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EDITORIAL

Esperanza Aguirre defiende a su partido

Aguirre tan sólo ha expresado algunas ideas básicas que han sido siempre la esencia del programa ideológico del PP hasta que Rajoy llegó a La Moncloa.

Las palabras de Esperanza Aguirre proponiendo el programa del Partido Popular como solución a los graves problemas que atraviesa el país han provocado la ya tradicional polémica cada vez que la expresidenta madrileña interviene en un foro público para opinar sobre cuestiones políticas. Aguirre tiene la virtud de expresar en voz alta lo que piensa la inmensa mayoría de los votantes del PP, y eso es algo que no tolera su partido, empeñado en actuar en contra de su ideario, como llevamos viendo desde que Rajoy llegó al poder.

Aguirre ha expresado algunas ideas básicas que han sido siempre la esencia del programa ideológico del PP. Hasta que Rajoy llegó a La Moncloa, el Partido Popular defendía, como defiende la expresidenta de Madrid, que lo mejor para reactivar la economía es bajar los impuestos, que donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los ciudadanos y que para luchar contra el déficit público hay que reducir gastos, privatizar servicios ineficientes y suprimir organismos, instituciones y empresas públicas de reconocida inutilidad. Desde que comenzó esta legislatura, el Gobierno del PP ha subido los impuestos de manera notoria y reiterada, ha mantenido prácticamente intacto el gasto público, principalmente el autonómico, y, en cuanto a las empresas públicas y otros entes ruinosos, todavía estamos esperando a que las distintas Administraciones decidan cuándo van a empezar a desprenderse de este pesado fardo para el bolsillo del contribuyente.

La propuesta de Esperanza Aguirre, defendiendo el programa con el que el Partido Popular se presentó a las elecciones, no podía ser ni más sensata ni más oportuna. No es casualidad que la principal asociación de trabajadores autónomos de España haya saludado sus palabras como un acierto que el Gobierno debería tener muy en cuenta. Los autónomos, tal vez los agentes económicos más castigados por la crisis y las medidas económicas del Ejecutivo popular, saben que sólo a través de reformas auténticamente liberales la economía nacional podrá salir del atolladero, de ahí su apoyo a Esperanza Aguirre a despecho de la actitud de la mayoría de sus compañeros de partido.

Ante este panorama de incumplimientos programáticos de Mariano Rajoy, el toque de atención de la política madrileña está más que justificado, y si no hay otras voces dentro del partido exigiendo un radical cambio de rumbo no es, desde luego, porque falten motivos. Los votantes del PP así parecen entenderlo también, a tenor de las encuestas de intención de voto que vamos conociendo, reflejo de una decepción que sólo Esperanza Aguirre parece haber percibido. La expresidenta madrileña, por más que le pese a algunos, no hace otra cosa que defender a su partido. No estaría de más que entre sus compañeros en activo empezara a cundir realmente el ejemplo.

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