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HISTORIA

Diccionario de la Guerra de la Independencia

Se ha escrito tantas veces que parece que ha perdido validez, pero la verdad es que nos encontramos ante una obra necesaria y oportuna para acercarse a la Guerra de la Independencia.


	Se ha escrito tantas veces que parece que ha perdido validez, pero la verdad es que nos encontramos ante una obra necesaria y oportuna para acercarse a la Guerra de la Independencia.

Habían aparecido algunos diccionarios biográficos militares y regionales, como el de H. Lafoz ceñido a Aragón, pero faltaba uno de índole nacional y global, es decir, que comprendiera todos aquellos saberes básicos, no sólo biográficos, para la comprensión del episodio con el que se inició nuestra contemporaneidad.

El propósito no es nuevo fuera de España. En Francia, por ejemplo, fueron François Furet y Mona Ozouf los que dirigieron el Diccionario de la Revolución Francesa (1989), con casi mil páginas, sobre los hechos, hombres e ideas de aquella época, tras la cual el mundo no fue el mismo. Más recientemente, en México se ha publicado el Diccionario de la Revolución Mexicana (2002), elaborado por la Comisión Universitaria para los Festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana de la UNAM, coordinado por Gloria Villegas y Javier Torres Parés, que del mismo modo trasciende lo biográfico para acercar al público el carácter poliédrico de un proceso histórico.

En nuestro país, la empresa fue asumida por la Asociación para el Estudio de la Guerra de la Independencia, que preside el profesor Emilio de Diego, que ha contado con el apoyo de la Fundación Dos de Mayo. Nación y Libertad, dirigida por Fernando García de Cortázar. Según cuenta De Diego, se trataba de un proyecto ambicioso incluso cuando sólo se limitaba a las biografías de los participantes en el conflicto. La decisión de elaborar un diccionario temático aumentó la complejidad, pero también la riqueza del empeño. Incorporaron entonces al proyecto a profesores e investigadores especializados en los diferentes campos políticos, militares y culturales, pertenecientes a universidades y centros españoles y extranjeros. El resultado son más de 8.300 voces, referentes a los actores principales tanto como a los secundarios; a hombres, mujeres y niños; a militares y civiles; a españoles y extranjeros; a acontecimientos políticos y bélicos y a expresiones elementales para comprender el léxico de la Guerra de la Independencia.

La obra despliega las vidas de los contendientes, describe las instituciones –algo absolutamente imprescindible para la comprensión del episodio en el que se alumbra nuestra nación política-, los acontecimientos bélicos, la guerra de propaganda –interesante porque desvela el mundo de representaciones de los españoles de la época–, el papel que desempeñaron la Iglesia y el sentimiento religioso –determinante en los eslóganes patrióticos y en la inicial caracterización de la identidad nacional–, la vida cotidiana –tan importante para comprender la reacción de la sociedad ante la presencia extranjera y el avance liberal– y la construcción constitucional –verdadero anclaje histórico de la nación de ciudadanos–. Además, cuenta con un extenso e interesante apéndice documental. En él se pueden consultar documentos como la lista de las víctimas del levantamiento del Dos de Mayo –que repite la elaborada por Pérez de Guzmán en 1908– y la que da cuenta de los principales periódicos de la época. En cuanto a la relación bibliográfica, como dice el propio Emilio de Diego en la introducción, necesariamente es incompleta, habida cuenta del subjetivo criterio de los autores y las limitaciones espaciales.

La primera valoración de todo diccionario se hace a través de la consulta de varias voces, las más atractivas para el estudioso o el curioso. Yo consulté la dedicada a la Junta Central Suprema y Gubernativa de España e Indias, a cargo de Faustino Martínez Martínez, que cumple con creces; también he leído las biografías de Agustín de Argüelles (Raquel Medina Plana) y Manuel José Quintana (Emilio de Diego), más breves que las de la famosa Enciclopedia Espasa pero certeras. Las voces de los periódicos tienen una sucinta descripción de su tendencia ideológica, y batallas como las del Bruc (AMP), Somosierra y Vitoria (ambas de José Sánchez-Arcilla) se narran con la objetividad requerida, con buen estilo y despojándolas de mitos y patrioterismos.

En definitiva, este Diccionario de la Guerra de la Independencia, dirigido por los profesores De Diego y Sánchez-Arcilla, reconocidos especialistas, es hoy el complemento más útil para todo aquel que quiera ahondar o adentrarse en ese episodio crucial de nuestra historia.

 

EMILIO DE DIEGO Y JOSÉ SÁNCHEZ-ARCILLA (dirs.): DICCIONARIO DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. Actas (Madrid), 2011, 2 volúmenes, 1.061 y 2.270 páginas. 

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