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Guillermo Dupuy

¿Adiós a Rajoy sin desbancar al PP?

Mucho me temo que un pacto entre el PP y Ciudadanos no supondría el fin de nuestro actual y funesto presidente del Gobierno.

Mucho me temo que un pacto de gobierno entre el PP y Ciudadanos no supondría el fin de nuestro actual y funesto presidente del Gobierno, salvo que la formación de Albert Rivera superara en votos a la de Rajoy, tal y como decían que pronosticaba un, con todo, esperanzador sondeo publicado en El País.

Es verdad que el viento en popa que este PP desnortado recibía hasta hace nada gracias a las desaforadas críticas a Ciudadanos por su pacto con el PSOE en Andalucía y, sobre todo, gracias al voto del miedo hacia Podemos ha amainado bastante últimamente. Pero mucho me temo que no hasta el extremo de una calma chicha que permita a la formación de Albert Rivera superar en votos a nivel nacional al irreconocible y felón partido que otrora abanderase los principios liberal-conservadores en este país.

Ya veremos en qué queda la cosa, pero creo, lamentablemente, que hay Rajoy para rato sin un pacto PSOE-Ciudadanos. Yo, desde luego, no me rasgaría las vestiduras: antes que un Gobierno presidido por Rajoy y una oposición liderada por un PSOE entregado a nacionalistas y populistas, preferiría para España un Gobierno socialista sometido no sólo a las responsabilidades del Gobierno y a un pacto con Ciudadanos, también a una oposición liderada por un PP refundado tras la catarsis de la derrota y volviendo a abanderar sus traicionadas señas de identidad.

Y lo prefiero no sólo porque el PSOE se comporte de manera menos irresponsable cuando está en el Gobierno que cuando lidera la oposición; ni porque un PSOE que dependiese de Ciudadanos para gobernar sería menos funesto y desorientador que lo que resulta un Gobierno presidido por Rajoy. Lo prefiero básicamente porque sigo pensando que Rajoy es incorregible y sólo la derrota traerá la cura al PP, partido que seguirá siendo necesario para que la derecha liberal-conservadora no tenga que refugiarse, indefinidamente, en una formación socialdemócrata como es Ciudadanos.

La alternativa a este PP corrompido ideológicamente y liderado por alguien sin pulso para defender nuestra nación y nuestro Estado de Derecho será en el futuro un PP regenerado, donde puedan volver a estar cómodos gente como Aznar, Aguirre, Mayor Oreja, o como Vidal Quadras, María San Gil o Santiago Abascal. Ciudadanos sólo es el medio más realista de conseguir ese cambio en un partido que, con Rajoy al frente, no tiene enmienda.

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