Menú
Enrique Navarro

Los tres errores de Albert Rivera

Hay un gran espacio político por cubrir en España, el liberal, lejos de las políticas neoconservadoras y de la socialdemocracia.

El fulgurante ascenso de Ciudadanos y Podemos estaba destinado a ser testado cuando tuvieran que afrontar el reto de gobernar, tomar decisiones administrativas y mostrar resultados palpables para la ciudadanía en los niveles autonómico y municipal. Pero no podíamos imaginar que apenas dos semanas después del 24-M y sin haber accedido todavía a ningún Gobierno ambas formaciones entrarían en una crisis que ya tiene efectos en las últimas encuestas.

Podemos organizó un lío monumental con las listas y los candidatos, que unos días son del partido y al otro lo niegan tres veces. Para un partido con un centro de poder muy localizado y basado casi en exclusiva en el liderazgo de Albert Rivera esta situación resulta más inexplicable. A mi juicio, tres han sido los errores cometidos por Rivera que necesitan ser corregidos si Ciudadanos aspira a ser una fuerza política consolidada en el panorama político nacional.

El primer error ha sido centralizar toda la acción política en la lucha contra la corrupción, anteponiendo esta pelea ética a cualquier otra consideración. Combatir la corrupción es muy importante, y suponemos que todos deben hacerlo, pero sobre todo la Guardia Civil y la Policía. No cabe duda de que puede haber muchas iniciativas necesarias contra la corrupción, pero menos códigos éticos y más medidas legislativas y punitivas. Si un partido democráticamente no quiere tener primarias, qué nos importa a los demás; pretender que todos cambien sus procesos internos en vez de hablar de impuestos, sanidad o educación, que también son temas importantes, no es lógico. Porque al primer caso de corrupción, Ciudadanos habrá perdido gran parte de su legitimidad. Pedir compromisos éticos, sí; gobernar o dejar gobernar, también.

La segunda equivocación es la indefinición ideológica. Si Ciudadanos aspira a ocupar el centro-izquierda lo tiene complicado, porque es un espacio bien cubierto por el PSOE. Ciudadanos se ha vendido como un partido nacional que está dispuesto a replantear el mapa nacionalista; que defiende la libertad de mercado y la reducción de impuestos. Ante los mensajes de la izquierda de qué debe hacer Ciudadanos, como si lo único ético fuera pactar con el PSOE, ha de tenerse en cuenta que los que hemos votado Ciudadanos no percibimos un partido socialdemócrata. La gran mayoría lo que ha valorado ha sido el lenguaje sin miedo contra determinados tabúes que ni la derecha denunció con tanta claridad. Pretender ahora convencernos de que no existen preferencias políticas y de que hay una equidistancia con el partido del tripartito, de la alianza con los nacionalistas vascos y del zapaterismo, que casi nos lleva a la quiebra, y el PP es algo que no entendemos muchos votantes. Aspiramos a una derecha liberal que supere muchas taras que arrastra el Partido Popular; que sea capaz de ofrecer una opción ganadora a la sociedad española. Si Ciudadanos no es eso y se convierte en otro adalid de las políticas igualitarias e intervencionistas, no sólo nos habrán transmitido mal sus ideas -por no ser peyorativo-, sino que además firmarán su desaparición. La experiencia de UPyD es muy clarificadora en este sentido.

El tercer error ha sido creer que las generales le irán mejor a Ciudadanos si no se mojan o se moja con todos. El partido de Rivera ha vendido un mensaje valiente y transparente; pero cuando llega el momento de las decisiones le tiemblan las canillas y hace lo mismo que el resto: tactismo, declaraciones contradictorias en función de la presión mediática y esperar que los demás muevan ficha. Nadie le va a pasar factura a Ciudadanos si pacta con el Partido Popular y apoya posiciones antinacionalistas pactando con el PSOE. Pero pretender o siquiera dar a entender que puede existir un diálogo con Podemos es una aberración para la gran mayoría de la población española, que asiste estupefacta al pacto de Podemos con Bildu en Pamplona. Este pacto ya debería inhabilitar a cualquier persona decente para sentarse a pactar con Podemos o con sus marcas blancas. Aceptar pactos antinatura nos ha llevado al estado lamentable de la nación española, y no debería ser Ciudadanos quien alimente a este Saturno.

Hay un gran espacio político por cubrir en España, el liberal, lejos de las políticas neoconservadoras y de la socialdemocracia. Un espacio para un partido con una profunda defensa de la nación española, de la libertad individual, de la propiedad privada, de la independencia de la justicia independiente; de un Estado más pequeño - hay que quitar grasa- y de que haya más liquidez en el bolsillo de los contribuyentes, lo que no es incompatible con mantener políticas públicas esenciales y más control del gasto público. Si estamos aquí, vamos bien; si no, creo que muchos votantes de Ciudadanos volverán a mirar al Partido Popular.

Temas

En España

    0
    comentarios