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NARRATIVA

La última noche

Autor de obra corta, sólo ha escrito siete libros en cincuenta años, pero de mucho culto y prestigio. James Salter nació en 1925 en Nueva York, estudió ingeniería, fue piloto de cazas en Corea. En 1956, con 32 años, publicó su primer libro, titulado, precisamente, Pilotos de caza. Abandonó el ejército para dedicarse a la literatura. Ha sido guionista, director de cine y periodista. En 1989 ganó el PEN/Faulkner.

Autor de obra corta, sólo ha escrito siete libros en cincuenta años, pero de mucho culto y prestigio. James Salter nació en 1925 en Nueva York, estudió ingeniería, fue piloto de cazas en Corea. En 1956, con 32 años, publicó su primer libro, titulado, precisamente, Pilotos de caza. Abandonó el ejército para dedicarse a la literatura. Ha sido guionista, director de cine y periodista. En 1989 ganó el PEN/Faulkner.
James Salter.
Nos hallamos ante diez relatos cortos, magistral el que da título al libro, diez magníficas descripciones de las relaciones entre hombres y mujeres. Pero hay algo más. Ya lo creo. Salen a la luz los temas favoritos del autor: amor y desengaño, deseo y traición, soledad y amistad, sombras y luces. Vida. Diez relatos sobre la cotidianidad de la vida elevada a universalidad. Literatura grandiosa. Va tras la eternidad de cada momento. El lector lo vive. Pero, cual Unamuno de hoy, no deja escapar la cotidianidad de la eternidad pasajera. El lector se ve en el espejo de Salter. Es su gran aportación a la literatura contemporánea.
 
Este libro de Salter, como la gran narrativa contemporánea norteamericana, tiene una referencia, o mejor, responde a una realidad, un universo literario, que muestra antes una experiencia que una ficción alambicada. Hay autenticidad, hay experiencia grande, luego se puede comunicar. Salter cumple el canon de Stevenson: el arte es sólo tasting and recording of experience, que puede exportar al resto del mundo. ¿De cuántos autores españoles actuales podríamos decir algo parecido? Dejemos este asunto. Es más casposo que triste.
 
Estilo de extraordinaria brevedad. Estamos ante un gran impresionista. Creo que la prosa ajustada de Hemingway y la elegancia de Francis Scott Fitzgerald son superadas. Este hombre mataría por una frase. Pero los diálogos están llenos de vitalidad; sus palabras y frases parecen surgir antes de los pre-juicios que reposan en la lengua, en la tradición, que en una estructura intelectual. Lenguaje del corazón antes que del intelecto.
 
Ninguno de los cuentos acaba como uno puede esperar, o sea, sus desenlaces son geniales. Son cuentos. El silencio estoico que guarda una mujer joven enferma de cáncer ante las diversiones banales de sus amigas, una mujer que se obsesiona y encariña del perro de un poeta en crisis, la historia de un hombre que termina acostándose con la amante de su suegro, la esposa que sufre y soporta los líos homosexuales y amorosos del marido, un matrimonio en perfecta armonía que puede destruirse tras la revelación de un secreto, la peripecia triste y solitaria una vieja gloria del cine…
 
"La ultima noche", el último cuento del libro, es una precisa descripción de una relación íntima, de puertas adentro. El inesperado resultado de la planificación de un "suicidio": una mujer enferma de cáncer terminal que pide a su marido y a una amiga que le ayuden a adelantar su muerte.
 
Ningún final, tampoco ningún desenlace, es previsible. La emoción estética es aún más genial que la forma y el fondo. Obra duradera. Obra clásica.
 
 
JAMES SALTER: LA ÚLTIMA NOCHE. Salamandra (Barcelona), 2006, 157 páginas.
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