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David Jiménez Torres

Podemos: lo llaman democracia y no lo es (y 3)

Me parece más útil reivindicar la democracia como garantía de pluralidad.

Me parece más útil reivindicar la democracia como garantía de pluralidad.

Frente al discurso de Podemos que identifica la democracia con el ejercicio del poder por parte de una mayoría frente a una minoría, me parece más útil reivindicar la democracia como garantía de pluralidad. Dicho de otro modo, lo más valioso de la democracia es la garantía de una coexistencia entre distintas opciones ideológicas en un mismo espacio. Y por muchos defectos que tenga el bipartidismo, al menos garantiza eso. Que no es poco. Porque si partimos de una concepción del mundo en la que nadie (ni siquiera Pablo Iglesias) se pueda postular como conocedor de la Verdad Universal y Absoluta, bien porque esta no exista o bien porque los seres humanos seamos incapaces de alcanzarla, entonces aceptamos que lo mejor de la democracia es permitir que distintos grupos opten al poder, y que a veces ganen algunos y hagan lo suyo y a veces ganen otros y hagan lo que a ellos mejor les parezca, y que todo se produzca dentro de un cierto consenso y un cierto respeto al Otro político.

Valdría recordar, en este sentido, que el discurso que tanta fuerza está cobrando en los últimos tiempos y del que tanto se nutre Podemos, de que la crisis económica la provocó la desregulación financiera y que el capitalismo moderno no hace sino incrementar las desigualdades entre clases, etc., no hace sino proponer una serie de hipótesis (y encima, en caliente), que pueden resultar equivocadas. Vale que uno puede pecar de escéptico, pero también existió en su momento un consenso académico y popular según el cual el Sol giraba alrededor de la Tierra, y ya ven. Así que a lo mejor la situación actual no llama a las convicciones blindadas y a la glorificación de un tipo de mayoría ciudadana que parece estar proponiendo Podemos, sino a una consideración de la pluralidad de perspectivas como mejor herramienta para salir de esta crisis.

Es verdad que la traducción del principio de pluralidad en la política española ha sido frustrante en los últimos años. Es verdad que lo podemos llamar pasteleo, mediocridad, casta; que puede frustrarnos y a veces hasta indignarnos. Pero también lo podríamos llamar coexistencia, respeto, tolerancia. Incluso paz. Que se puedan y se deban cuestionar las reglas del juego no significa que debamos ir hacia un sistema en el cual cada grupo político propone sus propias reglas del juego, y en el que estas están diseñadas para excluir a los otros. Y esto es precisamente lo que parece hacer Podemos cuando intenta apropiarse de la palabra democracia.

Para concluir: democracia es que alguien vote a Podemos, y que alguien a quien Podemos no convenza vote al PP, o al PSOE, o a UPyD, o a Izquierda Republicana, o a Falange, o a quien le salga delas narices. Democracia, dicho de otra forma, sería tanto que Podemos ganase las elecciones como que las perdiera. Lo que no es democracia es negarles carta de naturaleza democrática a tus enemigos políticos. Eso es cinismo, oportunismo y populismo; y es un indicador muy alarmante de lo que haría este partido en caso de llegar al poder.

Busquemos otras soluciones.


Podemos: lo llaman democracia y no lo es (1 y 2).

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