena.
Es por esta forma de actuar por la que William Jose le tiene que picar la pelota al costarricense en el gol insular de este domingo porque, si no, no la podría haber metido. La pelota hubiera ido directamente al cuerpo del portero, que no deja espacios para el delantero. Miren los vídeos de esta temporada. Habrá, al menos, quince o veinte paradas del arquero madridista de ese estilo.
Por supuesto, habrá que analizar por qué es el mejor del Madrid en el último mes. Hay muchos aspectos a tener en cuenta. Sergio Valentín está desgranando con mucho acierto, en sus crónicas de los partidos, esos detalles. Bien por el desequilibrio, bien por la apatía, bien por el sistema defensivo, pero es evidente que algo pasa. Y Keylor, aunque a él le gustaría intervenir menos, lo está agradeciendo. Siempre es de agradecer que te consideren el mejor de tu equipo.
En esas se encuentra el Madrid. A 15 de marzo sin aspiraciones en Liga. Centrado en la Champions como el oasis en medio de un desierto infernal. Y dentro de poco el Camp Nou, justo antes de la ida de los cuartos de la máxima competición europea. Y ahí está Keylor, de prestado casi el 31 de agosto montado en el avión que le dirigía a Manchester para ser el portero del United. Y ahí está el tico, haciendo ver a sus detractores que estaba para equipos así, aunque ellos se empeñen en que no, en que no es guardameta para el Madrid. Pues algo tendrá que ver en esta temporada en el que ha podido desbancar al holandés Van der Saar y ser el segundo portero con mejor récord de imbatibilidad en la Champions. Por algo será.