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El idioma de los lémures ratón

Madagascar es una enorme isla del tamaño de España, situada a unos cuatrocientos kilometros de la costa oriental africana. Debido a su aislamiento, allí han evolucionado una flora y una fauna muy diferentes a las de otras partes del mundo.

Entre esos animales característicos de Madagascar hay una familia de primates, los lémures, de los que existen más de cien especies distintas. Los análisis genéticos han demostrado que todos los lémures evolucionaron a partir de una única familia de mamíferos ancestrales que debió de llegar flotando a la isla sobre un tronco, como resultado de algún huracán tropical, hace unos 65 millones de años.

Existe una enorme diversidad de lémures y entre ellos hay un grupo, los lémures ratón, que son los primates más pequeños que existen. Con solo 10 cm de longitud y unos 30 gramos de peso, el lémur ratón cabe en la palma de la mano.

Hasta hace muy poco, se pensaba que solo existían 2 especies distintas de lémures ratón, basándose en las diferencias de tamaño, color y forma del cuerpo. Pero en los últimos años los científicos han demostrado, gracias a los análisis genéticos y a observaciones más precisas, que los lémures ratón se clasifican en más de 20 especies diferentes. La razón de que esas especies solo se hayan descubierto en la última década es el enorme parecido que existe entre unas especies y otras.

Como curiosidad, hay tres especies de lémures ratón que son absoluta y totalmente idénticas. Los individuos de una especie solo se diferencian de los de las otras por los sonidos que emiten para comunicarse. O, por decirlo de otro modo: la única característica observable que diferencia a esas especies es el "idioma" que utilizan.

Ayer conocimos la noticia de que la Xunta de Galicia prohíbe a los profesores gallegos entregar la memoria de fin de curso en español. Según la denuncia efectuada por Galicia Bilingüe, los profesores se enfrentan a la posibilidad de que les abran expediente disciplinario en caso de usar el español. No estamos hablando de separatistas de CIU o del PNV, sino del gobierno gallego del PP, dirigido por el señor Núñez Feijóo.

Lejos de entender el mensaje de las urnas del pasado 25 de mayo, el Partido Popular sigue a lo suyo, que no es otra cosa que imponer la misma hoja de ruta que los nacionalistas, pero con pasitos más cortos, para que sus votantes lo digieran mejor.

Porque, en el fondo, lo que está en juego es mantener ese estado de las autonomías que constituye el modo de vida, la agencia de colocación, el negocio, de PP, de PSOE y de los partidos nacionalistas.

Y para mantener ese estado de las autonomías, no queda otra que justificarlo en las supuestas diferencias entre españoles. La Xunta de Galicia, la Generalitat de Cataluña o el Gobierno Vasco serían necesarios porque los gallegos son distintos de los catalanes, éstos de los vascos y todos ellos del resto de los españoles.

En realidad, no existen tales diferencias. Los españoles somos indistinguibles desde todos los puntos de vista. La sociedad española no está dividida en grupos étnicos o religiosos, como pasa en otros países. De modo que la única posibilidad de crear una división artificial que justifique la existencia del estado de las autonomías es, como en el caso de los lémures ratón, el idioma. En nada se diferencia un niño gallego de otro catalán o extremeño, pero ahí está el señor Núñez Feijóo para que ese niño aprenda a sentirse diferente, por la única vía posible: obligándole a hablar otro lenguaje distinto. Lo cual exige, por supuesto, obligar en primera instancia a los profesores a galleguizarse.

Como les decía, el Partido Popular no parece haber entendido el mensaje de las urnas del pasado 25-M. Bueno, pues cuando alguien es duro de oído, lo que hay que hacer es repetir el mensaje de manera más clara. Dentro de diez meses, en las elecciones autonómicas y locales, tendremos oportunidad de hacerlo.

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