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EDITORIAL

Nuestra opaca y vergonzante ayuda militar a Ucrania

Que esos crimenes de guerra no queden impunes sólo será posible como resultado de un esfuerzo bélico al que Sánchez parece darle verguenza contribuir

Denunciar con toda su crudeza los crímenes de guerra que los invasores rusos están perpetrando en Ucrania y no hacer nada para impedirlo constituye una actitud política y moralmente casi tan deplorable como ocultar o minimizar las atrocidades que el ejército de Putin está cometiendo para justificar nuestra pasividad ante ellas. No se puede negar que los dirigentes occidentales -empezando por Biden y acabando con Pedro Sánchez- no hayan denunciado la injustificable invasión de Ucrania y los crímenes de lesa humanidad que se están perpetrando. Lo que ya es mucho más cuestionable es si su reacción ante ese terrible espectáculo está siendo lo suficientemente enérgico como para ser coherente con su denuncia. Ya que los aliados de la OTAN no quieren ejercer lo que Jean François Revel llamó el "deber de injerencia" hasta el extremo de llevar tropas a luchar por la libertad de Ucrania, lo mínimo que los representantes del llamado "mundo libre" pueden hacer contra la amenaza que el régimen de Putin constituye para toda Europa es armar hasta los dientes a los ucranianos aplicando, además, todo tipo de sanciones contra el país agresor.

A este respecto, bien está que la Alianza Atlántica, tras un mes y medio de guerra, se haya mostrado abierta a enviar armamento pesado a Ucrania por primera vez desde que comenzó la invasión. Bien está también que nuestro gobierno, ignorando la oposición de sus socios comunistas al envío de armamento, se comprometa a enviar a la resistencia ucraniana lo que eufemísticamente Pedro Sánchez ha llamado "equipamiento militar". Ahora bien, al margen de su cuantía, la opacidad de estos envíos desata las sospechas respecto a si no estamos asistiendo a un enorme acto de hipocresía. A este respecto conviene recordar que España fue uno de los países europeos que más tardó en dar luz verde al envío de "material militar" a Ucrania. Una vez decididos, también fue de los que más tardó en decantarse por el envío de "material ofensivo", pues los dos primeros contenían solo "material netamente defensivo". Sólo cuando el Gobierno de Pedro Sanchez vio que eran casi los únicos de la UE y la OTAN que no enviaban armamento se decantaron por hacerlo. Aun así, el Ejecutivo español, a diferencia de otros gobiernos europeos y el de EE UU que facilitan información detallada de sus envíos, no ha dicho nada respecto al contenido de las once aeronaves con bandera española que han dejado "material de apoyo" a las fuerzas ucranianas en Polonia. El Ministerio de Defensa argumenta que es por motivos de "seguridad" pero todo parece apuntar a que esa inadmisible opacidad obedece a razones políticas y al deseo de no desairar a sus socios de gobierno comunistas.

Lo que está claro es que el deseo expresado por Pedro Sánchez consistente en que los responsables de crímenes de guerra como los perpetrados en Bucha "no queden impunes y comparezcan ante el Tribunal Penal Internacional" sólo será posible como resultado de un esfuerzo bélico; un esfuerzo bélico al que nuestro Gobierno o bien no contribuye en absoluto o bien le avergüenza contribuir.

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