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José Manuel Puertas

Valencia Basket, el gran ausente en el Top 16

Sin duda, Valencia Basket y Unics Kazan suponen los dos fiascos del torneo en su primera fase.

Sin duda, Valencia Basket y Unics Kazan suponen los dos fiascos del torneo en su primera fase.

La primera fase de la Euroliga sirve históricamente para sacar pocas conclusiones, pues suele ser el Top 16 el momento en el que los equipos empiezan realmente a mostrar sus armas, ya que es cuando la dificultad de la competición para los grandes empieza a ser mayor. Sin embargo, esta temporada podemos sacar algunas de lo visto hasta ahora en la máxima competición continental.

Sin duda, Valencia Basket y Unics Kazan suponen los dos fiascos del torneo en su primera fase. Tras años tratando de volver a la Euroliga, y lográndolo tras una campaña inolvidable, los taronja han estado muy lejos del nivel esperado y requerido para ser competitivos en Europa, muy especialmente fuera de casa, donde han sido terriblemente blancos en casi todos sus desplazamientos. Cierto es que algunas lesiones no han acompañado a los de Perasovic, pero lo es más aún que las sensaciones del equipo de la ciudad del Turia están muy lejos de las que eran hace unos meses. Doellman ya no está, y se nota, pese a que Harangody, irregular, es un sustituto aceptable, pero varios jugadores clave están por debajo de su nivel de hace un año, principalmente un Romain Sato que era piedra angular la pasada temporada en el éxito valenciano. Otros, como Pablo Aguilar, siguen sin dar el paso adelante que se les espera hace años, y en estas, a Velimir Perasovic, rudo controlador del vestuario, hay alguno que ha empezado a no aguantarle como el año pasado. Ya ocurrió hace dos temporadas, si bien los éxitos del último ejercicio taparon, como suele ocurrir, cualquier rencilla. Pero mientras no vuelvan las alegrías, no tendrá fácil el ex jugador de la mítica Jugoplastika volver a convencer de su plan de máximo trabajo y esfuerzo y poco entregado al talento, que le llevó hace un par de temporadas a prohibirle prácticamente tirar de tres a uno de sus bases cuando se alcanzó un determinado momento de la temporada. No parece esa la mejor forma de dar confianza a un jugador, no. Con lo importante que ello es, más aún si vienen mal dadas.

La otra gran decepción es sin duda Unics Kazan. Un equipo hecho a golpe de talonario, con muchísimo talento exterior (Keith Langford, Curtis Jerrells, Nikos Zisis), y la suficiente capacidad en sus hombres grandes (Sanikidze, D'Or Fischer, Kaimakoglou) como para haber pasado sin apuros en un grupo donde Zalgiris o Nizhny son plantillas claramente peores a la suya. Cambió de técnico, y la llegada de Pashutin les hizo subir el nivel, siendo incluso el primer equipo en asaltar el Palacio de los Deportes de Madrid tras 21 triunfos consecutivos del Real Madrid, pero su escaso margen de error les hizo finalmente no estar entre los 16 mejores equipos de Europa. Un fiasco rotundo, tanto como el de Valencia.

El Top 16 enfrentará ahora en dos grupos de ocho a los clásicos del baloncesto continental, porque suelen ser los mismos con escasas excepciones año tras años, más aun los que tras esta fase lucharán por los títulos. Sin Messina en el banco, y con el pujante Itoudis, el CSKA ha sido el mejor equipo de la primera fase, pero con un estilo inhabitual en ellos. En lugar de tanto hombre grande y tanta exuberancia física, los rusos han sido un equipo más veloz de lo que acostumbramos, en la búsqueda de recuperar al mejor Teodosic. Veremos cómo responden cuando sus rivales empiecen a enturbiar el juego, lo que ellos mismos hacían no hace tanto con Messina al frente. En su grupo, el F, en el que estarán Unicaja y Laboral Kutxa, los rusos son claros favoritos a acabar primeros, junto a un Olympiakos siempre fiable a estas alturas, y un Fenerbahce que, ¡Oh, albricias!, parece querer demostrar que los equipos turcos no son una comparsa en la Euroliga con Obradovic al mando. Un año de broma como el pasado ya es demasiado para el gran Zeljko. Si rusos, griegos y turcos no hacen ninguna barbaridad, pasarán seguro a los cuartos de final, y el cuarto equipo de su grupo debería salir del Unicaja, Anadolu Efes, y EA7 Milán. No, servidor no imagina al Laboral Kutxa pasando una fase más en la Euroliga. Los grandes tiempos en Vitoria parecen muy, muy lejanos.

En el otro lado, tenemos un gran aliciente de partida, la presencia juntos de Real Madrid y Fútbol Club Barcelona, que deben ser los dos grandes favoritos del mismo, siempre que los blancos enderecen su torcido camino en las últimas semanas, toda vez que la fiabilidad de los Xavi Pascual está a prueba de bombas como para pensar en que caigan a estas alturas de la temporada. Panathinaikos y Maccabi serán duros, pero son claramente peores equipos que Madrid y Barça. Interesante será seguir al pujante Estrella Roja (primer rival de los blancos, en Belgrado), con mucho talento joven de la escuela serbia (y americana, con ese Marcus Williams tan genial como díscolo), y el enorme Boban Marjanovic como punto de anclaje. Un equipo que juega bien y con mucha polivalencia, y que deberá ser la gran alternativa de poder de un grupo donde Alba Berlín, Zalgiris y un Galatasaray en descomposición (la llegada de Jawai a Andorra y Aradori a Estudiantes confirma sus graves problemas económicos), no deberían pasar de rascar alguna victoria que podría modificar la clasificación en la parte alta si los mejores del grupo se descuidan.

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