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INNOVACIÓN

Steve Jobs, empresario ejemplar

Todo el mundo dice que el tristemente desaparecido Steve Jobs fue un gran empresario. Pero ¿qué hacen exactamente los empresarios como él para la economía? He estudiado las historias de docenas de empresarios pioneros y he descubierto que, aunque Jobs fue grandioso, el auge de Apple Computer no fue un suceso singular en la historia de EEUU.


	Todo el mundo dice que el tristemente desaparecido Steve Jobs fue un gran empresario. Pero ¿qué hacen exactamente los empresarios como él para la economía? He estudiado las historias de docenas de empresarios pioneros y he descubierto que, aunque Jobs fue grandioso, el auge de Apple Computer no fue un suceso singular en la historia de EEUU.

Al principio de prácticamente cada industria, unas cuantas personas con agallas asumieron grandes riesgos por desafiar las viejas costumbres, socavar la posición de las empresas dominantes y luchar contra las barreras estatales que se interponían en su camino.

Tras estudiar la peripecia de Jobs y otros como él, he identificado cinco funciones clave que estos empresarios desempeñan en lo relacionado con la generación de crecimiento:

1) Son innovadores radicales

Por lo general, sus invenciones son inesperadas y muy perjudiciales para los negocios existentes. Rosenberg y Birdzell señalan que los primeros productos de Apple no fueron ideados por ninguna de las empresas líderes del ramo, "ni por la Unión Soviética (...) ni por el Ministerio de Comercio Internacional e Industrias de Japón".

Fred Smith, de Federal Express, fue otro de los grandes innovadores de los 70. Hoy consideramos normal que nuestro servicio de mensajería de confianza nos entregue en 24 horas un paquete que nos envían desde un lugar bien distante, pero a Smith le tocó luchar con las regulaciones y demostrar que había una gran demanda de ese servicio.

2) Levantan desde la nada grandes empresas

Bill Gates comenzó su carrera escribiendo código para una computadora denominada Mits Altair. No parecía aquél un buen sendero hacia la gloria: se trataba de un pequeño nicho de mercado (software) alojado en otro pequeño nicho de mercado (el de las microcomputadoras) al que no prestaban demasiada atención las grandes compañías. Gates y Jobs sí, con los resultados por todos conocidos.

3) Generan competencia

Apple Computer ha desempeñado un importante papel en el desarrollo del gigante Microsoft, pues siempre se mantuvo un paso por delante de él. La historia está llena de empresas ágiles que marcan el paso a mastodónticas empresas dominantes. Un buen ejemplo lo encontramos en el devenir de la MCI de William McGowan durante los 70 y 80 del siglo pasado. MCI contribuyó al fin del monopolio de AT&T, con lo que pavimentó el camino para que Jobs y otros empresarios consumasen el matrimonio entre las computadoras y la tecnología de las telecomunicaciones.

4) Son unos grandes experimentadores

La economía moderna está sumida en la incertidumbre. Nadie puede predecir correctamente el futuro, ni siquiera los mejores empresarios. Steve Jobs fue un gran experimentador, y cosechó tanto éxitos como fracasos en el ámbito de la innovación.

Los buenos empresarios aprenden de sus errores y vuelven a intentarlo. Ransom Olds, el padre de la industria automotriz de EEUU, fracasó varias veces antes de triunfar, en 1901, con el primer coche a gasolina, que fue también el primero en ser producido en masa.

5) Convierten las invenciones en innovaciones

El camino a la prosperidad de EEUU se presenta muchas veces como un proceso acumulativo de invenciones. En ese discurso muchas veces está implícita la demanda de que el Estado financie la investigación.

Lo cierto es que la economía crece debido, más que a las invenciones, a las innovaciones, que son las invenciones que los empresarios convierten en mercancía. Los chinos inventaron el papel, pero fue en la plural Europa donde surgió la imprenta, gracias a los avances de Gutenberg. Apple Computer ha sido brillante a la hora tanto de lograr grandes avances tecnológicos como de adivinar las demandas del mercado.

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¿Qué lecciones podemos extraer de todo ello? Pues, para empezar, que los políticos que se dedican a subsidiar la energía solar o los trenes de alta velocidad –por poner un par de ejemplos– ignoran las verdaderas fuentes del crecimiento económico. Como la incertidumbre es la norma en el mercado, no podemos depender de las agencias estatales y de las empresas dominantes en la configuración de nuestro futuro económico.

En cambio, podemos fomentar el crecimiento alentando la cultura del emprendimiento, eliminando las barreras de entrada al mercado, reduciendo los impuestos sobre las inversiones de riesgo... y dejando de poner trabas a la próxima generación de emprendedores.

 

© El Cato

CHRIS EDWARDS, director de Estudios de Política Fiscal del Cato Institute.

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